VATICANO, 21 May. 17 / 05:15 am (ACI).- En un nuevo Regina Coeli, el
Papa Francisco invitó a amar al prójimo con la ayuda del Espíritu Santo y a
vencer los egoísmos y las rivalidades, obra del demonio que con sus garras
engaña.
“Todos los días se debe aprender el arte de amar,
todos los días se debe seguir con paciencia la escuela de Cristo, con la ayuda
de su Espíritu”, afirmó el Papa en la Plaza de San
Pedro.
Ante miles de fieles, Francisco explicó que el Evangelio lleva a la
Última Cena de Jesús con sus discípulos en la que promete “otro paráclito”. “Él, resucitado y glorificado, mora en
el Padre y, al mismo tiempo, viene a nosotros en el Espíritu Santo”.
“El amor a Dios y al prójimo es el más grande
mandamiento del Evangelio, El Señor hoy nos llama a corresponder generosamente
a la llamada evangélica al amor, poniendo a Dios en el centro de nuestra vida y dedicándonos al servicio de los
hermanos, especialmente a los más necesitados de ayuda y consuelo”.
El Pontífice reconoció que “si hay una
actitud que no es fácil, que se da por desconectado para una comunidad
cristiana es la de saber amar, quererse bien en el ejemplo del Señor y con su
gracia”.
Pero “a veces los contrastes, el orgullo,
las envidias, las divisiones dejan marca también sobre el rostro hermoso de la Iglesia”.
“Una comunidad de cristianos debería vivir en la
caridad de Cristo, y es allí donde el maligno ‘nos mete la garra’ y nosotros a
veces nos dejamos engañar”.
El Papa explicó que normalmente estas son las personas “espiritualmente más débiles”. “Cuántos de ellos se han
alejado porque no se han sentido acogidos, entendidos y amador. También para un
cristiano saber amar no es nunca un dato adquirido de una vez para siempre” sino
que “cada día se debe recomenzar, se debe ejercitar
para que nuestro amor hacia los hermanos y hermanas que encontramos sea maduro
y purificado de esos límites o pecados que lo hacen parcial, egoísta, estéril o
infiel”.
Por Álvaro de Juana
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