JIM
Castle estaba cansado cuando abordo el avión una noche de 1981.
Después de una semana llena de
reuniones y seminarios, ahora descansaba tranquilo en su asiento agradecido de
volver a casa: Kansas City .
En cuanto más pasajeros abordaban
el avión, más se oía el murmullo de sus conversaciones mezcladas con el sonido
de los equipajes de mano guardándose en los compartimientos. De repente, un
silencio... Jim volvio su cabeza para ver que pasaba. Se quedó boca-abierta.
Caminando por el pasillo, venían
dos monjas vestidas en hábitos blancos con un borde azul. El reconoció esa cara
a la primera mirada: piel arrugada, ojos cálidos. La misma cara que estaba en
la portada de la revista TIME, y que siempre aparecía en el noticiero de
televisión. Las dos monjas se detuvieron y Jim reconoció que su compañera de
vuelo seria nadie mas que la propia Madre Teresa.
En cuanto los pasajeros estaba
acomodados, Madre Teresa y su compañera sacaron sus rosarios. Cada decena de
cuentas, tenía diferente color. 'Cada decena
representa varias areas del mundo' _ le dijo, 'Rezo por los pobres y
moribundos de cada continente' - añadió.
Comenzó el vuelo, las dos monjas
comenzaron a rezar, dejando oír solo murmullos. Aunque Jim no se consideraba
católico practicante y asistir a la Iglesia no era su hábito, inexplicablemente
se encontró envuelto en el rezo. Cuando hubieron terminado, Madre Teresa se
volvió hacia él. Por primera vez Jim entendió a que se refiere la gente cuando
hablan acerca de un 'aura'. Una sensación de
paz lo envolvió.
'Joven' -le dijo
'Rezas El Rosario
frecuentemente?' -preguntó
'No' - admitió.
Ella tomó la mano de Jim.
Mirándolo a los ojos, sonrió: 'Bueno, lo harás de
ahora en adelante' - replicó, mientras dejaba caer su Rosario en la
palma de la mano de Jim.
Una hora mas tarde, en el
aeropuerto de Kansas, describió a Ruth su esposa lo ocurrido, y el por qué
traía un Rosario en la mano. 'Es como encontrarse
con una verdadera hermana de Dios' - decía.
Nueve meses mas tarde, visitaron
a una amiga de hacía mucho tiempo: Connie.
Connie tenía cáncer en los
ovarios.
'Voy a luchar, no
me daré por vencida' -decía Connie cuando Jim recordó
El Rosario que Madre Teresa le había dado.
Después de contar la historia le
dijo Jim a Connie: 'Quédatelo, puede que te sirva'
'Gracias, espero
poder regresártelo' - contestó Connie.
Pasó más de un año... Connie
regresó El Rosario.
'Lo mantuve conmigo
todo el tiempo' -dijo
'El médico dijo que
no sería fácil, he tenido cirugía, quimioterapia; pero el mes pasado, los
médicos hicieron una segunda cirugía, y el tumor ha desaparecido!!!' -añadió 'por eso te regreso El Rosario' -
dijo agradecida.
En el otoño de 1987, Liz cuñada
de Jim cayó en una gran depresión después del divorcio. Le pidió prestado El
rosario a Jim. Ella lo colgó en el respaldar de la cama y cuando se sentía
deprimida, lo tomaba en sus manos, rezaba El Rosario y literalmente sentía que
no estaba sola. 'Era como si una mano me consolaba'
-dijo.
Gradualmente, Liz mejoró su vida,
y regresó El Rosario a Jim.
Entonces, una noche en 1988, una
llamada de teléfono: Un amigo que tenía a su mamá en coma pedía prestado El
Rosario.
Esta familia, tenía la esperanza
que con éste Rosario, su mamá pudiera morir en paz; y así fue:
'La enfermera nos
dijo que mi mamá oía, entonces le expliqué la historia de este Rosario y fue
como si su semblante se relajara, lo sujetó todo el tiempo, hasta que minutos
mas tarde, se nos fue' -explicó.
¿Hay poderes especiales
en esas cuentas? ¿O es el poder del rezo del Santo Rosario?
Madre Teresa llevaba consigo todo
lo que poseía en una bolsita: El Rosario. Trato de recordar lo que de veras
cuenta: no es el dinero, ni títulos, o lo que poseamos. Es el amor que tenemos
a los demás.
Pidamos al Señor que a través de
su Madre, La Virgen María, sean derramadas sobre nosotros abundantes
bendiciones.
En la vida necesitamos ser
fuertes y a través de la Gracia de Dios, alcanzamos perseverancia.
Unámonos al rezo del Santo
Rosario.
No solo pidamos por los pobres y
los agonizantes, también por nuestros sacerdotes para que reciban la fuerza de
predicar el evangelio a nosotros, el pueblo de Dios.
Publicado por Unción Católica y Profética
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