La policía de Delhi (India) ha
encontrado a unas 200 mujeres
presuntamente confinadas en el centro de meditación de un gurú espiritual.
Algunos participantes de la redada quedaron conmocionados tras ver las pésimas
condiciones en las que se encontraban las jóvenes, muchas de ellas menores. Una ONG local denuncia que en esas
instalaciones se han cometido agresiones sexuales. Lo cuenta Víctor M. Olazábal
en el diario El Mundo.
Según ha declarado Swati
Maliwal, jefa del Comisionado de Delhi para la Mujer, tras una “gigantesca operación”
han sido rescatadas 41 niñas menores de un ashram (templo) situado en
Rohini, al norte de la capital india. “Ahora se
asesorará a estas chicas, se contactará con sus padres y se verificará su edad”, escribió en Twitter. “Las
restantes 150 chicas tienen menos de 30 años y deberían ser liberadas del ashram”.
EL CENTRO DE MEDITACIÓN ERA UN
LABERINTO
Maliwal dijo a El Mundo
que las menores liberadas “se encuentran bien” y en un centro de acogida. La operación ha tenido
lugar ayer, 21 de diciembre, después de que la policía llevase a cabo otras dos
incursiones durante la semana. En la primera de ellas, los agentes descubrieron el horror. Maliwal estuvo presente.
“Las
chicas estaban prisioneras, pero el sitio era peor que una cárcel”, afirmó a este diario. Según
relató a la prensa local tras la última operación policial, el centro de
meditación era una especie de “laberinto” de pasillos de baja altura y puertas metálicas
cerradas. Una detrás de otra. Costó entrar, dice, y costó convencer a las mujeres para que les permitiesen inspeccionar las
instalaciones de su guía espiritual, un gurú llamado Virender Dev Dixit.
Nandita Rao, abogada, también
acompañó a los policías durante la primera inspección. “Las reclusas permanecían confinadas en espacios oscuros
sin luz solar y sin rendijas, no había ninguna salida. La zona para dormir
también estaba controlada y las chicas
no tenían privacidad”, según
informó después al tribunal superior de Delhi. La letrada afirmó que las
mujeres se encontraban en “condiciones similares a las de los animales”.
SIN RESTOS DE ESPIRITUALIDAD
Tanto Rao como Maliwal
aseguran que las jóvenes parecían
aturdidas y drogadas. La policía encontró en las instalaciones numerosas
jeringuillas y fármacos. Al día siguiente, los agentes realizaron una segunda
redada en los alojamientos para hombres. De acuerdo a las declaraciones de
Maliwal, las pocas mujeres que accedieron a hablar aseguraban estar ahí para el
estudio de la espiritualidad, pero la comisionada afirmó que en toda la
inspección “no
encontramos libros o materiales que indicaran que se impartiera conocimiento
espiritual”.
Sí encontraron “maletas llenas de cartas con contenido sexual explícito” supuestamente escritas por mujeres y dirigidas a su gurú. Uno de
los trabajadores del ashram que se encontraba en las instalaciones dijo, según
cita The Indian Express, que las mujeres “quieren
quedarse en el centro por su propia voluntad, son bien alimentadas y se les
enseña yoga” y sabiduría hindú.
SITUACIÓN EXTREMADAMENTE
PELIGROSA
Fue el Tribunal Superior de
Delhi el que ordenó las operaciones policiales después de que la Fundación por
el Empoderamiento Social, una ONG local, denunciase que varias mujeres, incluidas menores, se encontraban confinadas de manera
ilegal en una “universidad espiritual” que se cree que lleva abierta unos 25 años. La
ONG se basaba en el testimonio de una menor que había logrado escapar de las
instalaciones y que aseguraba que había sido violada en ese lugar.
Tras escuchar esta historia,
los jueces determinaron que la situación era “extremadamente
peligrosa” y ordenaron la inmediata
inspección de las instalaciones. Maliwal, que agradece la insólita rapidez con
la que ha actuado el tribunal, afirma que esto sólo acabará cuando el ashram sea cerrado y su gurú esté entre rejas.
Virender Dev Dixit ha sido llamado ante el tribunal pero todavía no ha sido
detenido.
Los jueces compararon este
caso con el del gurú Gurmeet Ram Rahim, líder de una secta
millonaria condenado este verano a 20 años de prisión por violar a dos de sus
discípulas. La sentencia generó violentas protestas de sus devotos que acabaron
con decenas de muertos y centenares de heridos. En aquella ocasión, se demostró
que el santón Ram Rahim usaba su poder y su influencia para amenazar y
chantajear a sus fieles seguidoras con tal de mantener relaciones sexuales con
ellas. “Este problema es similar”, afirman los jueces sobre el caso que ha salido a
la luz esta semana.
Secretaría RIES
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