VATICANO, 27 Oct. 16 /
07:16 am (ACI).- El Papa Francisco ha denunciado el esfuerzo de la cultura moderna por
eliminar las diferencias entre hombre y mujer, cuya alianza no se puede
sustituir por otras relaciones según afirmó.
“Es imposible negar el aporte de la cultura moderna
al redescubrimiento de la dignidad de la diferencia sexual” y “por esto es mucho más desconcertante
constatar que ahora esta cultura aparezca como bloqueada por una tendencia a
eliminar las diferencias en lugar de resolver los problemas que la mortifican”.
“La familia
–añadió el Papa– es el seno insustituible de
la iniciación a la alianza criatural del hombre y de la mujer”.
El Pontífice recibió en audiencia a los miembros del Pontificio
Instituto Juan Pablo II
para los Estudios sobre el Matrimonio y la Familia en
ocasión de la apertura del nuevo año académico.
Francisco señaló que esta institución “hoy
puede ser todavía más reconocida y apreciada en su fecundidad y actualidad”.
“Su sabio discernimiento de los signos de los tiempos ha restituido con vigor a
la atención de la Iglesia,
y de la misma sociedad humana, la profundidad y la delicadeza de los lazos que
se crean a partir de la alianza conyugal entre el hombre y la mujer”.
El Santo Padre manifestó que “en la
coyuntura actual, los lazos conyugales y familiares son de muchos modos puestos
a prueba”. “La aparición de una cultura que exalta el individualismo
narcisista, una concepción de la libertad desenganchada de la responsabilidad
por el otro, el crecimiento de la indiferencia hacia el bien común, el aumento
de las ideologías que agreden directamente el proyecto familiar, como también
el crecimiento de la pobreza que amenaza el futuro de tantas familias, son
otras razones de crisis para la familia contemporánea”.
Además, existen cuestiones relacionadas con “el
desarrollo de las nuevas tecnologías que hacen posibles las prácticas puestas
en conflicto, como la verdadera dignidad de la vida humana”.
Por todo ello, el Papa les invitó a una mayor relación entre el Instituto
y la Pontificia Academia por la Vida y a abordar estos asuntos “sin caer en la tentación de decorarlas, perfumarlas, de
ajustar un poco y de domesticarlas”.
MATRIMONIO HOMBRE-MUJER
E IDEOLOGÍAS
En este sentido, añadió que “la incerteza y
la desorientación que tocan los afectos fundamentales de la persona y de la
vida desestabilizan todas las relaciones, aquellas familiares y aquellas
sociales, haciendo prevalecer siempre más el ‘yo’ en lugar del ‘nosotros’, el
individuo sobre la sociedad”. Y esto es algo que “contradice el diseño de Dios, que ha confiado el mundo y la historia
a la alianza del hombre y de la mujer”.
“Esta alianza –por su
misma naturaleza– implica cooperación y respeto,
dedicación generosa y responsabilidad compartida, capacidad de reconocer la
diferencia como una riqueza y una promesa, no como un motivo de sujeción y de
prevaricación”.
Francisco afirmó que el reconocimiento de la dignidad del hombre y de la
mujer conlleva “una justa valoración de su relación
recíproca”. “¿Cómo podemos conocer a fondo la humanidad concreta en la que
hemos sido hechos sin aprenderla a través de esta diferencia?”, se
preguntó. “Y esto sucede cuando el hombre y la
mujer hablan y se preguntan, se quieren y actúan juntos, con respeto y
benevolencia recíproca”.
En su opinión, “la profunda correlación
entre las figuras familiares y las formas sociales de esta alianza –en la
religión y en la ética, en el trabajo, en la economía y en la política, en el
cuidado de la vida y en la relación entre las generaciones– es una evidencia
global”.
Por ello, “cuando las cosas van bien entre
un hombre y una mujer también el mundo y la historia van bien”, en caso
contrario “el mundo se convierte en inhóspita y la
historia se detiene”.
LA BELLEZA DE LA
FAMILIA
El Santo Padre dijo además que “el
testimonio de la humanidad y de la belleza de la experiencia cristiana de la
familia nos tendrá que inspirar todavía más”.
“La Iglesia dispensa el amor de Dios por la familia
en vista de su misión de amor por todas las familias del mundo” y la Iglesia “ve en la familia el icono de
la alianza de Dios con toda la familia humana”.
Por tanto, “la caridad de la Iglesia nos
compromete a desarrollar –en el plano pastoral y doctrinal– nuestra capacidad
de leer e interpretar, para nuestro tiempo, la verdad y la belleza del diseño
creador de Dios”.
Francisco habló también de la necesidad de “aplicarse
con mayor entusiasmo al rescate –diría casi a la rehabilitación– de esta
extraordinaria ‘invención’ de la creación divina. “Las dinámicas de la relación
entre Dios, el hombre y la mujer, y sus hijos, son la llave de oro para
entender el mundo y la historia con todo lo que contienen”.
Por otro lado, el Obispo de Roma aseguró que “es
justo en efecto reconocer que a veces hemos presentado un ideal ideológico del
matrimonio demasiado abstracto, casi artificialmente construido, lejano de la
situación concreta y de las posibilidades efectivas de las familias tal y como
son”.
“Esta idealización excesiva, sobre todo cuando no
hemos despertado la confianza en la gracia, no ha hecho que el matrimonio sea
más deseable y atrayente, sino todo lo contrario”.
Francisco manifestó que gracias al Sínodo de los obispos sobre la
familia celebrado en 2014 y 2015 se ha visto la necesidad “de ampliar la comprensión y el cuidado de la Iglesia por
este misterio del amor humano en el que se hace camino el amor de Dios para
todos”.
Es decisivo “el tema de la ‘cercanía’ de la
Iglesia: cercanía a las nuevas generaciones de esposos, para que la bendición
de su unión les convenza cada vez más y les acompañe y sea cercana a las
situaciones de debilidad humana, para que la gracia pueda rescatarles,
reanimarles y curarles”.
Por Álvaro de Juana
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