jueves, 27 de octubre de 2016

Fuiste llamado a ser luz, a compartir palabras de ánimo, vida y esperanza en el mundo. Vacíate de todo lo que puedas para darlo a otros, el Señor hará de ti un instrumento renovado y lleno de su gloria. Amén
En Filipenses 2:4 dice: “No se ocupen solo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los demás”.
Cuando oramos la voluntad de Dios, sabemos que él nos presta atención para respondernos. Siempre que oremos por otros, o para ser de bendición a otros, estamos orando la voluntad de Dios. Fuimos llamados a ser luz para el mundo, para nuestra familia y para cualquier otra persona que Dios ponga en nuestro camino. Es muy fácil pedir para nosotros, y lo hacemos continuamente, y debemos seguir haciéndolo, pero tiene que ser nuestro hábito, orar cada día para ser una bendición a otros. No olvides hoy pedir al Señor ser una bendición, porque quedarás maravillado de cómo aparecerán oportunidades para ayudar, para dar palabras de aliento, para apoyar financieramente, y muchos otras formas de ayudar. El Señor te guiará a dar de distintas formas y eso hará que haya renovación constante de la unción sobre ti, y un fluir de provisión, gozo y salud.
Muchos necesitan una sonrisa, ser escuchados, oír palabra de Dios, un abrazo, un regalo. Haz algo por alguien cada día. Sé un sembrador, da más de lo que esperen de ti. Cuando damos, nos vaciamos, y el Señor nos llena de su preciosa presencia.
Oremos así:

“Padre ayúdame a ensanchar mi corazón para poder ayudar y ser de bendición a otros, recuérdame que no pierdo nada, sino que recibo mucho más gracia y unción cuando doy con alegría, te lo pido en el nombre de Jesús. Amén

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