Si
la palabra «purgatorio» no existe en la Biblia, ¿cómo podemos saber que existe?
Scott
Hahn, maestro y doctor, Ph.D en Teología Bíblica, es considerado uno de los mayores especialistas
en Biblia del mundo, al ser esta la razón (sus profundos conocimientos) que lo
llevó a convertirse en un católico fervoroso.
«El purgatorio es una exigencia de la razón e incluso de la caridad
de Dios por nosotros. La palabra purgatorio no
existe en la Biblia, fue creada por la Iglesia, pero la realidad es que
el «concepto doctrinario» este estado de purificación existe
ampliamente en la Sagrada Escritura. La Iglesia no tiene duda de esta
realidad, por eso, desde el primer siglo reza por el sufragio de las almas del
purgatorio.
La enseñanza sobre el purgatorio
tiene sus raíces ya en la creencia de los propios judíos del Antiguo
Testamento; alrededor de 200 años antes de Cristo, cuando ocurrió el episodio
de Judas Macabeo. Se narra ahí que algunos soldados judíos fueron encontrados
muertos en un campo de batalla, teniendo debajo de sus ropas algunos objetos
consagrados a los ídolos, algo que estaba prohibido por la Ley de Moisés.
Entonces Judas Macabeo mandó hacer una colecta para que se ofreciera en
Jerusalén un sacrifico por los pecados de esos soldados:
«(…)»Después de haber reunido
entre sus hombres cerca de 2.000 dracmas, las mandó a Jerusalén para ofrecer un
sacrificio por el pecado, obrando muy hermosa y noblemente, pensando en la
resurrección. Pues de no esperar que los soldados caídos resucitarían, habría
sido superfluo y necio rogar por los muertos; «mas
si consideraba que una magnífica recompensa está reservada a los que duermen
piadosamente, era un pensamiento santo y piadoso. Por eso mandó hacer este
sacrificio expiatorio en favor de los muertos, para que quedaran liberados del
pecado». (2 Mac 12, 40-46).
Con base
en las enseñanzas de san Pablo, la Iglesia entendió también la realidad del
purgatorio. En 1 Co 3,10, él habla de
personas que construyeron sobre el fundamento que es Jesucristo, utilizando
unos, material precioso, resistente al fuego (oro, plata, piedras preciosas) y,
otros, materiales que no resisten al fuego (paja, madera).
Todos son fieles a Cristo, pero
unos con mucha devoción y fervor, y otros con tibieza y renuencia. Y san Pablo
presenta el juicio de Dios bajo la imagen del fuego que prueba las obras de
cada uno. Si la obra resiste, su autor «recibirá
una recompensa»; pero, si no resiste, su autor «sufrirá
perjuicio», es decir, una que no será la condenación; pues el texto dice
explícitamente que el trabajador «se salvará, pero
como a través del fuego», es decir, «con
sufrimientos».
¡Recemos siempre
por las almas del Purgatorio!
Fuentes del texto
original en portugués.
http://blog.cancaonova.com/felipeaqui…
http://www.ofielcatolico.com.br/2002/…
Video en facebook: https://www.facebook.com/OtradutorCat…
http://www.ofielcatolico.com.br/2002/…
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