miércoles, 22 de febrero de 2017

LAS CINCO ÁREAS QUE EN LA VIDA DEL HOMBRE SUELE ATACAR SATANÁS



1- EN LA SALUD. El Maligno tiene el poder de causar males físicos y psíquicos. Ya he mencionado los dos males más comunes, de la cabeza y del estómago. En general estos males son males estables. Otros males son pasajeros. Se trata de inflamaciones, heridas, moretones… El Ritual sugiere hacer sobre ellos el signo de la cruz y rociarlos con agua bendita. Muchas veces he visto la eficacia del sólo hecho de imponerles encima la estola y apretar la mano. Varias veces me ha sucedido el caso de mujeres que han venido a verme afligidas porque estaban a punto de ser operadas de tumores en los ovarios; así se deducía de los dolores y de la ecografía. Después de la bendición cesaban los dolores y en una nueva ecografía ya no aparecían los tumores. El P. Cándido ha vivido una rica casuística de graves males desaparecidos con sus bendiciones; incluso tumores cerebrales de los que los médicos estaban seguros. Naturalmente, estas cosas pueden sucederles solamente a aquellas personas que tienen negatividades y sobre quienes existen sospechas de que el mal depende del maligno.



2- EN LOS AFECTOS. El maligno puede producir nerviosismos insuprimibles, especialmente hacia las personas por quienes se es más amado. Así rompe matrimonios, trunca noviazgos; suscita litigios con vergüenza y escándalos en familias en donde en realidad todos se llevan bien; y siempre por motivos fútiles. Trunca amistades; produce en la persona afectada la impresión de no ser querida en ningún lugar, de estar cansada, de que debe aislarse de todos. Incomprensión, no amor, vacío afectivo total, imposibilidad de casarse. Esto también es muy común: cada vez que se comienza una relación de amistad que podría desembocar en amor, o inclusive ya hecha una declaración abierta, de repente todo se esfuma sin motivo.

3- EN LOS NEGOCIOS. Imposibilidad de encontrar trabajo, inclusive estando con la casi certeza de un empleo; los motivos no se pueden encontrar o son absurdos. O también personas que encuentran el trabajo pero luego, por motivos fútiles lo dejan; difícilmente encuentran otro trabajo, y luego, o no se presentan, o también lo dejan, con una ligereza que a los familiares les parece inconsciencia o anormalidad. He visto familias muy solventes que han caído en la más profunda miseria por motivos humanamente inexplicables. A veces han sido grandes industriales a quienes de repente, por motivos extraños todo se les ha comenzado a derrumbar; otras veces grandes empresarios han comenzado repentinamente a cometer errores enormes, hasta llevarlos a quedarse con un montón de deudas; otras veces comerciantes que tenían negocios muy prósperos, de pronto han comenzado a ver que nadie entraba en sus locales. 

4- EN EL GUSTO DE VIVIR. Es lógico que los males físicos, el aislamiento afectivo, la quiebra económica lleven a un pesimismo por el cual la vida es vista solamente en lo negativo. Llega una especie de incapacidad para el optimismo o al menos para la esperanza; la vida toda aparece negra, sin posibilidad de salidas, insoportable.

5- EN EL DESEO DE MORIR. Es el punto final que se ha prefijado el maligno: hacer llegar a la desesperación y al suicidio. Y debo decir de una vez que cuando se pone bajo la protección de la Iglesia, así sea con una sola bendición, este quinto punto queda excluido.

Muchos cuando yo exponía estos cinco puntos, los tenían todos, aunque con diverso grado de gravedad. Debo repetir que estos males pueden ser consecuencia de una presencia maléfica, pero pueden tener otras causas: no son suficientes ellos solos para concluir que una persona está poseída o infestada por el maligno.


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