"Por aquel entonces,
los discípulos se pusieron a discutir quién de ellos sería el más importante. Jesús,
al darse cuenta de lo que estaban pensando, tomó a un niño, lo puso
junto a él y les dijo:
– El que recibe a este niño en mi
nombre, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe también al que me
envió. Por eso, el más insignificante entre todos vosotros, ese será el
más importante.
Juan le dijo:
– Maestro, hemos visto a uno que
expulsaba demonios en tu nombre, pero como no es de los nuestros se lo hemos
prohibido.
Jesús le contestó:
– No se lo prohibáis, porque el que
no está contra nosotros está a nuestro favor."
Los discípulos, al igual que nosotros, valoraban el ser importantes. Por eso discutían entre ellos quién los sería más. Jesús va por otro camino. Para Él, el más importante es el último. El niño en Israel no contaba nada. Jesús no nos pide que seamos infantiles. Nos pide que seamos sencillos, humildes. Quiere que "seamos", no que "aparentemos". Que eso es humilde. Ser lo que realmente somos. A juan también le ocurre lo que a nosotros: divide el mundo entre los nuestros y los que no lo son. A Jesús no le gustan estas distinciones. Si alguien no está contra nosotros, es que ya es de los nuestros. Todos los que buscan el bien de los demás formamos parte de los seguidores de Jesús. Algunos, sin saberlo. |
Enviat per Joan Josep
Tamburini
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