Esta noche estoy triste. Hay una
persona a la que conozco desde hace muchos años. Esta semana se enfadó conmigo
muchísimo por la cosa más tonta del mundo. Se puso muy nerviosa y actuó de un
modo sorprendente. Pensé que ese mismo día, un par de horas después, me
llamaría para excusarse, pero no.
Me da pena, porque, aunque nunca
ha habido realmente amistad, sí que nos conocíamos hace muchísimo tiempo. Ahora
sé que algo se ha roto de forma definitiva e irrecomponible. Y lo lamento
mucho.
No deja de sorprenderme que en cualquier momento, por cualquier
tontería, sin ningún aviso, cualquier cosa puede romperse, cualquier situación
pacífica puede entrar de golpe en una situación de no retorno, cualquier
situación amigable puede acabar, así, de golpe.
P.
FORTEA
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