Su extraordinario estado de
conservación “está completamente fuera de todo tipo
de explicación científica”
El investigador del Instituto
de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México Adolfo Orozco,
señaló que el extraordinario estado de conservación del manto de la Virgen de
Guadalupe “está completamente fuera de todo tipo de
explicación científica”.
Orozco, que también es
especialista en el manto de la Virgen, habló en Phoenix, EUA, en el 1º Congreso
Internacional Mariano sobre la Virgen de Guadalupe, en agosto de 2009.
El especialista dijo que “todos los tejidos similares a los del manto que
fueron colocados en ambientes húmedos y salinos como el que rodea a la
Basílica, no duraron más de diez años”.
En 1789 fue
pintada una copia de la imagen de Guadalupe.
“Esa imagen fue
realizada con las mejores técnicas de su tiempo, era hermosa y estaba hecha con
un tejido bastante similar al del manto original. Además de eso, también estaba
protegida con un vidrio desde que fue expuesta”, señaló.
Sin embargo, “ocho años después, esa copia tuvo que ser relegada
porque estaba perdiendo sus colores y las fibras se estaban rompiendo.
En contraste – subrayó Orozco – el manto original viene
exponiéndose desde hace 116 años sin ningún tipo de amparo, recibiendo los
rayos infrarrojo y ultravioleta de decenas de miles de velas que han estado
cerca de él”.
Una de las características más
interesantes del manto, prosiguió, “es que la parte de detrás del tejido es rugoso y
poco liso; mientras que la parte de adelante (donde está la imagen de
Guadalupe) es ‘tan suave como la seda’ como señalaban los pintores y
científicos en 1666; y confirmó casi cien años después, en 1751, el pintor
mexicano Miguel Cabrera”.
El manto de san Juan Diego
está hecho de fibras de agave (de la misma familia botánica que produce el
sisal y la yuca, foto de abajo).
El doctor Orozco contó otros
dos hechos sin explicación científica relacionados con la conservación de la
imagen.
El primero tuvo lugar en
1785 cuando un trabajador accidentalmente derramó un líquido que contenía un
50% de ácido nítrico en la parte derecha del tejido.
“Está fuera de la comprensión natural el hecho que
el ácido no haya destruido la malla; y que además no dañara las partes
coloridas de la imagen”, precisó.
Agave: de un pie semejante al de la foto fue sacada
la fibra del manto de san Juan Diego
El segundo se relaciona con la
explosión de una bomba cerca del manto en 1921. La bomba explotó a 150 metros de la imagen y destruyó todos los vidrios
en ese radio.
Sin embargo, explicó el perito, “ni el manto
ni el vidrio común y corriente que lo protege fueron dañados o rotos”. El único afectado fue un
Cristo de hierro que se dobló.
“No existe
explicación para el hecho de que las ondas expansivas que rompieron los vidrios
a 150 metros a su alrededor no destruyeran el que cubría al manto.
Algunos dicen
que el Hijo, con el crucifijo que fue afectado, protegió la imagen de su Madre.
Lo cierto es que no tenemos una explicación natural para ese hecho”, concluyó.
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