Trump ha amenazado a sus aliados
y les ha exigido que gasten más dinero en armamento. A eso hay que añadir sus
declaraciones de comenzar una expansión presupuestaria dedicada a armamento
nuclear. La cantidad de pobreza que hay en el mundo es la gran vergüenza de la
Humanidad. Y ahora lo que se le ocurre a este multimillonario es que hay que
gastar más en armas, bastante más por cierto. Y lo que he dicho: quiere romper
el equilibrio existente con Rusia en armamento atómico. Todo esto creo que no
merece ni siquiera comentarse.
Si de algo me sentía muy
orgulloso yo, era de que Europa era un continente pacifista que gasta poco en
armamento. Un continente cuyos ejércitos trabajan más para ayudar en desastres
humanitarios que en batallas. Las primeras veces que escuché a Trump hablar de
estas cosas, pensé que lo hacía sólo para ganar votos y que después no volvería
a mencionar este tipo de desatinos enloquecidos. Pero después de los últimos
movimientos diplomáticos (más bien antidiplomáticos) veo que no, que va en
serio.
Dado que parece ser que España
pretende aumentar su presupuesto militar, yo le aconsejaría a Rajoy que sí, que
lo aumente. Pero que lo aumente únicamente en la partida en soldados. Es decir,
que varias decenas de miles de personas puedan alistarse en el Ejército y traer
un honrado sueldo a sus familias. Ojalá que cien mil o doscientas mil personas
pudieran beneficiarse de esta inútil escalada militar.
Y sí,
estoy de acuerdo con Trump, el mejor modo de gastar el dinero no es gastarlo en
mejorar la vida de los ciudadanos, sino en armas. Y todavía mejor si son armas
de destrucción masiva.
Otra forma épica de emplear el dinero sería cocinar la pizza más grande del mundo en Nuevo México o en investigación para tratar de conseguir una raza de conejos voladores.
Otra forma épica de emplear el dinero sería cocinar la pizza más grande del mundo en Nuevo México o en investigación para tratar de conseguir una raza de conejos voladores.
P. FORTEA
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