Los pastorcitos de
Fátima cuentan cómo se sintieron y las diferencias respecto a las apariciones
de la Virgen
Un año antes de
las apariciones de Nuestra Señora en Fátima, tuvieron lugar las apariciones del
Ángel. Estas apariciones que se dieron durante tres ocasiones en el año 1916
vienen a ser consideradas como la puerta que da entrada al acontecimiento de
Fátima.
El Ángel en sus tres apariciones viene a preparar el alma de los tres
pastorcitos: Francisco, Lucía y Jacinta para el momento en que Nuestra Señora
les hablaría. Así, el
mensaje del Ángel nos ayuda a entender mejor este evento del cual estamos
celebrando 100 años y que tiene una vigencia de gran importancia para el mundo.
Si bien es cierto que las
apariciones del Ángel preparan las apariciones de Nuestra Señora, cabe recordar
que la misma Lucía en sus memorias menciona que el Ángel al manifestarse provoca impresiones en las almas de los niños
que vienen a ser diferentes a las que dejan las apariciones de Nuestra Señora.
En efecto, ella escribe, al
hablar de las apariciones del Ángel, que “la fuerza de la presencia de Dios era tan
intensa, que nos absorbía y anonadaba casi del todo. Parecía privarnos
hasta del uso de los sentidos corporales por un gran espacio de tiempo. En
aquellos días, hacíamos las acciones materiales como transportados por ese
mismo ser sobrenatural que a eso nos impulsaba. La paz y la felicidad que sentíamos era inmensa; pero sólo interior,
completamente concentrada el alma en Dios. El abatimiento físico que nos postraba, también era grande”.
Las impresiones que deja
Nuestra Señora producían, según la misma Lucía, “la
misma alegría interior, la misma paz y felicidad, pero en vez de este abatimiento físico, una cierta agilidad expansiva; en vez
de este anonadamiento en la Divina presencia, un exultar de alegría, en vez de
esa dificultad en hablar, un cierto entusiasmo comunicativo”.
El Ángel deja
en el alma y en los sentidos de los niños 7 grandes impresiones:
- Las palabras del Ángel se graban en las mentes de los pastorcitos;
- Con la aparición del Ángel la atmósfera sobrenatural es intensa y
la presencia de Dios se siente íntima;
- La manifestación del Ángel tiene efectos físicos;
- El Ángel comunica realidades que no necesita trasnmitirlas
verbalmente o de forma expresa;
- La presencia del Ángel revela una belleza sin igual;
- El Ángel lleva a que se le imite;
- Hay una alegría interior y paz.
1. En la época de las
apariciones del Ángel, los pastorcitos tenían 6 años Jacinta, 11 Lucía y 8
Francisco. Sin embargo, a estos pequeños las palabras del Ángel se les grabaron “de
tal forma en nuestras mentes, que jamás se nos olvidaron“ (Memorias de
Lucía).
Este efecto o impresión que
Sor Lucía narra es de una gran importancia para comprender y valorar la acción
que los Ángeles tienen sobre los hombres: ellos iluminan el entendimiento de los hombres y al mismo tiempo lo fortalecen
y este fortalecimiento se da por la sola presencia o cercanía del Ángel.
En este sentido, santo Tomás
de Aquino da como ejemplo que “uno menos cálido aumenta en calor con la
presencia de otro más cálido, así la virtud intelectiva de un ángel inferior es
confortada por la conversión hacia él de un ángel superior“ (S. Th, q.106,
a.1).
Este es el papel educador de
los Ángeles que nos lleva a crecer en
la virtud fortaleciendo nuestro entendimiento. Y si esto hacen los
santos ángeles, fortalecer nuestro entendimiento, lo contrario harán los
demonios: obscurecerlo de modo que sea difícil comprender y actuar de acuerdo a
la verdad conocida.
2. La atmósfera sobrenatural es intensa y la presencia de Dios se siente
íntima. De la primera aparición del Ángel, Sor Lucía recuerda
precisamente “que la atmósfera sobrenatural que nos
envolvía era tan intensa, que casi no
nos dábamos cuenta de nuestra propia existencia, por un largo espacio de
tiempo, permaneciendo en la posición que nos había dejado, repitiendo siempre
la misma oración.
La presencia de
Dios se sentía tan intensa e íntima, que ni entre nosotros mismos nos
atrevíamos a hablar. Al día siguiente todavía sentíamos el alma envuelta en esa
atmósfera que solamente iba desapareciendo muy lentamente“.
Algo igual ocurre en la
segunda aparición de la que Lucía menciona que el Ángel los dejaba en un “ambiente de lo sobrenatural“, o en la tercera
aparición en que los pastorcitos fueron transportados por la fuerza de lo
sobrenatural… “la fuerza de la presencia de Dios
era tan intensa, que nos absorbía y anonadaba casi del todo“.
Esta impresión nos lleva a
entender que nuestro Ángel no es un “angelito” como
a veces la publicidad lo quiere hacer aparecer. El Ángel tiene una personalidad
poderosa y ante él debemos tener una actitud de respeto y de reverencia pues él
nos trae la presencia de Dios, él actúa
como su representante.
El Ángel es imagen de la luz,
pues está inmerso en la luz de Dios, que contempla, y por ello la fuerza que
los ángeles transmiten es la fuerza del Bien, del Amor, que, al mismo tiempo,
capacita para todo bien.
Asimismo, la presencia de los
santos ángeles trae la irradiación de la influencia de Dios sobre la creación
entera y sobre cada creatura en particular, especialmente sobre el hombre.
3. La manifestación del Ángel
tiene efectos físicos. En varios
lugares Lucía narra este hecho diciendo que después de la aparición seguían en
la misma posición en la que los había dejado, no era fácil hablar de ello con
facilidad (qué diferencia con la abundancia de “autores“
y cursos que escriben y hablan sobre los ángeles sin ningún sustento en
las enseñanzas de la Iglesia).
Es revelador el siguiente
diálogo que Lucía cuenta: “Cuando hablábamos del
Ángel, no sé lo que sentíamos.
Jacinta decía:
– No sé lo que siento. Yo no puedo hablar, ni
cantar, ni jugar, ni tengo fuerza para nada.
– Yo tampoco –respondió Francisco– mas ¿qué importa? El Ángel es más bello que todo esto.
Pensemos en él.
En la tercera aparición, la
presencia de lo sobrenatural fue todavía mucho más intensa. En muchos días,
Francisco ni siquiera se atrevía a hablar. Decía después:
– Me
alegró mucho ver el Ángel; pero lo malo es que después no somos capaces de
nada. Yo ni andar podía. No sé lo que
tenía.
Esta impresión nos muestra que
el ángel nunca exige algo para sí mismo, no quiere que caigamos en
superficialidades o detalles secundarios. El ángel nos lleva siempre hacia Dios y esto lo hace de una
manera en que usa toda su fuerza, nos orienta a lo esencial: a Dios.
La presencia verdadera, auténtica,
de los ángeles nos lleva a una
sencillez donde no hay cabida para extravagancias o palabras
rimbombantes sin sentido ni contenido alguno, no hay conceptos complicados de
Dios, sino una obediencia humilde
y al mismo tiempo estricta.
Y es que los ángeles miran la
importancia del silenciar, pues
por medio de esto se reconoce el valor del tiempo y la responsabilidad ante
cada palabra que se pronuncia.
4. El Ángel comunica realidades que no necesita
transmitir verbalmente o de forma expresa. En la segunda aparición donde
el Ángel muestra a Lucía, Jacinta y Francisco el valor del sacrificio, ellos entendieron no solo
esto sino también comprendieron “quién era Dios,
cómo nos amaba y quería ser amado, el valor del sacrificio y cómo éste le era
agradable; cómo por atención a él convertía a los pecadores“.
De acuerdo a lo que se dijo en
la primera impresión, los ángeles pueden iluminar y fortalecer el entendimiento
del hombre, pero aquí en esta impresión se nos muestra que los ángeles elevan el conocimiento humano hacia las cosas
de Dios.
5. La presencia del Ángel revela una belleza sin igual. El
Catecismo de la Iglesia Católica en el numeral 330 afirma que los ángeles
revelan el resplandor de la gloria de Dios. En el libro del Éxodo 23,21 se lee
que el nombre de Dios está en estas criaturas espirituales.
6. El Ángel lleva a que se le imite. En las
distintas apariciones del Ángel, los pastorcitos repiten los gestos y palabras
del ángel: toman la misma postura (de
rodillas y en el suelo), hacen las oraciones que el Ángel les enseña.
Los ángeles pueden ser considerados profesores particulares que cada uno tiene
en el camino de santidad, así hay que repetir lo que ellos nos enseñan, no
como máquinas, pues ya se ha mencionado que el ángel al iluminar, fortalecer y
elevar nuestro entendimiento también ejerce una influencia sobre nuestra
voluntad al mostrarnos el bien.
7. Hay una alegría interior y paz. De hecho estos
son elementos del correcto de discernimiento de los espíritus, el demonio deja
tristeza y preocupación, los santos ángeles dejan alegría y paz pues llevan al
alma al bien, al amor y a la unión con Dios.
Las apariciones del ángel
de Portugal constituyen, pues, una valiosa catequesis sobre el papel tan
importante del ángel guardián en nuestra vida y en nuestro crecimiento de
santidad.
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