Es diverso lo que
puede hacerse cuando sólo está merodeando un grupo sectario y lo que puede
hacerse cuando ya ha entrado en él.
Por: P. Miguel A. Fuentes, IVE | Fuente: TeologoResponde.org
Por: P. Miguel A. Fuentes, IVE | Fuente: TeologoResponde.org
PREGUNTA:
Somos una familia católica, con hijos ya
grandes. Una de mis hijas se ha puesto de novia con un joven extraño. Ella,
desde hace un tiempo ha dejado de ir a Misa, y no nos acompaña cuando rezamos.
Ya no es la misma con nosotros. Pensamos que su novio la está llevando a alguna
secta o algo parecido. ¿Qué nos aconseja hacer?
RESPUESTA:
Estimada Señora:
Sin ser un especialista en estos temas, le señalo algunas pautas [1].
Ante todo, existen una serie de signos para
reconocer si un familiar o amigo está siendo captado por un grupo fanático. Por
ejemplo: la inestabilidad emocional; el cambio de conducta injustificado; la
incapacidad para sostener sus afectos, distanciándose de los más cercanos;
pérdida de la libertad; falsa mejora de la autoestima y la seguridad frente a
la familia, pero claramente dependiente del reconocimiento de su nuevo grupo
donde se siente inseguro.
En segundo lugar, es diverso lo que puede
hacerse cuando sólo está merodeando un grupo sectario y lo que puede hacerse
cuando ya ha entrado en él.
Con los que están siendo
atraídos
Cuando todavía no ha entrado en el grupo hay que
intentar hablar con esta persona para reflexionar sobre sus nuevas amistades,
sus cambios de conducta, las consecuencias de las decisiones que toma, etc.
Pero generalmente esa conversación puede acabar en discusión o en silencio
recíproco. Eso no debe ocurrir: sus captadores, lo primero que le profetizan al
candidato a adepto es que tendrá que afrontar la incomprensión y el rechazo de
sus familiares y amigos.
Por este motivo, hay que mantener los lazos
afectivos tan estrechos y activos como sea posible. Este es el camino de salida
siempre abierto para cuando decida abandonar el grupo, lo cual no significa
mentir sobre la opinión que nos merece el grupo o su doctrina, pero supone un
respeto por sus opciones personales. Esto nos da derecho a pedir de él/ella la
misma actitud y subrayar que lo que nos une es el afecto por encima de las
ideas del grupo.
La mejor manera de ayudar una persona en esta
situación es mantener el contacto con ella, ser conscientes de que está siendo
manipulada y que su capacidad de razonamiento y de percepción de la realidad
están reducidas, buscar el consejo de personas expertas, tener mucha paciencia
y no ceder a los impulsos, presiones o chantajes del grupo pero sin oponerse
frontalmente. En general los grupos destructivos suelen aliviar su presión
sobre quien, pasado un año, no se compromete de manera estable.
Es importante no entregarle dinero porque casi
seguro que irá a parar, por una vía u otra, al grupo. También es bueno no
dejarse atemorizar por el presunto «poder» del grupo. Juegan muy bien el juego
del engaño y la intimidación pero es preciso ser prudentes y actuar con
decisión. Sin manifestar aprobación, es conveniente mostrar una actitud de
curiosidad que permita mantenerse al tanto de lo que acontece dentro del mismo.
En esta línea, toda información, publicación, libro, etc. que podamos obtener
es valioso, pero no conviene acudir a alguna reunión o presentación (a menos
que uno esté muy bien preparado) pues los métodos de persuasión son funestos y
todos podemos sucumbir a la fascinación o al miedo.
Con los que ya han entrado
en una secta
Cuando ya han sido captados por un grupo hay que
tratar de mantener un contacto frecuente por cualquier medio, aún cuando
tengamos muy poca respuesta; expresar insistentemente nuestro afecto en toda
forma y oportunidad; recordarle siempre que lo queremos, más allá de sus
opciones personales; mantener la calma aún ante comentarios agresivos o
despectivos. Buscar información y ayuda profesional sobre el problema en
general, y sobre el grupo en particular. Muchas Conferencias Episcopales tienen
oficinas especializadas en el problema de las sectas y en la ayuda que
necesitan las personas captadas por ellas.
[1] Tomo los datos de un
artículo aparecido en Zenit 7/05/2000.
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