Cada caso es distinto,
afirma un exorcista.
Tuvo una experiencia demoníaca en una de sus primeras misas, pero nunca
pensó que se dedicaría a este ministerio.
Un
sacerdote estadounidense que cursó este verano en Roma un
perfeccionamiento como exorcista asegura que el diablo y los demonios en
general odian a la familia porque ésta es “una imagen de la Santísima Trinidad”.
DECISIVA INFLUENCIA
PATERNA
En
entrevista concedida a ACI Prensa, el presbítero, que prefirió mantenerse en el
anonimato, señaló que entre los factores comunes que encuentra en las personas
poseídas ve gente con “profundas heridas en sus vidas y sobre todo, en su familia”.
El
sacerdote indicó que el demonio fácilmente accede a familias donde “los padres han
tomado elecciones realmente malas”, y al obrar así “han invitado a influencias malignas al interior de su
hogar”. Las malas acciones que atraen al demonio a los hogares son “la infidelidad
marital, el aborto, hacer cosas que rompen la familia”, señaló.
UN ENDEMONIADO DE 13 AÑOS
UN ENDEMONIADO DE 13 AÑOS
El
presbítero admitió que nunca pensó en dedicarse al exorcismo, pero un inesperado suceso en una de sus primeras
misas tras su ordenación, hace 15 años, marcó el inicio de su
acercamiento a esta labor sacerdotal: “En el
momento de la consagración de la sangre preciosa, le pedí al Señor que
derramase su sangre sobre la juventud y ayudase a todos los hombres jóvenes que
podrían tener vocación al sacerdocio”, recordó. La reacción instantánea
de un joven de 13 años sorprendió al joven sacerdote: “Cayó
de espaldas y comenzó a gruñir. Yo pensé: ¡No esparaba esto!”.
DEMASIADO POCOS
EXORCISTAS
Muchos
años después, él es parte de una nueva generación de exorcistas en formación en
Estados Unidos, luego que de los
obispos del país decidieran, en noviembre de 2010, incrementar su número.
A pesar de que la ley canónica estipula que cada diócesis debería contar con un
exorcista, se estima que no superarían los 50 sacerdotes dedicados a esta labor
en Estados Unidos. "Nos hemos organizado para asegurarnos de que quienes más necesitan ayuda
la obtengan”, explicó este sacerdote procedente del noreste de
aquel país.
Durante
su estancia en Roma, donde fue enviado por su obispo para aprender del trabajo
de seis exorcistas oficiales de esa diócesis, el sacerdote se “involucró” en alrededor de tres exorcismos al
día: “No hay dos casos parecidos. Ese ha sido un
real aprendizaje para mí. El rito del
exorcismo no es una fórmula mágica”.
El
sacerdote señaló que “no es el demonio o el
exorcista quien está en el centro de esto, sino una persona que está sufriendo mucho y que necesita de certera
liberación a través de Cristo”
¿QUIÉNES SON LOS
DEMONIOS?
La
palabra demonio viene del griego y la
palabra diablo del latín, explicó: "Cualquiera
de esos nombres está bien. Son ángeles
caídos que fueron creados buenos”.
Los primeros Padres de la Iglesia, entre ellos San Jerónimo y San Agustín, especularon que estos ángeles se rebelaron “a causa de que les fue revelado el plan de Dios de la Encarnación” y su “repulsión a la idea de que Dios, que es espíritu puro e infinito, debiese hacerse hombre”.
Los primeros Padres de la Iglesia, entre ellos San Jerónimo y San Agustín, especularon que estos ángeles se rebelaron “a causa de que les fue revelado el plan de Dios de la Encarnación” y su “repulsión a la idea de que Dios, que es espíritu puro e infinito, debiese hacerse hombre”.
Por esta
razón, el sacerdote indicó que los demonios tienen una “fascinación con lo físico” y
con “hacer sufrir a las personas”: “Una vez que el
rito se inicia, normalmente se comienza a manifestar en la persona, que sufre
de diferentes maneras, con violencia, cambios en el rostro, cambio de la voz...
El demonio sólo quiere intimidar, pero básicamente hay que ignorarlo y
decir ‘oye, yo soy el que da las
órdenes aquí, amigo’”.
LA RAZÓN DE LA POSESIÓN
LA RAZÓN DE LA POSESIÓN
La
inteligencia angélica del demonio, dijo a ACI Prensa, también implica que ellos
saben que Dios sólo permite sus
actividades diabólicas para llevar la salvación a personas a través de
un “sufrimiento expiatorio”.
“Estas personas sufrientes se
están volviendo santos al ofrecer sus sacrificios”, que Dios entonces recibe y “bendice
a gran parte de la Iglesia en todo el mundo”.
El
sacerdote afirmó que “cuando le recuerdas eso al
diablo, se pone furioso”, porque sabe que está perdiendo, y por lo tanto
“quiere conseguir lo que pueda, mientras pueda. Si no puede ganar las almas de estas personas,
quiere al menos hacer sus vidas miserables”.
LAS RESPUESTAS DEL DIABLO
LAS RESPUESTAS DEL DIABLO
El
presbítero estadounidense indicó que cuando habla con el demonio le hace una
serie de preguntas, como cuál es su nombre: "Cuando usas su nombre en una orden, eso lo
debilita”. Una vez que el demonio dice su nombre, el exorcista le
ordena “salir”, y también le podría
preguntar “cómo entró y cuándo va a salir":
“Al responder a esto último es como si ellos hubieran sido entrenados para
decir lo mismo, ‘nunca me voy a ir’, pero eventualmente lo harán”.
La clave
es limitar el diálogo, dijo el aprendiz de exorcista. “No quieras hacerle preguntas sólo por
curiosidad, eso no es saludable”, subrayó.
También
es posible “decir cosas para humillar al demonio”, tales
como invocar la presencia de santos, ángeles guardianes y, la más “temida” de
todas, de la Virgen María. Es entonces que “puedes
realmente ver un cambio en el comportamiento del demonio”.
El final viene a menudo cuando el diablo empieza a mostrar arranques de ira y violencia, cuando “es común que bote espuma por la boca”.
El final viene a menudo cuando el diablo empieza a mostrar arranques de ira y violencia, cuando “es común que bote espuma por la boca”.
En caso
de que se haya roto una maldición, la persona “comenzará
a vomitar objetos que fueron usados en
la maldición. El vómito cambia a verde, luego a rojo, y otra vez verde”.
Entonces, el exorcista sabe que está tocando el fondo: “Entonces está siendo realmente eficaz y ésas son buenas señales. No es algo placentero de ver, pero tú sabes que estás siendo efectivo”.
Entonces, el exorcista sabe que está tocando el fondo: “Entonces está siendo realmente eficaz y ésas son buenas señales. No es algo placentero de ver, pero tú sabes que estás siendo efectivo”.
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