Si uno
sostiene en una mano un trozo de arcilla verde oscuro y en la otra un trozo de
arcilla verde claro, se puede identificar enseguida los dos matices de color.
No obstante, si uno amasa ambos trozos juntos hasta que queden bien mezclados,
se verá un trozo de arcilla verde… al menos a simple vista. Al observarlo con
atención, se logran percibir trazas de arcilla verde oscuro y claro, pero ya no
es posible volver a separarla en dos masas de color diferente.
Esa es
una imagen de lo que significa que un esposo y su esposa se conviertan en una
carne: el amor une a la pareja, en especial cuando amalgaman algunas de sus
diferencias y desarrollan una vida de objetivos, actividades y relaciones en
común.
Una
abuela le anunció a su pequeña nieta que Juan y Carmen vendrían de visita. Con
ansiosa expectación prepararon un festín y limpiaron con esmero a la espera de
los invitados. Cuando llegaron, la pequeña exclamó con los ojos llenos de
asombro: Abuela llegaron dos personas. ¡Alguien vino con Juanicarmen!
Cuando
el nombre de uno se asocia de manera tan estrecha con el otro… ¡la arcilla está
mezclada a la perfección!
La
familia comienza con un compromiso de amor.
Efesios
5:31
Por esto dejará a su padre y a su madre
y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.
Por esto dejará a su padre y a su madre
y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.
No hay comentarios:
Publicar un comentario