EL POPULAR CANTANTE
SE HA DEDICADO MUCHO A LA ORACIÓN TRAS SU SEGUNDO INFARTO. REVELA, SIN EMBARGO,
QUE SU VIDA ESPIRITUAL ESTÁ AÚN MUY AGITADA
“Mi cuerpo me ha
pasado factura, todo junto. Ahora estoy bien, en rápida recuperación. Nunca
había tenido señales de que algo no estuviera bien, la tempestad que me ha
golpeado en estos meses ha sido perfecta, violenta e inesperada. En diciembre,
al salir de la sala de operaciones bromeaba con todos, porque yo tiendo a
disimular el dolor por mí y para aliviar a los demás. Y luego, lo peor que
puedes hacer ante estas cosas es tener miedo. Si tienes miedo, no cultivas
la valentía, añades pena sobre pena”.
Eso cuenta Al Bano al semanal Oggi del 30 de marzo, que publica una amplia
entrevista en la que el cantante habla de la isquemia que lo ha golpeado y de
muchas cosas de su fe, de las supersticiones campesinas (“forman parte de mi diálogo interior que no dañan mi fe.
Desde pequeño me han enseñado a prestar atención también a lo que no se ve”), de Satanás, de la Iglesia.
EL BAUTISMO PROHIBIDO
“En mi relación
con ella hay páginas inaceptables, como cuando me prohibieron ser el padrino de bautismo del hijo de unos amigos porque
era divorciado. Mi Iglesia se ha basado en el perdón, por eso no concibo
que se le impida a alguien ser buen cristiano por algo que, como en mi caso, ha
sufrido. Afortunadamente el papa Francisco en este sentido está haciendo
grandes aperturas”, añade (nanopress.it, 30 de marzo).
“ME ALEJÉ DE DIOS”
Al Bano habla también de la
crisis religiosa que padeció tras la trágica desaparición de su hija Ylenia: “Todo era tan injusto, era demasiado grande el dolor. Me
alejé de Dios, pero me di cuenta rápidamente que así padecía dos veces, sin el
consuelo de la oración, que te une para siempre a Él” (tgcom.it, 30
marzo).
“ME DEFIENDO CON LA CRUZ…”
Y añade: “En las horas más
oscuras sentí la presencia de Satanás, tangible. Cada vez, para
defenderme, comenzaba a hacer la señal de la cruz y orar, hasta que sentía que
se alejaba… Cada tanto me sucede. Y cada vez lo combato haciendo la señal de la
cruz. No sé si hago bien en contar estas cosas, pero me han
sucedido, me suceden, y yo siempre he vivido sin esconder nada de lo que me
ocurre y pienso”.
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