En
un mensaje a los líderes del G20, Francisco alertó ante «trágica situación en
Sudan del Sur, en la zona del Lago Chad, en el Cuerno de África y en Yemen, donde
hay 30 millones de personas que no tienen alimentos ni agua para sobrevivir»
El Papa
Francisco envió este viernes un mensaje a los países del G20 que celebran su cumbre en Hamburgo en el que les pidió que en esta
reunión den prioridad a los pobres, a los refugiados y que se rechacen los
conflictos.
El mensaje enviado a la canciller
alemana y anfitriona de la cumbre, Angela Merkel, y en el que se recordaba su
reciente encuentro el 24 de julio en el que se habló del G20, Francisco pidió a
los participantes «prioridad
absoluta a los pobres, a los refugiados, a los sufridores, a los desplazados a
los excluidos, sin distinción de naciones, razas, religión o cultura y rechazar
los conflictos armados».
En detalle, el pontífice
argentino realizó un llamamiento a los 20 líderes de las principales economías
del mundo y las potencias emergentes ante la «trágica situación en Sudan del Sur, en la zona
del Lago Chad, en el Cuerno de África y en Yemen, donde hay 30 millones
de personas que no tienen alimentos ni agua para sobrevivir».
«El compromiso de
ocuparse urgentemente de estas situaciones y de dar inmediato apoyo a estas
poblaciones será un signo de la seriedad y sinceridad del compromiso a medio
termine para reformar la economía mundial y una garantía de su eficaz
desarrollo», subrayó.
Citó «el vasto panorama de conflictos actuales o
potenciales» y ante ello reiteró que «la guerra no puede ser nunca una solución»
y su petición al mundo «para que se pongan fin a todas estas inútiles
matanzas».
A los Veinte les recordó que
estas cumbres «tienen que tener el objetivo de resolver con la paz las diferencias
económicas y encontrar reglas financieras y comerciales comunes que
consientan el desarrollo integral de todos para conseguir la Agenda 2030 y los
Objetivos de desarrollo sostenible».
Pero les hizo notar que esto no
será posible, «si todas las partes no se empeñan en
reducir los niveles de conflicto, en parar la actual carrera al armamento o a
renunciar a implicarse directa o indirectamente en los conflictos o no se acepta
discutir de manera sincera y transparente todas las divergencias».
Denunció además que es «una trágica contradicción e incoherente la aparente
unidad en foros comunes con objetivos económicos y sociales y la querida y
aceptada persistencia de enfrentamientos bélicos».
En su opinión, «las trágicas ideologías de la primera mitad del Siglo XX
han sido sustituidas por las nuevas ideologías de la autonomía absoluta de los
mercados y de la especulación financiera» y lamentó que estas también «dejan atrás un
rastro doloroso de exclusión, de descarte y de muerte».
A los líderes de las 20 potencias
mundiales les pidió que se inspiren «en los líderes
europeos que han privilegiado el dialogo y la búsqueda de soluciones comunes
como Schuman, De Gasperi, Adenauer, Monnet y otros».
Recordó que en los G20 estén
representados un número reducido de países, que representan el 90 % de la
producción mundial de bienes y servicios, y que esta situación «tiene que mover a los participantes a una profunda
reflexión».
«Los Estados y personas que tienen menos
fuerza en la escena política mundial son precisamente los que sufren más
los efectos perniciosos de las crisis económicas de los que tienen bien poca o
ninguna responsabilidad», lamentó.
Y aseguró que «esta gran mayoría, que en términos económicos representa
el 10 % del total, es esa parte de la humanidad que tendría el mayor potencial
para contribuir al progreso de todos».
Ante ello, instó a que «se respeten los tratados internacionales y se continúe
promoviendo el multilateralismo para que la soluciones sean verdaderamente
universales y duraderas».
EFE
Fecha de Publicación: 07 de Julio de
2017
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