El Papa Francisco recordó que Dios es el único juez
y que por lo tanto no corresponde a las personas juzgar a los demás. Insistió
en que el juicio divino es muy diferente del humano, y que se sostiene sobre
pilares de misericordia.
En la homilía de la Misa celebrada en la Casa Santa Marta este lunes 26
de febrero, el Santo Padre recordó que “Dios es el
único juez”, y por lo tanto es a Él a quien le corresponde juzgar a las
personas. “No juzguéis y no seréis juzgados”, recordó
remitiéndose a las palabras de Evangelio.
“Juzgar a los demás es una cosa fea, porque el
único juez es el Señor”, insistió. “En las reuniones que tengamos, en una comida, o donde sea, que dure,
por ejemplo, dos horas…, de esas dos horas, ¿cuántos minutos hemos estado
juzgando a los demás?”.
Por el contrario, invitó a ser misericordiosos: “Sed
misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso. Todavía más: sed
generosos. Dad y se os dará. ¿Y qué es lo que se me dará? Una buena medida,
desbordante y llena. La abundancia de la generosidad del Señor, al no juzgar se
nos llenará con la abundancia de la misericordia”.
El Pontífice destacó que la justicia de Dios no es como la justicia
humana, ya que se cimenta en la misericordia. “Sabemos
que la justicia de Dios es misericordia. Pero hace falta decirlo: ‘A Ti (a
Dios) te corresponde la justicia, a nosotros la vergüenza’. Y cuando se
encuentran la justicia de Dios con nuestra vergüenza, ahí se produce el
perdón”.
En este sentido, invitó a preguntarse: “¿Creo
que he pecado contra el Señor? ¿Creo que el Señor es justo? ¿Creo que sea
misericordioso? ¿Me avergüenzo delante de Dios por ser pecador? Así de simple:
a Ti la justicia, a mí la vergüenza”. Por ello exhortó a “pedir la gracia de la vergüenza”.
“La vergüenza es una gran gracia”, explicó. Mediante ella, “recordamos la
actitud que debemos tener con el prójimo”. Ayuda a “recordar que con la medida con que juzgue, yo seré
juzgado. No debo juzgar. Y si digo cualquier cosa sobre otro, que sea con
generosidad, con misericordia. La actitud ante Dios, este diálogo es esencial:
‘A ti la justicia, a mí la vergüenza’”, concluyó.
Evangelio comentado por
el Papa Francisco:
Lucas 6:36-38
36 «Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo.
37 No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis
condenados; perdonad y seréis perdonados.
38 Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante
pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque con la medida con que midáis
se os medirá.»
Redacción ACI
Prensa
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