sábado, 17 de septiembre de 2016

PADRE AMORTH

REDACCIÓN CENTRAL, 16 Sep. 16 / 03:20 pm (ACI).- En un texto remitido a ACI Prensa, el sacerdote y teólogo español José Antonio Fortea recordó con aprecio al fallecido exorcista italiano Gabriele Amorth, que fue un faro para el resto de exorcistas”, un papel “verdaderamente asignado por Dios”.
El también autor de Summa Daemoniaca y El Exorcismo Magno subrayó que “el Padre Amorth no era un exorcista más”, pues con “su voz fuerte, vigorosa, habló a millones de personas acerca de la acción del demonio”.
El P. Gabriele Amorth falleció este viernes 16 de septiembre a las 7:50 p.m., hora de Italia, a los 91 años. El sacerdote se encontraba desde hacía algunas semanas en el hospital de la Fundación Santa Lucía de Roma debido a dolencias pulmonares. Tenía en su haber decenas de miles de exorcismos.
El P. Fortea destacó que la influencia del P. Amorth “alcanzó a todas partes en la Iglesia. El medio para lograr esto fue simplemente contar lo que había visto”.
A continuación, el texto completo del P. José Antonio Fortea:
Elegía por el Padre Amorth
El Padre Amorth no era un exorcista más. Cumplió un papel verdaderamente asignado por Dios: la de ser un faro para el resto de exorcistas. No solo se convirtió en maestro de estos, sino que también ejerció la función de ser la voz de este ministerio.
Su voz fuerte, vigorosa, habló a millones de personas acerca de la acción del demonio. Solamente él, una sola persona, logró revitalizar el ministerio en toda una nación y después su influencia alcanzó a todas partes en la Iglesia. El medio para lograr esto fue simplemente contar lo que había visto.
Yo lo conocí en 1995, realizando mi licenciatura en Teología, acerca del exorcismo. Cuando él estaba en el mejor momento de su fuerza y energía. La gente esperaba en la sala de al lado aguardando su turno para ser recibido.
Sus puertas estuvieron abiertas para mí como para todos los sacerdotes. Sin misterios ni grandilocuencias. Pude ver su trabajo y su sencillez. Pude preguntarle lo que deseé.
La última vez que le vi fue en 2012, realizando mi doctorado en Teología, también acerca del exorcismo. Su carácter no había cambiado. Tan cercano a los noventa años y seguía exorcizando.
Ahora ya descansa de sus muchos combates con el demonio.


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