VATICANO, 15 Oct. 16 / 06:24 am (ACI).- El Papa Francisco pidió que
se contrarreste “esa cultura del desecho tan
dañina, que margina a los ancianos al considerarlos improductivos”. Señaló
que “las instituciones y realidades sociales aún
pueden hacer mucho para ayudar a las personas mayores, para aprovechar al
máximo sus capacidades, para facilitar su participación activa, en especial
para asegurar que su dignidad personal siempre sea respetada y apreciada”.
En la audiencia concedida a la Federación de Adultos de Italia “FederAnziani”, y a la Asociación Nacional de
Trabajadores Ancianos con motivo de la fiesta de los abuelos, el Santo Padre
destacó el importante papel de los ancianos, y las personas mayores en general,
en nuestra sociedad.
“No son pocos los ancianos que invierten
generosamente su tiempo y el talento que Dios les ha concedido en ayudar y
sostener a otros. Pienso en tantos que ofrecen su disponibilidad a las
parroquias en un servicio precioso”, señaló.
“Algunos –continuó–
se dedican al mantenimiento de la casa del Señor,
otros dan catequesis,
otros animan la liturgia o dan testimonio de caridad. ¿Y qué decir de su papel
en el ámbito familiar? ¡Cuántos abuelos se dedican a cuidar de sus nietos,
trasmitiendo con simplicidad a los más pequeños la experiencia de la vida, de los valores espirituales y
culturales de una comunidad y de un pueblo!”.
También recordó cómo “en los países en los
que se producía una grave persecución religiosa eran los abuelos los que
transmitían la fe a las nuevas generaciones, llevando a los pequeños a recibir
el bautismo en un contexto de sufrimiento clandestino”.
El Pontífice subrayó que “la iglesia mira a las
personas ancianas con afecto, reconocimiento y gran estima”. Aseguró que
“forman parte esencial de la comunidad cristiana y
de la sociedad. Representan las raíces y la memoria de un pueblo”.
“Sois una presencia importante, porque vuestra
experiencia constituye un tesoro precioso, indispensable para mirar al futuro
con esperanza y responsabilidad”, dijo ante
los asistentes. “Vuestra madurez y sabiduría,
acumulada a lo largo de los años, pueden ayudar a los más jóvenes, apoyándolos
en el camino del crecimiento y de la búsqueda de un camino propio”.
El Obispo de Roma explicó que “los ancianos
testimonian que, incluso ante las situaciones más difíciles, nunca hay que
perder la fe en Dios y en un futuro milagro. Son como árboles que continúan
dando frutos: incluso bajo el peso de los años, pueden ofrecer su propia
contribución a una sociedad rica en valores y ayudar a afirmar la cultura de la
vida”.
Francisco indicó que “en un mundo como el
actual, en el que a menudo mitificamos la fuerza y la apariencia, vosotros
tenéis la misión de dar testimonio de los valores que realmente importan y que
permanecen para siempre, porque están inscritos en el corazón de cada ser
humano y están garantizados por la Palabra de Dios”.
El Papa concluyó su intervención dando gracias a Dios por “las muchas personas e instituciones que se dedican al
servicio diario a las personas mayores, para promover contextos humanos
adecuados en los que todos puedan vivir con dignidad esta importante etapa de
la vida”.
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