jueves, 1 de marzo de 2018

DOCTRINA DE LA FE PUBLICA «PLACUIT DEO»: LA SALVACIÓN NO SE REDUCE A UNA PRAXIS, GNOSIS O SENTIMIENTO



Carta del dicasterio presidido por Mons. Ladaria a todos los obispos}

En el día de hoy se ha publicado la Carta de la Congregación para la Doctrina de la Fe, «Placuit Deo», dirigida a los obispos de la Iglesia Católica, sobre algunos aspectos de la salvación cristiana.
(Vatican News/InfoCatólica) «Se espera que con esta Carta se pueda ayudar a los fieles para que tomen mayor conciencia de su dignidad de hijos de Dios. La salvación no puede reducirse simplemente a un mensaje, a una praxis, o a una gnosis ni siquiera a un sentimiento interior». Así lo ha asegurado Mons. Luis Francisco Ladaria Ferrer, Arzobispo Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en la presentación de la Carta de este Dicasterio titulada, «Placuit Deo» en la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
En su intervención, el Prefecto recordaba que, después de la publicación de la Declaración «Dominus Iesus», en el año 2000, diversos teólogos pidieron a la Congregación para la Doctrina de la Fe profundizar algunos aspectos ya enunciados en esta Declaración, sobre el tema de la salvación cristiana. En este sentido, afirma Mons. Ladaria, después de haber estudiado y profundizado la temática con algunos Consultores de la Congregación, hoy es presentada la Carta «Placuit Deo», sobre algunos aspectos de la salvación cristiana.
DOS TENDENCIAS EN EL MUNDO CONTEMPORÁNEO
El Documento, señala el Prefecto, «pretende resaltar, en el surco de la gran tradición de la fe y con particular referencia a la enseñanza del Papa Francisco, algunos aspectos de la salvación cristiana que hoy pueden ser difíciles de comprender debido a las recientes transformaciones culturales».
Para el hombre de hoy, subraya Mons. Ladaria, la comprensión del anuncio cristiano que proclama a Jesús como el único Salvador de todo el hombre y de toda la humanidad, es percibida con dificultad por dos tendencias en el mundo contemporáneo. Por un lado, el individualismo centrado en el sujeto autónomo tiende a ver al hombre como un ser cuya realización depende únicamente de su fuerza. Por otro lado, se extiende la visión de una salvación meramente interior, la cual tal vez suscite una fuerte convicción personal, o un sentimiento intenso, de estar unidos a Dios, pero no llega a asumir, sanar y renovar nuestras relaciones con los demás y con el mundo creado.
Desde esta perspectiva, afirma el Prefecto, se hace difícil comprender el significado de la Encarnación del Verbo, por la cual se convirtió miembro de la familia humana, asumiendo nuestra carne y nuestra historia, por nosotros los hombres y por nuestra salvación.
PELAGIANISMO Y GNOSTICISMO
El Santo Padre, en su Magisterio ordinario, evidencia Mons. Ladaria, muchas veces hace referencia a estas dos tendencias que se asemejan, en algunos aspectos, a dos antiguas herejías: el pelagianismo y el gnosticismo. «En nuestros tiempos, prolifera una especia de neo-pelagianismo para el cual el individuo, radicalmente autónomo, pretende salvarse a sí mismo, sin reconocer que depende, en lo más profundo de su ser, de Dios y de los demás. La salvación es entonces confiada a las fuerzas del individuo, o las estructuras puramente humanas, incapaces de acoger la novedad del Espíritu de Dios». Y también, un cierto neo-gnosticismo, por su parte, presenta una salvación meramente interior, encerrada en el subjetivismo, que consiste en elevarse «con el intelecto hasta los misterios de la divinidad desconocida».
LA SALVACIÓN CONSISTE EN NUESTRA UNIÓN CON CRISTO
Frente a estas tendencias, precisa el Prefecto, «la presente Carta desea reafirmar que la salvación consiste en nuestra unión con Cristo, quien, con su Encarnación, vida, muerte y resurrección, ha generado un nuevo orden de relaciones con el Padre y entre los hombres, y nos ha introducido en este orden gracias al don de su Espíritu, para que podamos unirnos al Padre como hijos en el Hijo, y convertirnos en un solo cuerpo en el «primogénito entre muchos hermanos» (Rom 8, 29)».
LA IGLESIA, FUNDAMENTAL
El texto de Doctrina de la Fe recuerda que «el lugar donde recibimos la salvación traída por Jesús es la Iglesia» y señala que «comprender esta mediación salvífica de la Iglesia es una ayuda esencial para superar cualquier tendencia reduccionista».

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