Pbro. Pablo
Arce Gargollo y James P. Socías
El matrimonio es permanente porque Dios lo estableció desde el principio. La indisolubilidad del matrimonio es por el bien del esposo y la esposa, de sus hijos y de toda la sociedad humana.
En cambio a los casados, mando, no yo sino el
Señor, que la mujer no se separe del marido, y en el caso de que se separe,
permanezca sin casarse o reconciliarse con su marido, y que el marido no
despida a su mujer.[1]
67. Si el matrimonio es permanente ¿por qué algunos
matrimonios son declarados nulos o inválidos después de algunos años?
El matrimonio es permanente porque Dios lo
estableció desde el principio.[2] La indisolubilidad del matrimonio es por el
bien del esposo y la esposa, de sus hijos y de toda la sociedad humana.
El gobierno civil, no tiene el poder para disolver
un matrimonio válido aún si el matrimonio es entre no Católicos. El gobierno
sólo puede disolver los aspectos civiles del matrimonio, como la propiedad de
bienes, la custodia de los hijos, etc. el divorcio civil se permite en algunos
países. pero ante los ojos de Dios el matrimonio existe.
La Iglesia no tiene el poder para disolver un
matrimonio válido, sacramental que ha sido consumado. Ella sólo puede declarar
un matrimonio como nulo y no válido después de una investigación y de confirmar
que el matrimonio no existió desde el principio. Las razones podrían ser:
La falta de consentimiento voluntario y libre.
Alguna deficiencia en la forma de celebración del
matrimonio.
La presencia de impedimentos que hagan que un
matrimonio no sea válido.
La declaración de nulidad (llamada anulación) es
una decisión muy importante de un tribunal eclesiástico. Tiene que hacerse una
investigación muy cuidadosa por parte de la Iglesia antes de llegar a una
conclusión, asegurándose de que el matrimonio no se declare nulo o no válido
por un error.
Estrictamente hablando, la palabra “anulación” es
incorrecta porque la iglesia nunca puede anular un matrimonio válido que fue
consumado. Anular significa nulificar, hacer algo nulo. La palabra “anulación”
puede implicar que el contrato anulado o invalidado fue válido antes, pero éste
no es el caso.
La Iglesia no puede convertir un matrimonio válido
en nulo o no válido. Sin embargo, actualmente se emplea la palabra “anulación”
en lugar de declaración de nulidad para referirse a que nunca hubo matrimonio.
En tal caso, anulación de un matrimonio significa que un contrato matrimonial
nunca existió porque no existían las condiciones necesarias.
Cuando se pide una anulación de matrimonio en el
Tribunal Eclesiático ambas partes deben considerar su matrimonio como válido
hasta que se declare lo contrario. Por tanto, antes de iniciar un nuevo
noviazgo, pensando en una nueva unión, la unión original debe primero ser
declarada nula o no válida.
La iglesia es la única autoridad que puede declarar
que un matrimonio es inválido desde el principio. En otras palabras, declara
que el matrimonio nunca existió aunque una o ambas partes actuaran de buena fe.
Sólo si el matrimonio es declarado nulo quedan las partes libres para volver a
casarse. En este caso, no hay que conceder un divorcio, sino simplemente
declarar la nulidad o no existencia de un supuesto matrimonio previo.[3]
Un matrimonio putativo es un matrimonio no válido
que ha sido celebrado de buena fe por lo menos de una de las partes. Los hijos
nacidos de esta unión son legítimos.[4]
68. ¿Cuál es
el significado de indisolubilidad del matrimonio?
Hay casos en los cuales se solicita y se concede el
divorcio civil. Todos los cristianos deben tener presente que un decreto de
divorcio civil no cambia el estado de los esposos como personas casadas ante
Dios. Ni siquiera da derecho a tener un noviazgo o a buscar la compañía de una
tercera persona. Siguen casados mientras vivan. Un matrimonio ratificado y
consumado no puede ser disuelto por ningún poder humano o por ninguna causa que
no sea la muerte.[5] Se entiende que una unión no es un matrimonio ratificado
cuando la Iglesia lo aprueba como contrato sacramental válido.
Si uno de los esposos es víctima inocente de un
divorcio civil, él no debe violar la ley moral.[6] De hecho hay una diferencia
entre los que trataron sinceramente de salvar su primer matrimonio y han sido
abandonados injustamente, y los que por medio de su propia falta grave
destruyeron un matrimonio válido desde el punto de vista canónico.[7]
69. ¿Cuál es la diferencia entre separación y
divorcio? ¿Existe la posibilidad de disolver un matrimonio válido?
El divorcio civil es un intento por romper el lazo
matrimonial. Está absolutamente prohibido por la ley de Dios, que une a todos
los hombres y mujeres, y no sólo a los Cristianos.
Algunas personas afirman que la Escritura da una
excepción para permitir el divorcio, cuando Nuestro Señor dijo El que despide a
su mujer, fuera del caso de infidelidad, y se casa con otra, es adúltero.[8]
Esto debe interpretarse de acuerdo con otros mandamientos de Cristo referentes
al matrimonio.[9]
En oposición con la ley Mosaica, que permitía el
divorcio y volver a casarse, Cristo insistió en los Evangelios en la
indisolubilidad del matrimonio. Para ser consistentes con todas las enseñanzas
sobre el matrimonio, este verso tiene que entenderse en una forma que sólo
permita una separación legal para la violación del matrimonio de los esposos, y
no la libertad para divorciarse y volver a casarse a voluntad. Donde hay una
separación legal, las partes continúan casadas; y aunque vivan separadas, su
unión matrimonial continúa.
La separación de los esposos en un matrimonio
válido, sin una buena razón, es una ofensa grave a la voluntad de Dios. Esto es
así por lo siguiente:
. Priva a los hijos de una educación adecuada, de
una atmósfera de hogar y del amor que tienen derecho a recibir.
. Expone a las personas separadas a la tentación
contra la castidad que puede conducir al adulterio y otros pecados.
Sin embargo, por un motivo muy grave, a una persona
casada válidamente se le permite separarse de su cónyuge.[10] Hay algunas
situaciones en las cuales vivir juntos en el matrimonio se hace imposible por
varias razones. En tales casos, la Iglesia permite la separación física de la
pareja y que vivan separados. Los esposos no dejan de ser marido y mujer ante
Dios y por eso no son libres para contraer una nueva unión.[11]
Excepto en casos extraordinarios -como en la
amenaza inmediata de daño físico- nadie debe tomar la decisión de separarse sin
consultar primero con un sacerdote.
. Sin embargo la Iglesia sólo disuelve un
matrimonio:
. Cuando es un enlace natural -no sacramental- de
un matrimonio legítimo y consumado de personas no bautizadas. Esto se conoce
como privilegio Paulino.[12] El matrimonio previo no está disuelto por la
Iglesia sino por el segundo matrimonio. La Iglesia simplemente considera que
existen las condiciones necesarias para el segundo matrimonio.
. Cuando es una unión natural -no sacramental- de
un matrimonio legítimo y consumado entre una parte bautizada y una no
bautizada. Esto se conoce como privilegio Petrino.
. Cuando se trata de un matrimonio no consumado
entre personas bautizadas o entre una parte bautizada y otra no bautizada. Este
matrimonio sólo puede ser disuelto por una causa justa, a solicitud de ambas
partes o de una de las partes, aún si la otra parte no lo desea. Una decisión
de esta naturaleza sólo puede ser tomada a discreción del Románo Pontífice.[13]
70. ¿Pueden obtener el divorcio las parejas católicas
que estuvieron casadas por la Iglesia? ¿Por qué es una acción muy pecaminosa?
El divorcio, como ruptura de un contrato
matrimonial, siempre es prohibido para los cristianos. Es una ofensa grave
contra la ley natural.[14]
Esta acción pecaminosa da lugar a:
. Introducir el desorden en la familia y en la
sociedad.
. Traumatizar a los hijos por la separación de los
padres.
. Hacer del matrimonio una unión temporal que va
contra la esencia del contrato matrimonial.
. Aumentar la frecuencia de rupturas matrimoniales
al diseminar un divorcio contagioso mentalmente para la comunidad.
La aparente dificultad -aún la imposibilidad- de
comprometerse de por vida con otro ser humano lo hace lo más importante para
proclamar las buenas nuevas que Dios nos ama con un amor definitivo e
irrevocable. Las parejas que dan este testimonio con la gracia de Dios, con
frecuencia en condiciones muy difíciles, merecen la gratitud y el apoyo de la
comunidad de la Iglesia.[15]
El divorcio civil, el cual no es una ruptura del
contrato matrimonial, en ocasiones es permitido a los católicos sólo para los
efectos civiles de proteger al inocente. En estos casos, ellos tienen que
abstenerse de involucrarse en una nueva unión y dedicarse simplemente a llevar
a cabo las obligaciones y responsabilidades de la vida cristiana. Su ejemplo de
fidelidad y de consistencia cristiana adquiere un valor particular como testigo
ante el mundo y la Iglesia.[16]
71. ¿Cuál es el estado ante Dios de los que vuelven a
casarse después de obtener el divorcio?
Como el enlace matrimonial es indisoluble, las
personas divorciadas deben continuar con la obligación de llevar a cabo sus
tareas y responsabilidades familiares. Ellos no pueden involucrarse en una
nueva unión porque ante Dios continúan casados. Por esa razón los que se
divorcian y tratan de contraer un nuevo matrimonio terminan viviendo en
adulterio.
Hoy son numerosos en muchos países los católicos
que recurren al divorcio según las leyes civiles y que contraen también
civilmente una nueva unión. La Iglesia no reconoce la nueva unión como válida
si existe el matrimonio previo. Esto es por fidelidad a la palabra de
Jesucristo: Quien se divorcie de su mujer y se case con otra, comete adulterio
contra aquella; y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete
adulterio.[17] Esto es, estar en una situación pública y permanente de
adulterio.[18]
72. ¿Puede uno casarse con una persona divorciada?
¿Será éste un matrimonio no válido?
Un cristiano nunca puede casarse con una persona
divorciada, cuyo matrimonio sea válido y consumado y cuyo esposo(a) todavía
viva. Cristo dijo: Quien repudie a su mujer y se case con otra comete
adulterio; y el que se case con una mujer que ha sido repudiada, comete
adulterio.[19]
A pesar de la clara doctrina escrita en los
Evangelios, la experiencia diaria desafortunadamente demuestra que la gente que
obtiene un divorcio, con frecuencia intenta casarse de nuevo, aunque no por la
Iglesia.[20] Es obvio que esta nueva unión es no válida porque el primer
matrimonio todavía existe. Una persona divorciada sigue estando casada.
73. ¿Qué sucede si una persona se casa con alguien que
ha estado separado o divorciado durante mucho tiempo sin esperanza de
reconciliarse?
Aún en el caso de que alguien haya estado separado
o divorciado por la ley civil de su pareja por mucho tiempo sin posibilidad de
reconciliación, el enlace matrimonial continúa existiendo. También puede
suceder que una de las personas de la pareja entre en una nueva unión no
válida. Aún en este caso, la otra persona no puede hacer lo mismo, porque el
primer enlace matrimonial es indisoluble.
[1] 1 Corintios 7, 10-11
[2] Cf. Marcos 10, 6-9
[3] Cf. C.I.C. 1071, 1095-1107 y
C.C.C. 1629
[4] Cf. C.I.C. 1137
[5] C.I.C. 1141 y C.C.C. 1640, 2382
[6] Cf. C.C.C. 2286
[7] Cf. C.C.C. 2386 y F.C. 84
[8] Mateo 19, 9
[9] Cf. Marcos 10, 11-12
[10] Cf. C.C.C. 2383
[11] Cf. C.I.C. 1151-1155; C.C.C.
1649 y F.C. 83
[12] Cf. C.I.C. 1143 y 1 Corintios 7,
12-15
[13] Cf. C.I.C. 1142. En algunos
casos excepcionales, la Iglesia, no el Estado puede disolver un matrimonio
ratificado pero no uno consumado entre cristianos por medio de una decisión
papal.
[14] Cf. C.C.C. 2384 y 2385
[15] Cf. C.C.C. 1648 y F.C. 28
[16] Cf. C.C.C. 2386 y F.C. 83
[17] Marcos 10, 11-12
[18] Cf. C.C.C. 1650 y 2384
[19] Mateo 9, 9
[20] Cf. C.C.C. 2384 y F.C. 84
Abreviaciones:
C.A.F
Carta a las familias, Ediciones
Paulinas, México 1994
C.C.C
Catecismo de la Iglesia Católica,
Ronma, Librería Editrice Vaticana, 1992. .
C.I.C
Codex Iuris Canonici (Código de
Derecho Canónico) Ediciones Paulinas, México, 1983
D.E.
Directorio para el Ecumenismo,
National Conference of Catholic Bishops (N.C.C.B)
(Conferencia Episcopal de los Estados
Unidos), Origins vol 23, no. 9, julio 29, 1993
F.C.
Familiaris Consortio: El papel de la
Familia en el Mundo Moderno. Juan Pablo II, Roma, Librería Editrice Vaticana,
1981
S.C.A.
Siga el Camino del Amor: Mensaje
Pastoral para las Familias, N.C.C.B., Origins vol no. 25, 1993
G.S.
Gaudium et Spes, Concilio Vaticano
II, 1985
G.E.
Gravissimum educationis, Concilio
Vasticano II, 1965
H.V.
Humanae Vitae. Paulo VI. Librería
Editrice Vaticana, 1968
L.G.
Lumen Gentium, Concilio Vaticano II,
1964
M.D.
Mulieris Dignitalis. Juan Pablo II.
Roma, Librería Editrice Vaticana, 1988
N.C.C.B.
National Conference of Catholic
Bishops of the United States (Conferencia Episcopal de los Obispos Católicos de
Estados Unidos.
O.C.J.
One in Christ
Jesus (Uno en Cristo Jesús): Toward a Pastoral Response to the Concerns of
Women for Church and Society, por la N.C.C.B., Ad Hoc Committee for a Pastoral
Response to Women”s Concerns, Origins vol 22; no. 29, 1993.
S.C.
Sacrosantum Concilium, Concilio
Vaticano II, 1963
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