ROMA, 08 Dic. 16 / 12:01 am (ACI).- Cada 8 de diciembre la Iglesia celebra la
Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María. El dogma de fe según el
cual la Madre de Jesús fue preservada del pecado desde el momento de su
concepción. Es decir, desde el instante en que comenzó su vida humana.
A mediados del siglo XIX, el Papa Pío IX, después de recibir numerosos
pedidos de obispos y fieles de todo el mundo, ante más de 200 cardenales, obispos,
embajadores y miles de fieles católicos, declaró con su bula “Ineffabilis Deus”: “Que la doctrina que sostiene que la
Beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa
original en el primer instante de su concepción por singular gracia y
privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús,
Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y
constantemente creída por todos los fieles..."
En Roma se envió una gran cantidad de palomas mensajeras en todas las
direcciones llevando la gran noticia. Y en los 400 mil templos católicos del
mundo se celebraron grandes fiestas en honor de la Inmaculada Concepción de la
Virgen María.
Poco más de tres años después, en una de sus apariciones en Lourdes, la
Virgen María se presentó ante la humilde pastorcita Santa
Bernardita Soubirous con estas palabras: “Yo
soy la Inmaculada Concepción”.
Actualmente son miles las iglesias dedicadas a esta advocación en todo
el mundo y millones de fieles le tienen una particular devoción. La Inmaculada
Concepción es patrona de España, es conocida como “La
Purísima” en Nicaragua, a través de la imagen de Nuestra
Señora de “El Viejo”, y venerada como la “Virgen de
Caacupé” en Paraguay.
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