domingo, 27 de agosto de 2017

¿ES POSIBLE LLAMARSE CATÓLICO Y SOSTENER UNA MORAL OPUESTA A LA IGLESIA?


Hoy está en discusión que significa ser un ‘católico devoto. ¿Es ir a misa, leer la Biblia, rezar el Rosario? ¿Compartir la doctrina teológica, moral y social de la Iglesia Católica?
Hoy parecería que compartir la doctrina teológica, moral y social de la Iglesia Católica nos es condición para llamarse católico. 
Es más, una persona puede estar en la vereda opuesta a ellas y aun así. ella misma y los demás, pueden considerarla legítimamente un persona ‘católica devota’.
Lo vemos por ejemplo en los católicos progresistas de EE.UU. que son fervientes partidarios del aborto, la eutanasia, la homosexualidad, etc.
Lo que parecería estar sucediendo es que la presión social anti cristiana está llevando a los católicos a abrazar los valores laicistas de la sociedad, pero sin dejar de llamarse católicos.
Primero veamos dos casos absurdos de manipulación de la religión para luego enfocarnos en el real problema de hoy.
JOSEF STALIN
En El Dios del Gulag Jonathan Luxmoore escribió que Stalin podría citar la Biblia a voluntad, y utilizar el lenguaje catequesis en sus discursos y escritos”.
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Pero añadió que tenía “poca simpatía por su expresión organizada”.
Teniendo en cuenta que la ortodoxia rusa había estado tan estrechamente vinculada a la Rusia zarista, con toda la represión y la desigualdad esto implicaba, la visión de Stalin de la religión organizada no es sorprendente.
¿Pero el conocimiento de Stalin de la Biblia y su lenguaje catequesis lo convierte en una persona “católica devota”?
No claro que no.
Había sido educado en un seminario en Georgia, más para obtener una educación decente que por motivos de piedad.
Y como era un psicópata muy inteligente, sabía cómo utilizar citas religiosas para sus propios fines, para dar a su retórica cierta profundidad espuria.
Por esto probablemente engañó a muchas personas con el pensamiento de que la nueva religión, el comunismo, de que en realidad respondía a las aspiraciones más profundas de la humanidad.
BERNARDO PROVENZANO
En el mismo sentido va un obituario de Bernardo Provenzano, un jefe de la mafia siciliana, que el Telegraph lo describió como “un católico devoto”.
¿Qué quería decir?
Parece que Provenzano pasó el tiempo de su imperio criminal en una cabaña de pastores comunicándose por medio de mensajes codificados ocultos en las páginas de la Biblia, llevados por mensajeros de confianza a sus secuaces.
El obituario añadía, “Paradójicamente quizás, él fuera un católico devoto porque sus mensajes codificados incluían bendiciones tales como
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‘Que el Señor los bendiga y proteja’”.
El obituario describe la carrera violenta y asesina de este jefe de la mafia.
Pero continúa diciendo “sin embargo, tal era el fervor religioso de Provenzano que de acuerdo a testimonios, se presentó en una reunión vestido como un cardenal”.
Cuando fue detenido en la cabaña, todo lo que se llevó con él fue sus medicinas y su rosario.
Nada de esto implica ser un “católico devoto”.
Como Stalin, Provenzano había crecido en una cultura cristiana campesina, y su mente, con toda su lógica retorcida, era una caja de resonancia de exhortaciones piadosas.
La utilización de la religión que hicieron Josef Stalin y Bernardo Provenzano, para abusar de ella, no parece ser lo que sucede hoy en la mayoría de los que se dicen católicos.
Sino que simplemente la presión social los está haciendo abdicar, convencidos y de buena fe, de que deben aggiornar el catolicismo.
¿Y qué significa aggionarlo?
Quitarle esas partes que irritan a la sociedad actual, como considerar pecado el aborto y la homosexualidad practicante.
Así como esas partes “odiosas” que suponen que Jesús vino a entregar verdades eternas y era de carácter sobrenatural. O sea el hijo de Dios.
Esta apostasía o pérdida de fe está creando una escisión dentro de la Iglesia, con un pequeño de grupo de fieles a la doctrina en medio de una multitud que está dejando de creer.
LOS CATÓLICOS DEMASIADO INTEGRADOS AL MUNDO
Los católicos escoceses están “demasiado despreocupados” en defender sus creencias, ha advertido el Arzobispo de Glasgow Philip Tartaglia.
“Demasiados creyentes” se han adaptado al mundo secular que los rodea al enfatizar no su propia fe sino sus propios valores éticos.
Dice que los católicos escoceses evitan decir que “Realmente creen en algo sobrenatural, en algo que no pueden ver, tocar o experimentar, o en cualquier cosa más allá de modelar y fomentar un comportamiento decente”.

Y agregó:
“Demasiados creyentes ya no hablan de que Jesús ganó la salvación por los pecadores, sino en lugar de eso, le señalan como un ideal moral que los humanos deben esforzarse por lograr.
Nos acomodamos, no nos comprometemos, evitamos los conflictos, incluso cuando el conflicto es el único camino correcto, somos demasiado vanos, como diríamos en Escocia”.
El arzobispo Tartaglia,  que reflejó sus opiniones en una reunión con colegas estadounidenses en Filadelfia a principios de del verano 2017, advirtió a los estadounidenses que pronto podrían enfrentar las amenazas similares a los católicos escoceses.
Sin embargo creemos que ese condicional podría fue sólo de cortesía, porque lo que describe Tartaglia sucede en todo occidente.
Los católicos están acomodándose a una nueva realidad donde sólo la fe está en contra de lo que se ve como un consenso intolerante.
El arzobispo Tartaglia refiriéndose a la sociedad escocesa dijo: “Todavía hay una vaga sospecha de que los católicos no pertenecen realmente a la sociedad, y si están allí, no deben hacer mucho ruido sobre su fe”.
Pero describió la acomodación de los católicos escoceses de la siguiente forma “Érase una vez que los católicos anhelaban y trabajaban para la conversión de otros, incluidas las élites culturales de una nación. Ahora muchos de nuestros líderes católicos, intelectuales e instituciones académicas se doblegan para asegurar la posición de los guardianes de la cultura”.
Y justifica todo esto por la persecución  laicista.
¿ESTAMOS ANTE LA CUARTA GRAN CRISIS DE LA IGLESIA?
Los liberales, en colaboración con el “nuevo paganismo”, están impulsando a la Iglesia Católica a la escisión, de acuerdo con el obispo Atanasio Schneider, especialista litúrgico que está llevando a cabo una lucha de retaguardia contra los “abusos” en la Iglesia.
Tan graves son los problemas, dijo el Obispo Schneider en una entrevista, que esta es la cuarta gran crisis en la historia de la Iglesia, comparable a la herejía arriana del siglo IV en la que estaba implicada una gran parte de la jerarquía de la Iglesia.
Schneider es obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Santa María en Astana, Kazajstán. 
  El obispo Schneider es mejor conocido por el argumento de que la Sagrada Comunión debe ser recibida en la lengua de rodillas, que él insiste es la manera más eficaz de fomentar el respeto por el sacramento y evitar el abuso de las Sagradas Hostias.
En su entrevista, el obispo Schneider dijo que el tratamiento “banal” y casual del Santísimo Sacramento es parte de una gran crisis en la Iglesia.
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Algunos laicos y clérigos, incluyendo a algunos en posiciones de autoridad, están del lado de la sociedad secular.
En el corazón del problema, según él, está la introducción progresiva de una agenda centrada en el hombre.
Mientras que en algunas iglesias, Dios, en el tabernáculo, realmente se pone materialmente en una esquina, el sacerdote toma el centro del escenario.
El obispo Schneider explicó que esta situación está llegando a un punto crítico.
“Yo diría que estamos en la cuarta gran crisis [de la Iglesia], en una tremenda confusión sobre la doctrina y la liturgia. Ya hemos estado en esto durante 50 años”.
¿Cuánto tiempo durará?
“Tal vez Dios tenga misericordia de nosotros dentro de 20 o 30 años.”
El resultado del Sínodo de Obispos sobre la Familia y el debate acalorado antes y después sobre los puntos de puntos de vista discrepantes sobre el matrimonio y la sexualidad, le han dado la razón. 
Las expectativas sobre que las reglas se relajen en una serie de cuestiones sexuales y que los divorciados reciban la comunión como signo de “misericordia” de la Iglesia sigue latente a pesar y quizás a raíz de la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia del Papa Francisco (en esto también hay dos biblitecas) .
Estos puntos de vista, según el obispo Schneider, revelan la profundidad del problema.
“Creo que este tema de la recepción de la Sagrada Comunión de los vueltos a casar explotó y muestra la verdadera crisis en la Iglesia.
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La verdadera crisis de la Iglesia es el antropocentrismo y el olvido del Cristo-centrismo…”
“Este es el mal más profundo: el hombre, o el clero, poniéndose en el centro cuando se están celebrando la liturgia.
Y cuando cambia la verdad revelada de Dios, por ejemplo, en relación con el sexto mandamiento y la sexualidad humana”.
Aunque dice que el cambio está llegando principalmente de “los medios de comunicación anti-cristianos”, ve al clero y a los laicos católicos “colaborar” con lo que él llama el nuevo paganismo.
El obispo Schneider es particularmente crítico con la idea de que se deban hacer estos cambios para ser misericordiosos con los que actualmente tienen prohibido recibir los Sacramentos.
“[Esto es] una especie de sofisma”, dijo. “Esta no es misericordia, esto es cruel.”
Él sugirió que esto era “un falso concepto de la misericordia”, diciendo:
“Es comparable a un médico que da azúcar a una paciente diabético, a pesar de que sabe que le va a matar.”
El obispo cree que hay un claro paralelismo con las grandes crisis del pasado, cuando los clérigos líderes eran cómplices de las herejías.
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En la herejía arriana, dijo, sólo un puñado de la jerarquía se resistió.
“Nosotros [los cristianos] somos una minoría. Estamos rodeados de un mundo pagano muy cruel. 
La tentación y el reto de hoy en día se pueden comparar con los de los primeros siglos”.
Y agregó:
“Por desgracia hubo miembros del clero e incluso obispos que pusieron granos de incienso en frente de la estatua del emperador o de un ídolo pagano o quien se entregó los libros de la Sagrada Escritura para ser quemados”.
Y hoy, sostuvo, también tenemos a los que colaboran, nuestros “traidores de la Fe”.
El obispo dijo también que “La mayoría de los obispos todavía tiene suficiente espíritu católico y fe para rechazar la propuesta y no aceptar esto”.
Sin embargo, se puede prever una división que se viene, lo que llevará a una renovación eventual de la Iglesia en las líneas tradicionales.
Pero, según él, esto no será antes de que la crisis haya sumido a la Iglesia aún más en el caos.
Con el tiempo, piensa, el sistema clerical [centrado en el hombre] “antropocéntrico” colapsará.
“Este edificio clerical liberal se vendrá abajo porque no tiene raíces y no hay frutos”, dijo.
En la confusión, el obispo Schneider teme que católicos tradicionales, por un tiempo, serán perseguidos o discriminados, incluso a instancias de los que tienen “poder en las estructuras de la Iglesia”

Pero él cree que los que participan en la “herejía”, “no prevalecerán contra la Iglesia”. Y, con la esperanza, el obispo dijo: “El Supremo Magisterio seguramente emitirá una declaración doctrinal inequívoca, rechazando cualquier tipo de colaboración con las ideas 

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