Este 25 de febrero la Iglesia celebra el segundo
domingo de Cuaresma. El Evangelio del día corresponde a la lectura
de Marcos 9:2-10, pasaje que narra el momento de la Transfiguración del
Señor.
A continuación puede leer el Evangelio y la Homilía
del Obispo de Santa María de los Ángeles (Chile), Felipe Bacarreza Rodríguez:
Evangelio del día
(Marcos 9:2-10)
2 Seis
días después, toma Jesús consigo a Pedro, Santiago y Juan, y los lleva, a ellos
solos, aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos,
3 y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, tanto que ningún batanero en la tierra sería capaz de blanquearlos de ese modo.
4 Se les aparecieron Elías y Moisés, y conversaban con Jesús.
5 Toma la palabra Pedro y dice a Jesús: «Rabbí, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías»;
6 - pues no sabía qué responder ya que estaban atemorizados -.
7 Entonces se formó una nube que les cubrió con su sombra, y vino una voz desde la nube: «Este es mi Hijo amado, escuchadle.»
8 Y de pronto, mirando en derredor, ya no vieron a nadie más que a Jesús solo con ellos.
9 Y cuando bajaban del monte les ordenó que a nadie contasen lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.
10 Ellos observaron esta recomendación, discutiendo entre sí qué era eso de «resucitar de entre los muertos.»
3 y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, tanto que ningún batanero en la tierra sería capaz de blanquearlos de ese modo.
4 Se les aparecieron Elías y Moisés, y conversaban con Jesús.
5 Toma la palabra Pedro y dice a Jesús: «Rabbí, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías»;
6 - pues no sabía qué responder ya que estaban atemorizados -.
7 Entonces se formó una nube que les cubrió con su sombra, y vino una voz desde la nube: «Este es mi Hijo amado, escuchadle.»
8 Y de pronto, mirando en derredor, ya no vieron a nadie más que a Jesús solo con ellos.
9 Y cuando bajaban del monte les ordenó que a nadie contasen lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.
10 Ellos observaron esta recomendación, discutiendo entre sí qué era eso de «resucitar de entre los muertos.»
Homilía de Mons.
Bacarreza:
El Evangelio de este Domingo II de Cuaresma nos presenta el
acontecimiento de la Transfiguración de Jesús, a la que fueron invitados los
apóstoles: Pedro, Santiago y Juan. “Jesús se
transfiguró delante de ellos, y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy
blancos, tanto que ningún batanero en la tierra sería capaz de blanquearlos de
ese modo”. Ante esa visión, los apóstoles escucharon una voz del cielo
que, refiriéndose a Jesús, declara: "Este es
mi Hijo amado”. El Evangelio dice que esa voz salió de la nube que se
formó, informándonos así sobre la identidad del que habla. Para los judíos, la
nube era un signo claro de la presencia de Dios. El que habla es entonces el
Dios de Israel, el Dios único que se reveló en la historia de Israel como el
Creador de todo y el Salvador del hombre. Él declara que Jesús es su Hijo
amado.
Redacción ACI
Prensa
No hay comentarios:
Publicar un comentario