ROMA, 25 Sep. 16 / 05:02 pm (ACI).- La presencia de Don Bosco en
la ciudad italiana de Génova está ligada a muchas anécdotas, historias y
también algunos milagros como el que relata el sacerdote salesiano P. Mauricio
Verlezza.
El P. Verlezza, responsable de la Obra de Don Bosco en Sampierdarena
(Génova), desde donde salieron las primeras expediciones misioneras hacia
Argentina, contó a ACI Prensa que el santo sacerdote celebró una Misa en 1872 en la que
participaba una gran cantidad de benefactores.
Al final, y luego de escuchar su catequesis, todos pasaron
por la sacristía de la Catedral de San Siro para recibir la bendición del
fundador de los salesianos. A cada uno le obsequiaba una medallita de María
Auxiliadora.
“Las medallitas que tenía en una pequeña bolsa eran
muy pocas y el milagro fue que todos pudieron recibirla, pese a que la bolsita
que el secretario le dio a Don Bosco realmente tenía poquísimas”.
Aquí, explicó también el sacerdote, “San
Juan Bosco miraba sus sueños misioneros con un mapamundi que se conserva en el
pequeño cuarto en el que reposaba durante su permanencia en Sampierdarena”.
“Uno solo es mi deseo: que sean felices en el
tiempo y en la eternidad”, dejó escrito a sus jóvenes Don
Bosco, que San Juan Pablo II
declaró “padre y maestro de la juventud”.
San Juan Bosco partió a la Casa del Padre un 31 de enero de 1888,
después de haber hecho vida
aquella frase que le dijo a su alumno Santo Domingo Savio: “aquí hacemos consistir la santidad en estar siempre
alegres”.
Traducido y adaptado por Walter
Sánchez Silva. Publicado originalmente en ACI Stampa
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