SON LOS CASOS DE LOS
QUE HABLA EL DOCTOR THEILLIER, MÉDICO QUE HA ESTUDIADO LOS MILAGROS DE LOURDES
El doctor Patrick Theillier
conoce bien los fenómenos sobrenaturales. Católico convencido y comprometido,
ha trabajado durante 10 años como médico de la Oficina de Constataciones
Médicas del Santuario de Lourdes. Junto a otros médicos, no necesariamente
creyentes, se ha esforzado por verificar científicamente el carácter
humanamente inexplicable de las curaciones obtenidas por intercesión de Nuestra
Señora de Lourdes.
Y es precisamente a partir de
las conclusiones elaboradas por esta oficina que le fue posible a la Iglesia
llegar al reconocimiento de algunos milagros. Una curación inexplicable se
declara milagro cuando la autoridad eclesiástica competente reconoce un signo
del poder y el amor de Dios presente en la vida de los hombres, capaz de
fortalecer la fe del pueblo cristiano.
En “Quando
la mia anima uscì dal corpo” (ediciones
San Pablo) – Cuando mi alma salió del cuerpo – el doctor Theillier estudia las experiencias de
premuerte, o acaecidas “en los límites de la
muerte” (conocidas con la sigla inglesa NDE, Near-Death Experience).
1 – “HICE UN VIAJE AL CIELO”
En 2010 Todd Burpo, un pastor
de la iglesia metodista de Nebraska, en Estados Unidos, escribió un pequeño
libro, Heaven Is for Real, (El Paraíso es real) en donde contó la NDE de su
hijo Colton: “Hizo un viaje al Cielo” durante una operación de peritonitis en
la que sobrevivió. La historia es particular porque Colton tenía sólo 4 años
cuando sucedió, y les contó su experiencia a sus padres, quienes quedaron
impactados, pues lo hizo de forma casual y fragmentada. La NDE de los niños son
las más conmovedoras porque son las menos contaminadas, las más verdaderas; se
podría decir: las más vírgenes.
PREMUERTE MÁS AUTÉNTICA EN LOS NIÑOS
El pediatra Melvin Morse,
director de un grupo de investigación de las experiencias de premuerte en la
Universidad de Washington, dice:
“Las
experiencias de premuerte de los niños son sencillas y puras, no están
contaminadas por ningún elemento de carácter cultural o religioso. Los niños no
quitan experiencias como hacen a menudo los adultos, y no tienen dificultad en
integrar las implicaciones espirituales de la visión de Dios”.
“AHÍ ME CANTARON LOS ÁNGELES”
Este es el resumen de la
historia de Colton como aparece en el libro Heaven
Is for Real. Cuatro meses después
de su operación, al pasar en coche cerca del hospital donde fue operado, su
mamá le preguntó si se acordaba, Colton respondió con una voz neutra y sin
excitación: “Sí, mamá, me acuerdo. Ahí me
cantaron los ángeles”. Y con un
tono serio añadió: “Jesús les dijo que cantaran
porque yo tenía mucho miedo. Y luego estuve mejor”. Impresionado, su
padre le preguntó: “¿Quieres decir que estaba
también Jesús?” El niño haciendo ademán afirmativo con la cabeza,
como si confirmara algo muy normal, dijo: “Sí,
también estaba él”. El papá le
preguntó: “Dime, ¿dónde estaba Jesús?”. El niño le respondió: “Yo
estaba sentado en sus piernas”.
LA DESCRIPCIÓN DE DIOS
Es fácil imaginarse a los
padres preguntarse si todo esto es verdad. Ahora, el pequeño Colton cuenta que
dejó su cuerpo durante la operación, y lo demuestra describiendo con precisión
lo que cada uno de los padres estaba haciendo en ese momento en otra parte del
hospital.
Impactó a sus padres al
describir el Cielo con particularidades inéditas, correspondientes a la Biblia.
Describió a Dios como realmente grande y dijo que nos ama. Dijo que es Jesús
quien nos recibe en el Cielo.
Ya no tiene miedo de la
muerte. Lo dijo a su papá una vez que le dijo que corría el riesgo de morir si
atravesaba la calle corriendo: “Que hermoso. Quiere
decir que volveré al Cielo”.
EL ENCUENTRO CON LA VIRGEN MARÍA
Después, respondió con la
misma sencillez a las preguntas que le hicieron. Sí, vio animales en el Cielo.
Vio a la Virgen María arrodillada frente al trono de Dios, y muchas veces cerca
de Jesús, y que ama como lo hace una madre.
2 – EL “TÚNEL” DEL NEUROCIRUJANO
El doctor Eben Alexander,
neurocirujano estadounidense, especialista del cerebro, no creía absolutamente
en una vida después de la muerte. Era escéptico: para él, todas las historias
de NDE eran delirios y estupideces. En 2008 tuvo una meningitis fulminante que
le hizo cambiar de idea. Contó su experiencia de premuerte primero en un
artículo del semanario estadounidense Newsweek, y luego en un libro. Un
viaje que lo convenció de la existencia de una vida después de la muerte.
“ESTABA EN UNA DIMENSIÓN MÁS AMPLIA DEL UNIVERSO”
Hace cuatro años los médicos
del hospital general de Lynchburg, en Virginia, donde él trabajaba, le
diagnosticaron una rara forma de meningitis bacteriana, que normalmente ataca a
los recién nacidos. Las probabilidades de salir sin entrar en un estado
vegetal eran pocas, y se volvieron casi nulas en las urgencias.
“Pero
mientras las neuronas de mi corteza se reducían a la inactividad completa, mi
consciencia, liberada del cerebro, recorrió una dimensión más amplia del
universo, una dimensión que no había soñado y que habría sido feliz de poder
explicar científicamente antes de hundirme en el coma. Hice un viaje a un
ambiente lleno de grandes nubes rosas y blancas… Muy por encima de estas nubes,
en el cielo, giraban en círculo seres cambiantes que dejaban tras de sí largas
estelas. ¿Pájaros? ¿Ángeles? Ninguno de estos términos describe bien a estos
seres que eran distintos de todo lo que he visto en la Tierra. Eran más
evolucionados que nosotros. Eran seres superiores”.
UN CANTO CELESTIAL
El doctor Eben Alexander se
acuerda de haber oído un sonido en pleno desarrollo, como un canto celestial,
que venía de arriba, y que le dio gran alegría, y de ser acompañado en su
aventura por una joven mujer.
Después de esta NDE, el doctor
Alexander no tuvo más dudas: la consciencia no es ni producida ni limitada por
el cerebro, como el pensamiento científico dominante sigue considerando, y se
extiende más allá del cuerpo.
NUEVA IDEA DE CONSCIENCIA
“Ahora,
para mí es – dice Alexander – cierto que la idea materialista
del cuerpo y el cerebro como productores, más que como vehículos, de la
conciencia humana, ha sido superada. En su lugar ya está naciendo una nueva
visión del cuerpo y del espíritu. Esta visión, a su vez científica y
espiritual, dará lugar a la verdad, que es el valor que los más grandes
científicos de la historia siempre han buscado”.
3 – EL FUSILAMIENTO
He aquí una carta de don Jean
Derobert. Es un testimonio certificado con ocasión de la canonización de Padre
Pío.
“En
aquel tiempo – explica don Jean – trabajaba en el
Servicio Sanitario del ejército. El Padre Pío, que en 1955 me había aceptado
como hijo espiritual, en los momentos cruciales de mi vida siempre me había
hecho llegar una nota en donde me aseguraba su oración y su apoyo. Así fue
antes de mi primer examen en la Universidad Gregoriana de Roma, así fue cuando
entré en el ejército, así fue también cuando tuve que ir a combatir a Argelia”.
UNA NOTA DE PADRE PÍO
“Una
noche, un comando F.L.N. (Frente de Liberación Nacional Argelino) atacó nuestra
ciudad. Fui arrestado, me pusieron frente a una puerta junto a otros cinco
militares, fuimos fusilados (…). Esa mañana había recibido una nota del Padre
Pío con dos líneas escritas a mano: “La vida es una lucha pero conduce a la
luz” (subrayando lucha y luz)”.
LA SUBIDA AL CIELO
Inmediatamente don Jean vivió
la experiencia de salir del cuerpo. “Vi mi
cuerpo a mi lado, acostado y ensangrentado, en medio a mis compañeros
asesinados también. Comencé una curiosa ascensión hacia lo alto dentro de una
especie de túnel. De la nube que me rodeaba distinguía rostros conocidos y
desconocidos. Al principio estos rostros eran tétricos: se trataba de gente
poco recomendable, pecadores, poco virtuosos. Poco a poco, mientras subía los
rostros que encontraba se volvían más luminosos”.
EL ENCUENTRO CON LOS PADRES
“De
repente mi pensamiento se dirigió a mis padres. Me encontré cerca de ellos en
mi casa, en Annecy, en su habitación, y vi que dormían. Intenté hablar con
ellos sin éxito. Vi el departamento y observé que habían cambiado un mueble.
Muchos días después, al escribir a mi mamá, le pregunté por qué había cambiado
ese mueble. Ella me respondió: “¿Cómo lo sabes?”. Luego pensé en el papa Pio
XII, que conocía bien porque fui estudiante en Roma, y enseguida me encontré en
su habitación. Se había apenas acostado. Nos comunicamos intercambiando
pensamientos: era un gran espiritual”.
“CHISPA DE LUZ”
De repente don Jean se
encontró en un paisaje maravilloso, invadido por una luz azul y dulce. Habían
cientos de personas, todas con treinta años aproximadamente. “Encontré a gente conocida (…). Dejé este “paraíso”
lleno de flores extraordinarias y desconocidas para mí, y ascendí un poco más
alto… Allá perdí mi naturaleza de hombre y me volví una “chispa de luz”. Vi
muchas otras “chispas de luz” y sabía que eran san Pedro, san Pablo, san Juan,
un apóstol, tal santo tal otro”.
LA VIRGEN Y JESÚS
“Luego
vi a santa María, bella más allá de lo increíble con su manto de luz. Me acogió
con una sonrisa increíble. Detrás de ella estaba Jesús maravillosamente bello,
y todavía más atrás había una zona de luz que sabía que era el Padre, y
reconocí ahí la felicidad perfecta, como una cierta experiencia de la
eternidad”.
La primera vez que vi al Padre
Pío después de esta experiencia, el fraile le dijo: “¡Oh,
el trabajo que me diste tú, pero lo que viste fue muy bello!”.
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