Cuatro métodos
diferentes para consagrar tu hogar a Jesús
Es tradición que el mes de
junio se dedique al Sagrado Corazón de Jesús, debido principalmente al hecho de
que la Solemnidad del Sagrado Corazón (el viernes después del segundo domingo
después de Pentecostés) se celebra en junio.
Según el Directorio
sobre la Piedad Popular, la devoción al Sagrado Corazón de Jesús es “una de las expresiones más difundidas y amadas de la
piedad eclesial”.
Es una práctica profundamente
cristocéntrica que ha sido fomentada por numerosos santos a lo largo de los
siglos. Bajo “la
luz de la sagrada Escritura, la expresión ‘Corazón de Cristo’ designa el
misterio mismo de Cristo, la totalidad de su ser, su persona considerada en el núcleo más íntimo y
esencial: Hijo de Dios, sabiduría increada, caridad infinita, principio de
salvación y de santificación para toda la humanidad. El ‘Corazón de Cristo’ es
Cristo, Verbo encarnado y salvador, intrínsecamente ofrecido, en el Espíritu,
con amor infinito divino-humano hacia el Padre y hacia los hombres sus
hermanos”.
Entre las múltiples costumbres
devotas relacionadas con el Sagrado Corazón está la tradicional ‘entronización’ o ‘consagración’
del hogar (y del corazón) a Jesús. En particular, Jesús prometió a santa
Margarita María Alacoque que “bendeciré los hogares
en los que se muestre y venere una imagen de Mi Corazón”.
A lo largo del tiempo, la Iglesia ha desarrollado varios tipos de
entronizaciones que convierten la colocación de una imagen del Sagrado Corazón
en un evento más formal y espiritual. Por ejemplo, la Red Mundial
de Oración del Papa (Apostolado de la Oración) tiene su propio
servicio de oración de consagración familiar que puede encontrarse en el libro
del sacerdote James Kubicki, A Heart on
Fire: Rediscovering Devotion to the Sacred Heart of Jesus [Un
Corazón en llamas: redescubrir la devoción al Sagrado Corazón de Jesús]. Además
del servicio de oración, el padre Kubicki presenta una cautivadora historia
sobre la devoción al Sagrado Corazón y por qué es relevante todavía hoy en día.
Durante los últimos años, el
padre Michael Gaitley se ha unido a la causa y ha desarrollado su propio
programa, llamado Consolando al
Corazón de Jesús, muy popular en entornos parroquiales.
La obra incluye un amplio retiro destinado a acercar el corazón propio al de
Jesús y concluye en una consagración del Sagrado Corazón.
Otro promotor principal del
Sagrado Corazón es el cardenal Raymond Burke, que compiló una celebración
litúrgica de la entronización en su libro The Enthronement
of the Sacred Heart of Jesus [La entronización del
Sagrado Corazón de Jesús]. También incluye una introducción básica a la antigua
costumbre y ofrece una instrucción detallada sobre cómo prepararse
espiritualmente.
Además, santa Margarita María
Alacoque escribió una oración personal de consagración que puede usarse cuando
uno mismo o una familia se consagra al Sagrado Corazón.
Me
entrego y al Sagrado Corazón de nuestro Señor Jesucristo, consagro sin
reservas, mi persona, mi vida, mis obras, mis dolores y sufrimientos. Este es
mi propósito inmutable: ser enteramente Suyo y hacer todas las cosas por Su
amor. Al mismo tiempo renuncio de todo corazón a todo aquello que Le desagrade.
Sagrado
Corazón de Jesús, quiero tenerte como único objeto de mi amor. Sé pues, mi
protector en esta vida y garantía de la vida eterna. Sé fortaleza en mi
debilidad e inconstancia. Sé propiciación y desagravio por todos los pecados de
mi vida. Corazón lleno de bondad, sé para mí el refugio en la hora de mi muerte
y mi intercesor ante Dios Padre. Desvía de mí el castigo de Su justa ira.
Corazón de amor, en Ti pongo toda mi confianza. De mi maldad todo lo temo. Pero
de Tu Amor todo lo espero. Erradica de mí, Señor, todo lo que Te disguste o me
pueda apartar de Ti. Que Tu amor se imprima tan profundamente en mi corazón que
jamás Te olvide yo y que jamás me separe de Ti.
Señor
y Salvador mío, te ruego, por el amor que me tienes, que mi nombre esté
profundamente grabado en tu Sagrado Corazón; que mi felicidad y mi gloria sean
vivir y morir en Tu servicio. Amén.
Sea cual sea el método que
uses para consagrar tu hogar al Sagrado Corazón, el énfasis debe recaer en la
preparación espiritual. No es simplemente una actividad en la que colocas una
imagen de Jesús en un lugar notorio de tu hogar. Similar a la consagración al Inmaculado Corazón de María, se centra en
unir el corazón al de Jesús para que sea uno con Él en todas las cosas.
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