martes, 24 de enero de 2017

HONRAR A DIOS COMO NACIÓN


Me gustó mucho y vi con el rabillo del ojo, mientras trabajaba, la ceremonia religiosa a la que asistió el presidente Trump el primer día de su presidencia. Una ceremonia en la esplendorosa e impresionante Catedral Nacional. La foto es de esa ceremonia. 27 confesiones religiosas oraron por el Presidente. La catedral es episcopaliana, pero allí estaba en primera fila el cardenal de Washington DC, como se ve en la foto.

Muchas naciones deberían aprender de Estados Unidos. Es tradición que el Presidente-electo y su familia, la mañana que va a asumir el cargo, asista a un oficio religioso en una iglesia. Se trata de un acto familiar, privado, sin cámaras. Sólo se graba su ingreso y salida. De allí va al Capitolio a jurar su cargo. Y al día siguiente, ya Presidente, asiste a un servicio religioso interconfesional en la catedral. Un servicio grandioso, público, que tiene carácter de acto de Estado. Estados Unidos (aun tan secularizado) sigue siendo un gran país del que tenemos mucho que aprender.


P. FORTEA

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