Se cumplen los 500 años de la Reforma
Protestante de Martín Lutero.
Pero la fuerte tendencia al
ecumenismo no nos puede hacer olvidar que “aquellos vientos trajeron estas
tempestades”.
Los escándalos provocados por
él hicieron que la mitad de la cristiandad le siguiera en su cisma.
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Y trajo heridas incurables en ambas mitades, que se volvieron antagónicas, creciendo en intensidad en los siglos siguientes, con guerras y muchas muertes.
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Y trajo heridas incurables en ambas mitades, que se volvieron antagónicas, creciendo en intensidad en los siglos siguientes, con guerras y muchas muertes.
Hasta que gradualmente se fueron apagando los
fuegos y cada una de las partes se
conformó con rechazar de plano como satánica toda mención a la otra.
Esto sucedió hasta el pasado siglo XX, en que tímidamente se comenzaron acercamientos
denominados “ecuménicos”.
Pero cabe que recordar que Lutero no era ecuménico, como lo admite el cardenal Kasper en su
libro reciente Martin Lutero.
Una perspectiva ecuménica.
Y que una de las cosas más
destructivas que dejó a sus “hijos” fue la erosión del vínculo entre la fe y la
pertenencia a una Iglesia cristiana.
Siguiendo el ejemplo de Lutero y también de Calvino, algunos cristianos no católicos han dejado de
creer que la pertenencia a ninguna iglesia es necesaria para la salvación.
Muchos ni siquiera creen que asistir al culto de
una iglesia con algún tipo de regularidad sea necesario; es bueno y correcto, pero no es necesario.
Y esto porque creen que sólo la fe en Jesucristo como Señor y Salvador es necesaria para la
salvación.
Por ello y por lo que vamos a ver, el cardenal Muller dijo un año antes que “No hay nada que
festejar en la Reforma Protestante”.
Comencemos por preguntarnos ¿quién fue Lutero?
BIOGRAFÍA DE LUTERO
Según sus historiadores, Martín Luder, después
autodenominado Lutero, nació en un
hogar creyente, pero muy severo.
Sufrió de parte de su padre y ocasionalmente de su
madre, castigos físicos que lo hicieron
huir del hogar paterno y refugiarse en una iglesia.
Su entrada a la vida religiosa
no parece haber sido fruto de una acendrada vocación, sino la consecuencia de
un cúmulo de circunstancias que finalmente lo empujaron a ello, contra la
voluntad de sus padres.
Existe una leyenda que cuenta que un día, al ir de
visita a la casa de sus padres, fue sorprendido por una tormenta y un rayo cayó junto a él aterrorizándolo, por
lo que gritó: “¡Ayuda Santa Ana, me haré monje!”
MONJE EN UN CONVENTO AGUSTINO
Y DESPUÉS SACERDOTE
Fraile agustino
a los 22 años, estudió para sacerdote por consejo de su prior, que lo veía
entrando en un mundo espiritual de excesivos escrúpulos, que turbaban su vida y
que él quería resolver con ayunos y exageradas penitencias.
Fue ordenado en el año 1507. A partir de ese
momento creció en su carrera como
teólogo y profesor de Teología, además de ser nombrado Doctor en biblia
y vicario de su orden, con once
monasterios bajo su cargo.
No habría razón para dudar de que hasta entonces la
carrera monástica de Lutero era ejemplar, tranquila y feliz: su corazón en reposo, su mente serena y su
alma en paz.
Sin embargo, el exceso de trabajo y estudio, pronto
hicieron presa de su físico, volviendo a desordenar su templanza y a turbar su alma con escrúpulos que lo dejaban
exhausto.
Habiendo realizado un curso sobre la ética
aristotélica, en 1509 Lutero obtuvo el título de Baccalaureus Biblicus,
que le concedía el derecho de practicar
la exégesis bíblica públicamente.
Como joven profesor en la recién creada Universidad
de Wittenberg, Lutero pronto daría
muestras de gran intemperancia y osadía en sus manifestaciones.
Al tiempo que nuevamente se sentía acuciado en su
intimidad por graves escrúpulos de
conciencia y devastadoras tentaciones.
Viéndolo muy inquieto, un viejo fraile agustino le recomendó la consoladora lectura de San Pablo,
en cuyo estudio se enfrascó ávidamente para deducir de él las primeras
simientes de su dramática disidencia con la ortodoxia religiosa.
Fue en la Epístola a los romanos de San Pablo en que Lutero halló respuestas a
sus angustias sobre la salvación.
Entendiendo que el hombre encuentra su justificación en la gracia de Dios,
generosamente otorgada por el Creador con
independencia de las propias obras.
Resulta paradójico que fuera
en esa poco tranquilizadora idea de que solamente la fe y no los méritos salvan
donde Martín Lutero encontró la paz que anhelosamente buscaba.
Y la certeza espiritual que le llevó a un enfrentamiento irreductible el Vaticano y a
fundar la nueva doctrina protestante.
Sus enseñanzas llamaron bien pronto la atención. Comenzó también a predicar.
Su elocuencia arrastraba multitudes y tuvo la
condición de ser el primer predicador
de la época.
“No daba grandes voces – diría uno de sus
oyentes -, pero su voz era fina y
pura tanto en el canto como en la palabra”
EL PRINCIPIO DEL FINAL: LA
VENTA DE INDULGENCIAS
Enterado, por causa de un viaje suyo a Roma (que él
nunca mencionó en ningún escrito), de la frivolidad y liviandad de costumbres de la Jerarquía católica y el clero,
Lutero comenzó a criticar la situación en la que se encontraba la Iglesia
católica.
Y comenzó a censurar también
que las bulas eclesiásticas (documentos que teóricamente concedían indulgencias a los
creyentes por los pecados cometidos) fueran objeto de un tráfico puramente
mercantil.
Sus
protestas fueron subiendo de tono sobre la campaña de venta de bulas eclesiásticas
con el fin de recaudar fondos.
Entonces decidió hacer pública
su protesta redactando sus célebres noventa y cinco tesis, que
clavó a la puerta de la iglesia de Todos los Santos de Wittenberg (1517).
Y que pronto serían impresas bajo el título “Cuestionamiento
al poder y eficacia de las indulgencias”.
Debemos considerar que hubo muchas ocasiones de descontento con los obispos y
hasta con el Sumo Pontífice de turno en la Iglesia. Basta recordar la
época de Arrio.
Pero también debemos tener presente que el Espíritu Santo cuidaba de la
permanencia, la Doctrina y el Magisterio de la Iglesia.
Es con motivo de una de estas imperfecciones, o
errores, o pecados de un Sumo Pontífice, que entró en acción este monje
agustino cuya cruzada fue agrandándose
como una bola de nieve, hasta terminar en el cisma.
El
Papa León X necesitaba
conseguir el dinero para terminar la Basílica de San Pedro y con ese fin
apremiaba a los fieles a contribuir con las obras.
Una
de las formas de obtener ese dinero, era entregar algo a cambio.
La elección recayó en las indulgencias que con ese fin eran ofrecidas, vendidas y compradas.
Los católicos saben que las indulgencias son regalos que el Sumo Pontífice otorga,
mediante determinadas oraciones o actos devocionales, y que en caso de morir en
gracia de Dios, acortan su pasaje por el Purgatorio.
También se
aplican a las ánimas purgantes.
Evidentemente, no cabe pensar que una indulgencia comprada con dinero pueda surtir el
efecto de librar de los pecados.
Sin embargo, aquellos que las
compraban sin merecerlas, creían firmemente que estaban asegurando su terrenito
en el Cielo sin cambiar su vida pecadora por otra fiel y sinceramente devota.
Esto fue, a todas luces un escándalo moral que debía romperse por algún lado.
UNA BOLA DE NIEVE
Lutero comenzó con buena intención denunciando esos abusos de poder de la
Jerarquía.
Abusos que eran reales y verdaderos en el comercio de los bienes espirituales.
Eso se
denomina Simonía
y ya había sido rechazado y castigado por los primeros Apóstoles, cuando
Simón el mago ofreció a Pedro dinero a cambio de poder hacer milagros, tal como
leemos en los Hechos de los Apóstoles 8,9.
El Papa desestimó las críticas
de Lutero, que fue encarnizándose hasta redactar sus famosas 95 tesis, que
clavó en la puerta de una capilla en Wittenberg, Alemania.
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A pesar de que se le exigió que se retractara, no lo hizo, y finalmente el Papa lo excomulgó.
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A pesar de que se le exigió que se retractara, no lo hizo, y finalmente el Papa lo excomulgó.
Fue como si se abriera una compuerta que detenía una catarata.
A partir de ese momento,
Lutero liberado de su fidelidad a la Iglesia Católica, fue conformando una
doctrina de acuerdo a sus deseos, que fue finalmente la teología de la Reforma
Protestante.
LA DEVOCIÓN PRIMERA A MARÍA
SANTÍSIMA
De acuerdo a los testimonios escritos de estudiosos
y las frases del propio Lutero, podemos ver dibujada su loca carrera hacia la confrontación total.
Pero también Lutero dejó escritos
de su primera época, que hablan de su devoción absoluta a la Virgen María, cuya
longitud excede este trabajo.
De todas maneras, recordaremos algunos de ellos, para gloria y honor de María Santísima.
Y que sus
hijos posteriormente desconocieron.
Explicación
del Magníficat, año 1521:
“Cada uno
tendría que honrar a María tal como ella misma lo expresó en el Magníficat.
Ella alabó a Dios por sus obras. ¿Cómo podremos
entonces nosotros alabarla?
El verdadero homenaje de María es en honor de Dios,
la alabanza de la Gracia de Dios…
María nada es por su propio mérito, sino por el
mérito de Cristo…
María
no desea que vayamos a ella sino a través de ella hacia Dios”.
Sermón
de la Fiesta de la Asunción, 15 de agosto de 1522:
“No cabe
duda de que la Virgen María está en el cielo. Cómo ocurrió no lo sabemos.
Y, ya que el Espíritu Santo no nos ha dicho nada
acerca de esto, no lo podemos hacer artículo de fe…
Es
suficiente saber que ella vive en Cristo”.
Sermón
del 1º de setiembre de 1522:
La
veneración de María está en las profundidades del corazón.
Sermón
de la Navidad de 1522:
Es consuelo y sobreabundante bondad de Dios que el
hombre pueda exultar en semejante tesoro: María es su verdadera Madre.
Sermón
de la Navidad e 1529:
María
es la Madre de Jesús y Madre de todos nosotros aunque
solamente fue Cristo quien reposó en su regazo…
Si Él es nuestro, debiéramos estar en su lugar; ya
que donde Él está debemos estar también nosotros y todo lo que Él tiene debe
ser nuestro, y su madre es también
nuestra madre.
Sermón
de la Navidad de 1531:
(Ella
es) la mujer más encumbrada y la joya más noble de la cristiandad después de
Cristo…ella
es la nobleza, sabiduría y santidad personificadas.
Nunca
podremos honrarla lo suficiente.
Aun cuando ese honor y alabanza debe serle dado en un modo que no falte a
Cristo ni a las Escrituras.
Sermón
de la Fiesta de la Visitación, año 1537:
Ninguna
mujer es como tú.
Tú eres más que Eva o Sara, bendita sobre toda
nobleza, sabiduría y santidad.
Nos resulta difícil de creer que alguien tan
imbuido de la especial condición de María en la historia de la salvación, haya terminado tan alejado de Ella y de la
Iglesia de su Divino Hijo.
LA SOBERBIA FUE AMONTONANDO
ERRORES
Desligado
de la obediencia a Roma, Martín Lutero emprendió la reforma de los
sectores eclesiásticos que le siguieron y que conformaron la primera Iglesia
protestante, a la cual dotó de una base
teológica.
El luteranismo se basa en la
doctrina inspirada en la interpretación de algunos escritos de San Pablo
y de San Agustín.
Especialmente que el hombre puede salvarse sólo por su fe y por la gracia de Dios, sin que
las buenas obras sean necesarias para alcanzar la salvación del alma.
Por otra parte, sus teorías
sobre la obligación de la obediencia a la autoridad civil, resultó agradable a
los príncipes alemanes.
Quienes lo apoyaron y adoptaron alegremente su
teoría de que los bienes temporales de
la Iglesia en cada país debían ser de las autoridades de ese país.
A partir de ese momento, Lutero la emprendió con
los dogmas de la Iglesia Católica, encarnizándose
contra el Papado, contra la validez y la utilidad de las indulgencias, contra
la creencia en el Purgatorio,
etc.
También defendió la doctrina
del “sacerdocio
universal”, que implicaba una relación personal directa del
individuo con Dios.
En la cual desaparecía
el papel mediador de la Iglesia, privando a ésta de su justificación
tradicional.
La
interpretación de las Sagradas Escrituras no tenía por qué ser un monopolio
exclusivo del clero, sino que cualquier creyente podía leer y examinar
libremente la Biblia.
La
cual debía ser traducida, por consiguiente, a idiomas que todos los creyentes
pudieran entender. El propio Lutero la tradujo al alemán.
De los sacramentos católicos,
sólo consideró válidos los dos que halló reflejados en los Evangelios, es
decir, el Bautismo
y la Eucaristía,
rechazando los demás.
Es ampliamente conocida la
teoría de las tres “Solas”, Sola Fide,
Sola Scriptura,
Sola Gratia.
Es decir, sólo
la Fe, sin necesidad de buenas obras.
Sólo la Escritura, prescindiendo de la Tradición Apostólica (de la que es celoso
custodio la Iglesia Católica)
Y sólo la Gracia, que es donada por Dios a quien quiere otorgarla.
Con
respecto a la Eucaristía, Lutero negó la “transubstanciación”,
pero aceptó la “consubstanciación”,
es decir, que Cristo se hallaba presente en el pan y el vino, aunque estos no
modificaran su esencia.
LUTERO A TRAVÉS DE SUS FRASES
RIDÍCULAS
A partir de ahora, dejaremos que sea el mismo
Lutero el que hable a través de sus
palabras o escritos, que han sido documentadas.
Nos resulta difícil de creer que la misma persona
haya dicho las frases que vienen a continuación, muchas recogidas en sus “Charlas de
sobremesa”, que fueron recopiladas por sus alumnos y que hoy nos sorprenden y escandalizan.
SOBRE DIOS
“Veo que Dios
no es mejor que un sinvergüenza” (2)
“Cristo
cometió adulterio en primer lugar con la mujer en el pozo (la
Samaritana) de quien San Juan nos habla. ¿No se extrañaban sus seguidores
diciendo: “Qué ha estado haciendo con ella?”
En segundo lugar, lo hizo con María Magdalena.
Y en tercer lugar con las mujeres descubiertas en
adulterio a quienes él dejaba ir tan a la ligera.
Es más, Cristo, que era tan
virtuoso, debe haber sido culpable de fornicación antes de su muerte” (3)
“El hombre es como un caballo. ¿Sube de un salto
Dios a la silla?
El caballo es obediente y se acomoda a todos los
movimientos del jinete y va donde él quiere.
¿Arroja Dios las riendas? Entonces Satanás salta
sobre el lomo del animal, que se dobla y se somete a las espuelas y los
caprichos de su nuevo jinete…
Por lo tanto, es la necesidad y no el libre albedrío, el principio rector de nuestra
conducta.
Dios es el autor de lo que es
malo y de lo que es bueno, y así, como él concede la felicidad a los que no lo
merecen, también Él maldice a otros que no merecen su destino” (4)
“Yo tengo más confianza en
mi esposa y mis alumnos que la que tengo en Cristo” (5)
“No
importa la actitud de Cristo, lo que enseñó es todo lo que importa”
(6)
SOBRE LOS 10 MANDAMIENTOS
“El único propósito de los Diez Mandamientos es mostrar al hombre su impotencia para hacer el
bien y de enseñarle la desesperación sobre sí mismo” (7)
“Debemos sacar el Decálogo
fuera de la vista y el corazón” (8)
“Si les permitimos – a los
mandamientos – cualquier influencia sobre nuestra conciencia, se convertirán en
la tapadera de todos los males, herejías y blasfemias” (9)
“Es más
importante protegerse contra las buenas obras que contra el pecado” (10)
SOBRE LA NECESIDAD DE LAS
BUENAS OBRAS
“Las
buenas obras son malas y son pecado como el resto” (11)
“No hay escándalo mayor, más
peligroso, más venenoso, que una buena vida exterior, manifestada por buenas
obras y un modo piadoso de la vida.
Ese es el gran portal, la carretera que lleva a la condenación”. (12)
SOBRE LA IMPORTANCIA DE LIBRE
ALBEDRÍO
“… Con respecto a Dios, y en
todo lo que tiene relación con la salvación o la condenación, (el hombre) no
tiene ‘libre albedrío’, sino que es un prisionero, un cautivo, un esclavo, ya
sea de la voluntad de Dios, o de la voluntad de Satanás”. (13)
“La voluntad
de Judas fue la obra de Dios; Dios con su omnipotente poder cambió su
voluntad como lo hace con todo lo que existe en este mundo”.(14)
“Ninguna buena obra viene
como resultado de la propia sabiduría; sino todo debe suceder en un estado de
estupor… (en el que) la razón debe ser dejada de lado porque es el enemigo de
la fe”. (15)
SOBRE LA VIDA CRISTIANA
“Sé un pecador, y permite
que tus pecados sean fuertes, pero deja que tu confianza en Cristo sea más
fuerte, y te regocijarás en Cristo, que es el vencedor sobre el pecado, la
muerte y el mundo.
Nosotros cometeremos pecados mientras estemos aquí,
porque esta vida no es un lugar donde resida la justicia: se ha de cometer pecado.
Para ti debería ser suficiente reconocer al Cordero
que quita los pecados del mundo.
Ningún pecado puede separarnos
de Él, incluso si tuviéramos que matar o adulterar miles de veces cada día”. (16)
“No exijas nada de tu conciencia;
y si te habla, no la escuches, si insiste, sofócala, diviértete, si es
necesario, comete cualquier pecado bien grande, con el fin de desecharla.
La
conciencia es la voz de Satanás, y siempre es necesario hacer justo lo contrario
de lo que desea Satanás”. (17)
SOBRE LA SANTA MISA
“Yo afirmo que todos los
burdeles, los asesinatos, los robos, los crímenes, los adulterios son menos
inicuos que esta abominación de la Misa Papista”
“Ese Canon abominable es una confluencia de
albañales de aguas fangosas, que ha hecho de la Misa un sacrificio. La Misa no es un sacrificio. No es el acto de
un sacerdote que sacrifica.
Junto con el Canon, nosotros desechamos todo lo que
implica una oblación”.
“Cuando la
Misa haya sido destruida, creo que habremos destruido al Papado.
Creo que es en la Misa, como
sobre una roca, donde el Papado se apoya enteramente, y todo se colapsará por
necesidad cuando se colapse su sacrílega y abominable Misa”. (18)
Lutero
ha hablado.
A 500 años de su hazaña, sus frases siguen
resonando en nuestra alma y provocan el
mismo dolor que entonces.
Fuentes:
- http://ec.aciprensa.com/wiki/Mart%C3%ADn_Lutero
- https://es.wikipedia.org/wiki/Mart%C3%ADn_Lutero#Su_vida_mon.C3.A1stica_y_acad.C3.A9mica
- http://www.biografiasyvidas.com/biografia/l/lutero.htm
- (1) Obras de Lutero [LW], Vol. 13, 61-62
- (2) Charlas de sobremesa, Weimar, Vol. 1, Pg. 487. Cf. Table Talk,
No. 963.
- (3) Charlas de sobremesa, Trishreden, edición Weimer, tomo 2, pág
107.
- (4) De Servo Arbitrio ‘ , 7, 113 ss., citado por O’Hare, en “Los
hechos acerca de Luther, Libros TAN, 1987, pp. 266-267.
- (5) Charlas de sobremesa, Table Talk, 2397b.
- (6) Erlangen Vol 29, Pg 126….
- (7) Denifle de Luther et Lutheranisme, Etude Faite d’après les
fuentes de Traducción de J. Paquier (París, A. . Picard, 1912-1913), tomo
III, p. 364).
- (8) De Wette 4, 188
- (9) Comm anuncio GALAT, p.310…
- (10) Charlas de sobremesa Trischreden, Wittenberg Edición, Vol.
VI., P. 160.
- (11) De Denifle Luther et Lutheranisme, Etude Faite d’après les
fuentes. Traducción de J. Paquier (París, A. Picard, 1912-1913), Vol. III,
pg. 47).
- (12) De Denifle Luther et Lutheranisme, Etude Faite d’après les
fuentes. Traducción de J. Paquier (París, A. Picard, 1912-1913), Vol. II ,
pág. 128).
- (13) Desde el ensayo,” esclavitud de la voluntad ”, Martin
Luther:.. Selecciones de sus escritos, editado por Dillenberger, Anchor
Books, 1962 p 190…
- (14) De servo arbitrio, contra el libre albedrío del hombre.
- (15) Charlas de Sobremesa Trischreden, Weimer VI, 143, 25-35.
- (16) ” Deje que su pecado sea fuerte, “del Proyecto Wittenberg; ”
El Segmento de Wartburg”, traducido por Erika Flores, a partir del Dr.
Martin Luther Saemmtliche Schriften, Carta Nº 99 1 de agosto de 1521. –
Denifle Luther et Lutheranisme, Etude fAITE d’après les fuentes.
Traducción de J. Paquier (París, A. Picard, 1912-1913), vol. II, pág. 404
. (Enders, “Briefwechsel”, III, 208
- (17) J. Dollinger, La Reforme et les resultantes qu’elle un
produits. (Trad. E. Perrot, París, Gaume, 1848-1849), Vol III, pág. 248
- (18) http://santotomasdeaquino.com.mx/wp/2015/11/el-odio-a-la-santa-misa/
- http://adelantelafe.com/otono-caliente-bergoglio-la-pasion-la-iglesia/
- http://500reforma.org/
Escrito por María de los
Ángeles Pizzorno
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