Análisis de laboratorios
confirman que la estructura de la fibra del músculo del corazón y la estructura
del pan estaban interligadas de una forma imposible de reproducir por medios
humanos
Todos los días, en todos los
altares del mundo, se produce el mayor milagro posible: el de la transformación
del pan y del vino en el verdadero Cuerpo
y Sangre de Jesucristo.
Sin embargo, al recibir la
comunión, sólo podemos tocarlo con la fe, pues a nuestros sentidos se les
ofrece sólo la forma del pan y del vino físicamente inalterada por la
consagración.
¿Qué implicaciones tiene, por
tanto, el acontecimiento eucarístico de
Sokólka, Polonia?
Sucedió el 12 de octubre de
2008, domingo, después de la beatificación del siervo de Dios p. Miguel Sopocko.
En la Santa Misa celebrada en la iglesia
parroquial de San Antonio de Sokólka,
a las 8:30 h, una hostia
consagrada cayó de las manos de uno de los sacerdotes durante la
distribución de la comunión, junto al altar. El sacerdote interrumpió la
distribución de la comunión, la recogió y, de acuerdo con las normas
litúrgicas, la colocó en el vásculum, un pequeño recipiente con
agua que se encuentra normalmente al lado del sagrario, y que sirve para que el
sacerdote de lave los dedos después de distribuir la comunión. La hostia
debería disolverse en ese recipiente.
La hermana Julia Dubowska, de la
congregación de las Hermanas Eucarísticas, era sacristana y servía en la
parroquia. Al final de la misa, a petición del párroco, p. Stanislaw Gniedziejko, ella vertió el contenido del vásculum
en otro recipiente, sabiendo que la hostia consagrada tardaría algún tiempo en
disolverse, y colocó el otro recipiente en el cofre de la sacristía de la
parroquia. Solamente ella y el párroco tenían las llaves del cofre.
Después de una semana, el 19
de octubre, Domingo de las Misiones, la hermana Julia, al preguntarle el
párroco por el estado de la hostia, fue a ver el cofre. Al abrir la puerta,
sintió un aroma delicado de pan
ázimo. Cuando abrió el recipiente, vio el agua limpia con la hostia sin
disolverse y, en medio de ella. una mancha
arqueada de color rojo intenso, recordando un coágulo de sangre, una
partícula viva de un cuerpo. El agua permanecía incolora.
La hermana informó
inmediatamente al padre, que trajo a los sacerdotes locales y el misionero p.
Ryszard Górowski. Todos quedaron sorprendidos
y atónitos de lo que vieron.
Mantuvieron discreción y
prudencia, sin dejar de tener en cuenta el peso del acontecimiento, pues se
trataba de pan consagrado que, por el poder de las palabras de Cristo en el cenáculo, es verdaderamente Su Cuerpo. Desde el punto de vista humano, era
difícil definir si la forma alterada del fragmento de la hostia era el
resultado de una reacción orgánica, química o de otro tipo.
Inmediatamente notificaron al
arzobispo metropolitano de Bialystok, Edward
Ozorowski, que se dirigió a Sokólka juntamente con el canciller de la
curia, los sacerdotes prelados y catedráticos. Todos quedaron profundamente
conmovidos con lo que veron. El arzobispo mandó proteger la hostia, esperar y
observar lo que sucediera.
En el 29 de octubre, el
recipiente con la hostia fue transportado a la capilla de la Misericordia
Divina, en la casa parroquial, y colocado en el sagrario. Al día siguiente, por
decisión del arzobispo, se retiró la hostia con la mancha visible del agua, se
colocó en un pequeño corporal y en seguida en el sagrario. De este modo la
hostia fue conservada durante tres
años hasta ser llevada solemnemente a la iglesia, el 2 de octubre de
2011. Durante el primer año, fue guardada en secreto. Fue un tiempo de reflexión sobre qué
hacer, ya que se trataba de una señal de Dios que era necesario interpretar.
Hasta mediados de enero de
2009, el fragmento de la hostia alterada se secó de forma natural y permaneció
como coágulo de sangre. Desde entonces, no cambió de apariencia.
En enero de 2009, el arzobispo
ordenó que se hiciesen análisis
pato-morfológicas de la hostia, y, en 30 de marzo, creó una comisión
eclesial para analizar el fenómeno.
El fragmento recogido de la
hostia en forma alterada fue analizado por la profesora Dra. Maria Sobaniec-Lotowska y por el
profesor Dr. Stanislaw Sulkowski,
de forma independiente uno del otro, con vistas a una mayor credibilidad de los
resultados. Ambos son pato-morfologistas de la Universidad de Medicina de Bialystok. Los análisis fueron
realizados en el Instituto de Pato-Morfología de la misma universidad.
El trabajo de los dos
especialistas fue regido por las normas y obligaciones de los científicos para
analizar cada problema científico de acuerdo con las directrices del Comité de Ética de la Ciencia de la Academia
de las Ciencias Polacas. Los análisis fueron descritos y fotografiados
exhaustivamente. La documentación completa fue entregado a la Curia Metropolitana
de Bialystok.
Cuando se recogieron muestras
para analizar, la parte no disuelta de la hostia consagrada estaba ya embebida
en el tejido. Además, la estructura de sangre marrón del fragmento de la hostia
no perdió nada de su claridad. Este fragmento estaba seco y frágil, íntimamente
ligado a la restante parte de la hostia en forma de pan. La muestra recogida
fue el suficiente para realizar todos
los análisis indispensables.
Los resultados de ambos
análisis independientes se sobrepusieron completamente. Concluyeron que la estructura del fragmento de la hostia que fue
analizado es idéntica al del tejido del músculo del corazón de una persona
viva, pero en estado de agonía. La estructura de la fibra del
músculo del corazón y la estructura del pan estaban interligadas de forma muy
estrecha, imposible de realizarse por métodos humanos, conforme declaración de
la profesora Maria Sobaniec-Lotowska.
Los análisis realizados
probaron que no se añadió ninguna
otra sustancia a la hostia consagrada, sino que su fragmento tomó la
forma de tejido del músculo del corazón de una persona en estado de agonía.
Este tipo de fenómeno no es explicable por las ciencias naturales. Ya la
enseñanza de la Iglesia nos dice que la
hostia consagrada es el Cuerpo del propio Cristo, por el poder de Sus
propias palabras, proferidas durante la Última Cena.
El resultado de los análisis
pato-morfológicas datadas de 21 de enero de 2009 fue incluido en el protocolo
entregado a la Curia Metropolitana de Bialystok.
En su comunicado
oficial, a Curia Metropolitana de Bialystok afirmó:
“El
acontecimiento de Sokólka no se opone a la fe de la Iglesia, pero la confirma.
La Iglesia profesa que, tras las palabras de la consagración, por el poder del
Espíritu Santo, el pan se transforma en el Cuerpo de Cristo y el vino en Su
Sangre. Además de eso, se trata de un llamamiento para que los ministros de la
Eucaristía distribuyeron el Cuerpo del Señor con fe y cuidado y que los fieles
Lo reciben con adoración”.
_________
Con información
del sitio sokolka.archibial.pl y adaptación de texto a partir del blog Senza Pagare
No hay comentarios:
Publicar un comentario