REDACCIÓN CENTRAL, 25 Oct. 16 / 04:21 pm (ACI).- Tres
párrocos latinoamericanos coincidieron en que el aporte económico de los fieles
a la Iglesia
ya sea a través del diezmo, la colecta dominical o el estipendio por la
celebración de sacramentos
u otro servicio pastoral es una
necesidad urgente y prioritaria para la evangelización y la acogida de
los más afligidos.
Recientemente volvió a circular en las redes sociales lo que el Papa
Francisco dijo sobre el “escándalo” de
pretender hacer “negocio” con los cobros
excesivos en las iglesias por sacramentos como el matrimonio. ACI Prensa
buscó a estos tres presbíteros para que expliquen, desde su propia experiencia,
el recto orden de los estipendios en las iglesias.
En Pachuca de Soto, estado de Hidalgo a 115 kilómetros de Ciudad de
México están la Parroquia El Buen Pastor y sus tres capillas a cargo del P.
Zenon Olvera.
El presbítero conoce bien la realidad de la drogadicción, la
delincuencia y otros problemas sociales de muchos sectores periféricos como los
de la ciudad de Pachuca. En este pequeño territorio y alta densidad
poblacional, existe también la regulación de la Arquidiócesis de Tulancingo “para evitar
abusos o pedir donativos excesivos”.
El sacerdote explica que “tenemos que
brindar la posibilidad y abrir la puerta para que las personas se acerquen a
los sacramentos. Pero, tenemos que tomar conciencia de que todos somos Iglesia
y todos debemos ayudar y colaborar para
su sostén. No es responsabilidad única de los ministros o de los agentes
pastorales”.
El P. Olvera comentó a ACI Prensa que por muy mínimo que sea el aporte,
la “gente nunca nos deja solos. Siempre nos ayuda y
eso es lo importante (…) Si confiamos en la Misericordia del Señor, de Él lo
recibimos todo. Sólo hay que ponerse en sus manos”, precisó.
En Argentina, en la Villa Cura Brochero, en Córdoba, está el Santuario
Nuestra Señora del Tránsito y Santo Cura Brochero y sus 22 capillas. El P.
David Silva, que está a cargo de esas comunidades, explicó a ACI Prensa que “es una parroquia en misión” y los 7500 habitantes
a los cuales tiene alcance “valoran” mucho
el gesto.
Este sacerdote se preocupa que cada comunidad tenga su visita mensual y “se hacen campañas para fomentar el sostenimiento de la
Iglesia”.
“Aquí la gente es muy cuidadosa de su fe” y se muestra en las “peregrinaciones; la
devoción a la patrona de la ciudad Nuestra Señora del Tránsito; el rezo del Rosario del alba; los ejercicios
espirituales a cargo de las hermanas; y tantas cosas más”, manifestó el
P. Silva.
El sacerdote explicó que la Arquidiócesis de Córdoba “siempre ha
pedido que los cobros se hagan con prudencia y capacidad de discernimiento”
para lo cual “fijó un criterio para el estipendio” de acuerdo a la
realidad que se vive, así como lo hacen las otras divisiones eclesiales.
Sin embargo, destacó que Córdoba es la “tercera
prioridad de las diócesis más pobres del país” por eso se hace relevante
“que se concientice que lo que queremos sostener es
la Iglesia, donde reside la vida
sacramental y cristiana”.
“Si bien hay zonas carenciadas, logramos ayudar a las comunidades periféricas.
Nos sostenemos mutuamente”, y destacó los programas de ayuda
social que se realizan junto a Cáritas Argentina y las campañas de ayuda para
catástrofes.
En la diócesis de Rancagua, a 90 kilómetros de Santiago de Chile, el P.
Iván Guajardo divide su labor pastoral entre la Parroquia Nuestra Señora del
Rosario y las 18 capillas a su cargo, para atender espiritualmente a los 14 mil
católicos de su territorio.
En conversación con ACI Prensa, el P. Guajardo aseguró que el
sostenimiento de la Iglesia es una “responsabilidad”
y “algo urgente” que debe asumir la
feligresía. Porque la parroquia tiene una dimensión “espiritual
pero vive en un contexto material donde tenemos que pagar servicios básicos,
sueldos dignos, reparaciones y a veces incluso reconstrucciones”.
La Capilla
Nuestra Señora del Carmen, ubicada en Totihue, es un ejemplo de
ello, cuya reconstrucción fue posible a la gestión de Ayuda a la Iglesia que
Sufre. El levantamiento de la capilla significó un gran esfuerzo para la
comunidad y el premio al mejor proyecto espiritual del mundo, AR Faith 2016,
de la revista londinense Architectural Review.
“Las palabras del
Papa Francisco son simples, claras, específicas (...). Él sabe que
la realidad de la Iglesia no se sostiene solo con la ayuda directa de los fieles.
Nos llama también a tomar responsabilidades con el uno por ciento (aporte
mensual equivalente al diezmo en otros países) y el apoyo a las colectas. Aun así, a veces no alcanza a cubrir el gasto
básico de los templos”.
Respecto al cobro por sacramentos el presbítero asegura que “no deben ser motivo de lucro” y “no debe haber una obligación económica” por parte
de la parroquia. Pero sí “debe haber una obligación moral de parte de los
feligreses ya que es triste ver- por ejemplo- que gastan más en los
adornos de las flores que en el lugar donde reciben el sacramento”.
“Se supone que la Iglesia es solidaria,
eucarística, misionera y fraterna. Pero, en lo último estamos muy mal porque no
somos fraternos entre nosotros mismos (…) Esa frase de las primeras comunidades
que dice: “Miren cómo se aman” no ocurre ahora. Porque, pareciera que las
personas no perciben todo lo que hace a Iglesia”, expresó el P. Guajardo.
Por Giselle Vargas
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