jueves, 16 de marzo de 2017

¡DIOS ESTÁ LOCO!


Suena fuerte esto que digo pero así es como lo pienso. Pero es una locura de amor, ama tanto a la Humanidad que su amor le lleva a hacer locuras.

¿Cómo cuál? El Universo, tan extenso que nunca ningún hombre verá con sus ojos todo lo que hay en él, por muchos Hubble que consigamos poner en órbita. La Humanidad, que tantos disgustos le ha dado a lo largo de los siglos. Los copos de nieve, cada uno diferente a los demás y que nuestros ojos sólo pueden admirar a través del microscopio y por muy poco tiempo.

Una de las más gordas: la Encarnación. Dios mismo se hizo un bebé en el seno de una joven virgen para acercarse a nosotros y tanto se acercó que muchos no se creían que era el Hijo de Dios.

Otra más gorda aún: su Pasión y Muerte en la cruz. ¿Pero qué necesidad tenía Dios de sufrir por nosotros? ¡Ninguna! Él no nos necesita para existir. Pero nos ama tanto que nos perdona y además paga la deuda de nuestros pecados y encima nos abre de nuevo las puertas del Cielo.

Más locuras de amor: se queda para siempre en la Eucaristía, en un trocito de pan, totalmente indefenso en una caja que por las noches está en un templo vacío.

Y podría seguir enumerando locuras y a ti también se te ocurrirá alguna si lo piensas.

Mira, Dios está tan loco por ti que te espera cada día en el sagrario, en los sacramentos, en la oración. Y te quiere tanto que no se queda mirando tus defectos sino que precisamente es en lo feo que hay en ti, en lo torcido que hay en ti donde más te ama, donde más quiere estar contigo para ayudarte a mejorar. (Ain Karem, “Dios fiel”).

Está tan loco que va al  revés que el mundo: Él no se hace notar, no arma jaleo para que nos fijemos en Él, no quiere a las personas por lo que tienen sino porque son personas, no busca destacar e incluso huye cuando quieren proclamarle rey, no vive del cuento sino que en la Tierra vivió de su trabajo.

¿Sabes? ¡Mola esta locura, yo quiero que Dios me la pegue!
A lo largo de esta Cuaresma iré haciendo reflexiones acerca de esta locura de Dios que le conduce a su pasión, muerte y resurrección. Posiblemente nos hagan sentir incómodos.
Como se sintieron incómodos la Virgen, Juan y María de Magdala al pie de la cruz.

Pero si hay en tu corazón al menos una pizca de vergüenza y de amor a Cristo seguro que sigues leyendo este blog durante estas semanas.

Que Dios te bendiga y María te guarde.



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