"Un día estaba
Jesús orando, él solo. Luego sus discípulos se le reunieron, y él les
preguntó:
– ¿Quién dice la
gente que soy yo?
Ellos contestaron:
– Unos dicen que
Juan el Bautista; otros dicen que Elías, y otros, que uno de los antiguos
profetas, que ha resucitado.
– Y vosotros,
¿quién decís que soy? – les preguntó.
Pedro le respondió:
– El Mesías de
Dios.
Pero Jesús les
encargó mucho que no se lo dijeran a nadie.
Les decía Jesús:
– El Hijo del
hombre tendrá que sufrir mucho, y será rechazado por los ancianos, por los
jefes de los sacerdotes y por los maestros de la ley. Lo van a matar, pero al
tercer día resucitará."
Los judíos no identificaban a
Jesús con el Mesías. Para ellos debía de ser un rey o un gran sacerdote, que
restableciera el reino de Israel y expulsara a los romanos. Pedro y los
discípulos si lo reconocen, pero siguen con la misma idea de los judíos. Por
eso Jesús les explica con claridad lo que va a ser su vida y cómo ha de morir.
¿Qué idea tenemos nosotros de Jesús? Nos es bastante fácil reconocer a Jesús en el resucitado. ¿Pero sabemos reconocerlo en la cruz? Jesús se nos acerca en el sufrimiento. En los pobres y abandonados; no únicamente en las grandes manifestaciones religiosas. A Jesús debemos reconocerlo también en la soledad de nuestro corazón.
¿Qué idea tenemos nosotros de Jesús? Nos es bastante fácil reconocer a Jesús en el resucitado. ¿Pero sabemos reconocerlo en la cruz? Jesús se nos acerca en el sufrimiento. En los pobres y abandonados; no únicamente en las grandes manifestaciones religiosas. A Jesús debemos reconocerlo también en la soledad de nuestro corazón.
Enviat per Joan Josep
Tamburini
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