Por: Fray Nelson Medina y Padre Sam | Fuente:
fraynelson.com // padresam.com
Pregunta:
En la liturgia estamos entrando ahora mismo al
tiempo llamado "ordinario," según
explicaba el sacerdote en la misa. No entiendo por qué esa denominación ¿Me
explica? --M.H.
Respuesta:
Sucede a veces que una misma palabra tiene
diversos significados. Un ejemplo "de
libro" es el ´termino "gato" que
en algunos países sirve tanto para nombrar al animal doméstico conocido, y a un
aparato que se utiliza para levantar pesos considerables, como por ejemplo, el
de un automóvil al que hay que repararle una llanta o goma.
Algo así sucede con la
palabra "ordinario" que puede hacer referencia a distintas cosas:
(1) Puede ser algo de baja
calidad;
(2) Puede ser algo que es muy común;
(3) Puede ser lo que sigue un determinado "orden." He aquí ejemplos de esos tres usos distintos:
(2) Puede ser algo que es muy común;
(3) Puede ser lo que sigue un determinado "orden." He aquí ejemplos de esos tres usos distintos:
(1) Le
pedí a mi hija que comprar una tela fina para el mantel y en cambio trajo esta
tela ordinaria.
(2) En
medio de lo cotidiano y lo ordinario de nuestras vidas, Dios sigue haciendo sus
milagros.
(3) De
modo ordinario, lo que sigue después de una denuncia es un proceso judicial.
En el caso del tiempo litúrgico llamado "ordinario," no hay por qué suponer que
estamos usando las acepciones (1) ó (2). Este tiempo se llama "ordinario" porque sigue el "orden" (que se dice "ordo," en latín) de los Evangelios
sinópticos para presentarnos todo el ministerio público de Jesucristo. En este
tiempo se medita sobre la “vida ordinaria” de
Jesús, es decir, lo que hizo con sus
discípulos, los lugares que visitó, los milagros que realizó. Pero, a
diferencia de otros tiempos, en el tiempo ordinario se profundiza en la vida
cotidiana Jesús.
Por ejemplo, en el tiempo de Navidad se
profundiza sobre el nacimiento de Jesús, en el tiempo de Pascua se profundiza
en la Resurrección de Jesús, mientras que en el tiempo ordinario no hay un
misterio específico que se profundice, sino más bien se acompaña a Jesús en sus
“actividades” de día a día.
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