La
Conferencia Episcopal de EE.UU. califica de «aberrantes» los alternados racistas
en Charlottesville.
Los obispos norteamericanos han
lanzado una dura advertencia contra «la maldad del racismo, el supremacismo
blanco y el neonazismo». El presidente y el vicepresidente del episcopado
estadounidense han hecho público un comunicado conjunto a raíz de los violentos
sucesos de Charlottesville, en
Virginia, donde el sábado se celebró una marcha con el lema «Unir a la derecha» que degeneró en graves enfrentamientos con varios
muertos, especialmente después de que uno de los manifestantes racistas
atropellara a un grupo de opositores, provocando la muerte de uno de ellos.
El presidente de los obispos de
Estados Unidos, el cardenal Daniel N.
DiNardo, calificó de inmediato de «aberrantes»
y de «ataque a la unidad de nuestra nación» estos
«actos de odio que se exhiben en Charlottesville», en
protesta por la decisión de las autoridades de retirar una estatua del general
confederado Robert E. Lee.
DiNardo enfatizó que «los obispos están con todos
los oprimidos por la ideología mal» y en contra de «la violencia racial». Y recordó que en 2016 se puso en marcha un grupo
de trabajo en la Conferencia Episcopal en esta línea.
En su comunicado conjunto con el
obispo de Venecia (Florida) se piden oraciones por las víctimas mortales de
estos días, sin olvidar «una oración especial de
agradecimiento por las almas valientes que trataron de protegernos de la
ideología violenta» representada en Charlottesville. «Unámonos –se lee en el texto– en el espíritu de la esperanza que ofrece por el clero,
las personas de fe, y todas las personas de buena voluntad que pacíficamente
defendieron su ciudad y país».
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