Erik Gandini, director ítalo-sueco, parte de Suecia en un viaje
cinematográfico que lo lleva a Etiopía. Su película (La teoría del amor de
Suecia) nació a partir de una reflexión sobre el manifiesto propuesto por
el Parlamento sueco en 1972, “La familia del
futuro”.
El concepto básico es que toda
auténtica relación humana debe basarse en la independencia: la independencia de la mujer
respecto a su marido, de los adolescentes con respecto a sus padres, de los
ancianos con respecto sus hijos. Pero
la independencia, sin embargo, limita
el contacto y la interacción personal: por ello hoy, después de 50 años,
la mitad de la población vive sola, y cada vez más mujeres se convierten en
madres solteras a través de la inseminación artificial.
¿Por qué una vida segura y protegida puede tornarse tan poco
satisfactoria? Una posible respuesta es la del famoso sociólogo y filósofo
polaco Zygmunt Bauman, quien demuestra que una vida sin problemas no es necesariamente una vida feliz:
“Debemos hacer frente a los retos; se llega a la
felicidad cuando se puede controlar a los desafíos planteados por el destino.
De hecho, el aumento de la comodidad puede hacernos sentir perdidos. Una cosa que no tenemos y que no nos puede
ser proporcionada por el Estado ni por los políticos, es pasar tiempo con los
demás, estar con otras personas: nuestro estar en un grupo. De esto
usted se tiene que ocupar. Las personas
acostumbradas a la independencia están perdiendo la familiaridad de vivir con
otras personas, debido a que ya se ven privados de la capacidad de socializar.
Socializar es agotador porque implica negociar y volver a negociar, discutir,
acordar, volver a crear. La independencia priva de la capacidad de hacer todo esto.
Nuestra vida está ahora dividida: “online” y “offline”, conectado y
desconectado. La primera no tiene riesgos: es muy fácil hacer amigos en
Internet; en realidad, así nunca percibe uno la propia soledad. Y si alguien no
te gusta, simplemente dejas de interactuar con él. En el mundo “offline” es
difícil evitar la confrontación. Cuanto más independientes somos, nos volvemos
menos capaces de detener nuestra independencia y sustituirla por una
interdependencia agradable”.
Un estilo de vida líquido (una categoría muy querida por el distinguido
sociólogo) es atractivo para muchas personas, ya que ofrece un intercambio sin
restricciones; más exactamente, sin
compromisos.
El amor, en cambio, requiere compromiso y esfuerzo. Las redes sociales
hacen que sea más fácil encontrar la forma de salir de los compañeros, haciendo
crecer cada vez más una tendencia que ha llegado a ser dominante en Occidente.
Para Bauman (1925 – 2017), el sociólogo polaco naturalizado británico, nuestra sociedad podría estar a pocas décadas
a la destrucción de todos los vínculos interpersonales, una tendencia
que ha visto progresivamente el final de los partidos políticos, de los
sindicatos, y de las relaciones entre las familias y las instituciones como la
escuela, y que en algunos casos ha convertido a los individuos en átomos que no
pueden construir lazos de ningún tipo, condenándolos a la soledad y a la única
satisfacción del consumo.
De hecho, el consumismo
se ha convertido en figura señera de Occidente, en una ideología única e intocable
con un solo enemigo: el amor.
Hoy, 9 de enero, hemos tenido que despedirnos de un gran pensador, uno
de los pocos capaces de advertirnos en contra de estos abusos. Se le echará de
menos.
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