Dios limpiará tu ser, llenará tu boca de palabras de poder y
autoridad, para que sea hecha la voluntad de Dios en tu vida y para que el mal
no prevalezca. Si te mantienes en fe, podrás usar la autoridad de la palabra
para recibir toda bendición.
En Jeremías 15:19 dice: “Por eso,
así ha dicho el Señor: «Si te vuelves a mí, yo te restauraré, y tú estarás
delante de mí. Si entresacas lo precioso de lo vil, serás como mi boca. ¡Haz
que ellos se vuelvan a ti, pero tú no te vuelvas a ellos!”. Dios creó
todo con el poder de su palabra; y nosotros, al ser creados a su imagen y
semejanza, tenemos el privilegio de poder utilizar también las palabras. Jesús
reprendió al viento y la tormenta con la autoridad de sus palabras, también
secó una higuera y dijo que aquellos que le hablen a la montaña con fe, sin
dudar, la podrían mover. Para que la autoridad fluya con eficacia en nuestra
vida, debemos entresacar lo precioso de la vil, separar lo contaminado y
corrupto de la carne, hacerlo morir, para darle lugar a la presencia del
Espíritu Santo que vive en nosotros, que al seguirlo nos da la experiencia de
su vida y paz. Cada día debemos pedir perdón por lo que haya ofendido al Señor
para limpiarnos y llenarnos de su santidad. Dios le dijo a Jeremías que si
entresacaba lo precioso de lo vil, sería como su boca, es decir, que estando en
comunión con Dios y proclamando su palabra, podremos tener resultados poderosos
de todo aquello que oramos, creemos y decimos.
Hagamos juntos esta oración:
“Padre Celestial, limpia mi ser con la sangre de Cristo; perdóname de todo pecado, aún de los que me son ocultos. Lléname de tu
Espíritu Santo, colma mi boca con tus palabras de autoridad para desatar tu
poder en el nombre de Jesús. Amén”.
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