Los católicos saben que es
obligatorio ir a Misa los días de precepto, los domingos por ejemplo.
Pero a veces olvidan cómo
deben prepararse para entender lo que pasa cuando se celebra la Misa.
Ir a Misa es encontrarse con
Jesucristo.
El Señor “está” allí,
esperándonos, viéndonos entrar, aguardando que lo saludemos.
Y como está allí en realidad debemos pensar
seriamente como llegamos a la misa
1 – PREPARÁNDONOS PARA IR A
MISA
En primer lugar pensemos en
nuestro corazón.
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¿Estamos en buena condición espiritual para celebrar adecuadamente la Eucaristía?
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¿Estamos en buena condición espiritual para celebrar adecuadamente la Eucaristía?
Esto
no se refiere a estar en gracia o no, porque todo pecador puede acercarse a Dios.
Tiene que ver con la disposición de entregarnos a Jesús. Eso, en lo que tiene que ver
con nuestro espíritu.
Miremos
nuestra ropa.
¿Está de acuerdo con la importancia del momento?
Si
fuéramos a encontrarnos con un Embajador, luciríamos nuestras mejores galas.
El Señor no quiere despliegues lujosos, pero sí que nos ataviemos con sobriedad y respeto
para ir a Su encuentro.
Hay
que guardar respeto a Él desde el momento en que entramos al Templo.
Todo los demás puede esperar. Nuestra atención debe centrarse física y
espiritualmente, en el altar.
2 – ¿SABEMOS A QUÉ CLASE DE
EVENTO VAMOS?
Si nos preguntamos qué es la Santa Misa, y no nos hemos preocupado de formarnos bien,
tal vez estaríamos un tanto desconcertados.
Antes
del Concilio Vaticano II, se tenía bien claro lo que era la Misa. Una
ceremonia de ofrecimiento a Dios.
Tanto
el celebrante como los fieles, miraban hacia el Sagrario, que estaba en
el medio del altar.
Y juntos ofrecían, sacerdote y grey, un culto de adoración y alabanza a la
Santísima Trinidad.
Eso
se llamaba mirar “ad orientem”. Porque es desde el Este donde veremos regresar al
Señor en toda su gloria.
Antiguamente era obligatorio orientar los templos y los altares en esa
dirección.
Los
cambios que introdujo el Concilio fueron en función de que el pueblo se
integrara más y mejor al sacrificio de la Misa.
El
Celebrante dejó de estar de espaldas a los fieles y se abandonó el latín como
lengua
universal del culto, pasándose a utilizar el idioma nativo de cada país.
Pero ese cambio, que fue bueno para integrarnos, de a poco fue desvirtuando el significado de
la Santa Misa.
Gradualmente se fue perdiendo la maravilla de la adoración.
Jesús dejó de ser el Redentor
(que dio su vida por nosotros), para ser un “amigo” con el que podíamos hablar
“de Tú a tú”.
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Y fuimos perdiendo la conciencia del sacrificio que supone que es la misa.
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Del poder de Dios Omnipotente y de la veneración que Él merece.
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Y fuimos perdiendo la conciencia del sacrificio que supone que es la misa.
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Del poder de Dios Omnipotente y de la veneración que Él merece.
3 – ¿SOMOS CONSCIENTES QUE EN
LA MISA PARTICIPAMOS DEL SACRIFICIO DE LA CRUZ?
El Padre
Pío nos dejó una maravillosa enseñanza del paralelismo entre los
distintos momentos de la Misa con la Pasión de Jesús, ver aquí.
Seguramente
si nos trasladáramos al pie de la Cruz viendo sufrir a Jesús, nuestra actitud
sería de reverencia y de dolor.
Pues bien, lo cierto es que cuando vamos a la misa “estamos al pie de la Cruz”.
Este
santo franciscano, que sufría cada minuto de la Misa, nos enseñó que, desde la señal de la Cruz hasta el Ofertorio
encontramos a Jesús en Getsemaní.
Y deberíamos recordar entonces que fue en esos
angustiosos momentos en que desfilaron
ante los ojos de Jesús todos los pecados de “todas” las generaciones del mundo.
Nuestros pecados, los de cada uno de nosotros, cayeron sobre Él hiriéndolo más que los
azotes.
Cuando el Sacerdote nos dice
que nos pongamos en la presencia de Dios para pedirle perdón por nuestros
pecados deberíamos hacer eso.
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Aunque pensemos que estamos en gracia, deberíamos hacerlo con todo el corazón, el cuerpo y la mente.
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Aunque pensemos que estamos en gracia, deberíamos hacerlo con todo el corazón, el cuerpo y la mente.
Y también que cuando el Sacerdote eleva las manos en oración, está intercediendo
poderosamente por nosotros ante la Santísima Trinidad.
Al cantar el Gloria, debemos recordar que lo estamos haciendo junto con todos los coros celestiales, que
aunque no vemos ni oímos físicamente, se unen a nosotros en esta alabanza.
No importa si no tenemos voz o si es desentonada, a
Dios le gustará nuestra alegría y gozo al cantar.
De
la misma manera debemos recitar el Credo creyendo íntimamente que es la
definición de nuestra vida.
Es
la reafirmación de la razón por la cual estamos allí. Creemos en Dios
Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo y lo manifestamos en voz alta.
4 – ¿ESTAMOS ATENTOS PARA
RECIBIR LOS MENSAJES DE AMOR QUE NOS ENTREGAN?
Escuchar
la Palabra de Dios leída desde el ambón es abrir nuestro corazón a los mensajes
de amor
que Dios nos envía.
Pensemos que estamos escuchando Su Voz que nos
habla.
Tratándose de una Verdad Eterna, no es sorprendente
que la lectura de la Escritura, toque
algo de lo que nosotros estamos viviendo.
Dios está allí, dándonos una respuesta a algo que nos preocupa en ese momento,
invitándonos a seguirlo, a reedificar nuestra vida, a convertirnos.
Es un desafío a cambiar la imagen de complacencia
que generalmente tenemos de nosotros mismos.
Y a vernos
como realmente nos ve Dios, o sea, pecadores, débiles, y necesitados de
amor.
Luego el Sacerdote nos
explicará las Escrituras, como el Señor hizo con los discípulos de Emaús.
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Por eso debemos escuchar con humildad y apertura.
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Por eso debemos escuchar con humildad y apertura.
5 – ¿LLEGAMOS A SENTIR QUE
DIOS PADRE NOS REGALÓ NUESTRA VIDA Y JESÚS DIO SU VIDA POR NOSOTROS?
En el
Ofertorio el celebrante ofrece el pan y el vino. Jesús ofreció su vida,
su cuerpo y su sangre por nosotros.
Es cuando entramos en el camino del Calvario. Los soldados lo arrestan como si fuera un
criminal.
Es el momento en que nosotros podemos hacer una ofrenda espiritual que sea grata al
Señor y una material que sirva
para los gastos de la Iglesia.
Tanto
una como la otra deberían ser algo que nos ‘duela’.
Ofrecer un rencor
olvidado, una enemistad sanada, alguna ofensa recibida, un sufrimiento físico o
espiritual.
Y de la misma manera, dejar en la limosna lo que gastaríamos en una
salida.
El Señor todo lo ve y sería
bueno que al llegar a Su Presencia no tuviéramos que lamentar no haber sido más
generosos.
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Recordemos que “cuando morimos, dejamos todo lo que tenemos y nos llevamos todo lo que dimos”.
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Recordemos que “cuando morimos, dejamos todo lo que tenemos y nos llevamos todo lo que dimos”.
En el Prefacio,
el Sacerdote, respondiendo a nuestra oración, dice “En verdad, es
justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en
todo lugar, Señor, Dios Padre… etc.”
Es
el espíritu de Jesús que alaba y agradece al Padre por haberle
permitido llegar a esta hora.
6 – EL SEÑOR NOS RUEGA QUE NO
NOS APARTEMOS DE ÉL
De ahí hasta la consagración,
sería bueno que tuviéramos presente que Jesús está en prisión sufriendo toda
clase de vejámenes y burlas por nuestra causa.
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Atrozmente flagelado y coronado de espinas, comienza su Vía Crucis por las callejuelas de Jerusalén.
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Atrozmente flagelado y coronado de espinas, comienza su Vía Crucis por las callejuelas de Jerusalén.
El
Sacerdote reza por todos, por los que estamos allí, por nuestras
necesidades, por nuestros difuntos, por todos aquellos por los cuales Jesús dio
hasta la última gota de Su Sangre.
Si
bien en la Consagración estamos haciendo memoria de la Última Cena, ese momento
de la Misa evoca la Crucifixión del Señor.
El Señor se entregó en la Cruz y se entrega
nuevamente ahora, místicamente, por
nosotros.
Cuando
el Sacerdote levanta la Hostia, también es alzada la Cruz en el Monte Calvario.
Deberíamos celebrar con reverencia la maravilla del regalo que nos dio,
al no medir Su dolor para evitarnos el perder nuestras almas.
Pero Él
sabe que si nos apartamos de Él, todo Su esfuerzo y Su heroísmo habrán
sido en vano.
Por eso nos pide que no lo olvidemos: “hagan esto en conmemoración mía”.
7 – NOSOTROS DAMOS FE
COMUNITARIA QUE NO NOS APARTAMOS DE ÉL
“Por
Cristo, con Él y en Él…”. Jesús entrega Su Espíritu en manos del Padre.
Ya
el hombre no está más separado de Dios, ya nosotros, los Hijos Pródigos hemos vuelto a
poder arrodillarnos ante el Padre, llamándolo “Padre”.
Ese Amor de Dios hacia nosotros como hijos, se
expresa en el Padrenuestro que
rezamos a viva voz todos juntos.
Este momento de unión fraterna
se hace vida en el gesto de la Paz.
8 – NOS HACEMOS UNO CON ÉL EN
LA COMUNIÓN
El Sacerdote realiza la Fracción del Pan. Es el momento de la Muerte de Jesús.
Un
instante después, el Celebrante deja caer una partícula del Cuerpo de Cristo en
el Cáliz
de Su Preciosa Sangre.
Vuelven
a unirse el Cuerpo y la Sangre y es a Cristo Crucificado y ya Resucitado a
quien recibimos en la Comunión.
“Dichosos
los invitados a la Cena del Señor”,
dice
el Sacerdote y eso significa que no todos pueden ir a Comulgar.
Es indispensable estar en gracia para aprovechar
los frutos de la Comunión.
No olvidemos que estamos recibiendo “el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad
de Cristo”.
Y tampoco olvidemos que la totalidad del Señor está
en cada partícula de la Hostia.
Por esa razón, antiguamente se utilizaba la patena
que el monaguillo ponía debajo del mentón del comulgante.
Nos
debe
caerse ni un pedacito de la Hostia, estaría cayendo Jesús.
La
Comunión en la boca elimina el peligro de esa terrible posibilidad.
Al recibirlo, estamos siendo
uno con Él, no dejemos pasar ese momento único para decirle lo mucho que lo
amamos.
Hagamos
una oración de agradecimiento.
Recordemos que mientras el Sacerdote no coloca el
Copón y el Cáliz nuevamente dentro del Sagrario, deberíamos permanecer arrodillados o de pie.
9 – AL TERMINAR EL EVENTO Y EL
SEÑOR NOS ENVÍA A EVANGELIZAR
El Sacerdote nos da la Bendición final trazando en el aire la Cruz, signo distintivo de
todos los cristianos y escudo protector
contra el maligno.
Es además, un gesto de envío y de misión, tal como lo hizo Jesús Resucitado
antes de subir al Cielo.
El Papa Benedicto XVI estipuló que después del “Pueden
ir en paz”, el Celebrante diga “Glorifiquen a Dios con sus vidas”.
Esa frase final que pronuncia el Sacerdote,
involucra dos cosas: nuestra conducta
como cristianos y nuestro deber y misión de evangelizar tal como lo
pidió el Señor.
No podemos decir que somos seguidores de Cristo e
invitar a otros a unirse al rebaño, si
nuestra vida no concuerda con Su enseñanza.
Y no podemos ser fieles a Su enseñanza si no
tenemos vida de oración.
“Cuida la manera en que vives,
tal vez tu testimonio de vida sea el único Evangelio que tu hermano lea”.
10 – DEMOS GRACIAS A DIOS
El
Señor, nuestro Ángel, la Santísima Madre nos han llevado al templo a
participar en la misa.
Ha sido un regalo
que nos ha fortalecido, por eso debemos dar Gracias a Dios.
El
Padre Pío pasaba
horas después de cada eucaristía agradeciendo a Dios el haberla realizado.
Y otros
sacerdotes han
tenido la costumbre de realizar otra eucaristía privada para dar gracias por la
eucaristía comunitaria celebrada antes.
No olvidemos que la misa en la que participamos en
la Tierra es la liturgia que se produce
en el Cielo, es permanente y para siempre.
Y a ella llegan millones de
ángeles, santos y María, y almas del purgatorio a quien Dios ha dado permiso.
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Y es presidida por Jesucristo. Ver aquí. La Misa es una ventanita al cielo.
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Y es presidida por Jesucristo. Ver aquí. La Misa es una ventanita al cielo.
Fuentes:
- http://es.catholic.net/op/articulos/13774/restauracion-de-la-posicion-ad-orientem-en-la-misa.html
- http://www.philipkosloski.com/13-two-reasons-why-the-devil-wants-us-to-shop-around-for-the-best-parish/
- http://forosdelavirgen.org/86218/generalmente-no-entendemos-que-en-la-misa-participamos-de-la-liturgia-que-se-produce-en-el-cielo-14-12-11/
- http://forosdelavirgen.org/3155/la-santa-misa-testimonio-de-catalina-rivas/
- http://forosdelavirgen.org/18224/las-partes-de-la-misa/
- http://forosdelavirgen.org/18211/que-es-la-santa-misa-o-eucaristia/
- http://forosdelavirgen.org/10158/la-santa-misa-explicada-por-san-pio-de-pietrelcina/
- http://forosdelavirgen.org/78300/la-misa-del-padre-pio-14-05-09/
Escrito por María de los
Ángeles Pizzorno
Foros de la Virgen María
Foros de la Virgen María
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