Portaluz– El
sacerdote José Antonio Fortea es un hombre de oración, estudioso de la Sagrada
Escritura, conocido experto en Demonología, cuyos libros y reflexiones -que
difunde desde plataformas digitales- abren reflexión y juicio que colabora a la
salvación.
De
tiempo en tiempo, tal como ha hecho con Portaluz en un par de ocasiones,
concede algunas entrevistas que forman en algunas verdades de la fe.
Hace
algunos días el periódico Presencia de la
diócesis de Ciudad Juárez (México) publicó una reciente entrevista al
sacerdote, donde padre Fortea insiste en recordar a los lectores fiarse
del amor omnipotente de Dios en lugar de temer al demonio… “demasiada gente piensa que el demonio tiene más poder
del que realmente tiene. Desgraciadamente la gente se fija más en el poder que
pueda tener el demonio a través de la brujería, más que en la confianza en Dios
que nos provee”.
… ¿Por qué cree usted que está
resurgiendo el tema del demonio en la vida de la Iglesia, un tema del que no se
habló durante muchos años?
Sin
ninguna duda el peor momento para esto y para tantas otras cosas fue en Europa…
Fue en Europa entre los años 70 y 80. En esas décadas uno se encontraba con
profesores de teología, por supuesto también sacerdotes, que negaban los
milagros de Cristo, algunos incluso llegaron a negar la historicidad de la
resurrección y ya quedaba más bien simbólico. Esa época sin ninguna duda fue la
peor.
¿Por qué dice que la peor?
Bueno
porque en los años 70 y 80 hubo muchos teólogos que cayeron en una verdadera
destrucción de los dogmas diciendo que en realidad los estaban reinterpretando,
pero eso era falso era una destrucción de los dogmas.
¿Y el demonio se aprovechó de esto?
Sí,
sí, el demonio se aprovechó y los puntos son muy claros. Solamente hay que ver
la cantidad de Seminarios que se vaciaron, la cantidad de sacerdotes que se secularizaron,
fue una época muy oscura, muy oscura y ese mal dentro de la Iglesia ayudó mucho
a la secularización que ahora estamos padeciendo. Después del pontificado de
Juan Pablo II eso se fue poco a poco resolviendo, pero costó mucho.
…¿Por qué un ente inteligente del
inframundo puede manifestarse a través de los cuerpos de las personas,
provocándoles malestares físicos y psicológicos, incluso enfermedades y
desgracias? ¿Hasta dónde llega el poder del Maligno?
Esos
seres sabemos que lo pueden hacer porque lo dice la Biblia, entonces para una
persona de fe eso ya tiene que ser razón suficiente. Dice la Biblia, esta
continuidad con la tradición de los judíos y en armonía a lo que pensaban
los pueblos alrededor de los judíos, tanto los griegos, los romanos, como los
persas sí que sabían que había entidades malignas que podían poseer algunas
personas y así se ha seguido creyendo en Europa y en todos los demás pueblos
del mundo hasta la segunda mitad del siglo 20, en que alguien dijo, no todas
son enfermedades. Bueno, que alguien dijera que era una enfermedad, se dijo
antes, ya en el siglo 19, pero eso se extendió la segunda mitad del siglo 20 y
¿hasta dónde llega el poder del demonio?, bueno, en los procesos normalmente no
va más allá de una tentación muy fuerte y continua: hay la tristeza, la
desesperación, es falta de alegría, de algo, de ilusión es como una losa y pesa
sobre ellos.
¿Y los lleva a hacer cosas malas?
Lo que
sucede es que aunque uno esté poseso, salvo en los momentos en que durante el
exorcismo el demonio habla a través de ellos y los mueve, el resto del tiempo
uno es libre, o sea, uno puede estar bajo esa losa que supone tenemos en el
cuerpo, el intruso te martillea la cabeza, los pensamientos, pero uno es libre.
No es que el demonio obra a través de tí como quiere. Esa crisis en que habla a
través de ella y hace cosas, sucede normalmente sólo en el exorcismo.
El libro del Génesis nos dice que Satanás actuó
como tentador de nuestros primeros padres en el Paraíso apartándolos de Dios y
precipitándolos en el pecado. En la vida de Jesucristo aparecen personas
poseídas que son liberadas por el Señor. Algunos no creen en la existencia del
diablo y ven, en este personaje, un símbolo del mal y no un ser personal
inteligente. ¿Podría entenderse la Historia de la salvación prescindiendo de
esta oscura figura?
Sí, se
podría. Dios habría escrito toda la Biblia hablando de una caída en el Edén,
hablando de los pecados de Israel, con Jesús que solamente hubiera ayudado al
pobre, curado al enfermo, un Nuevo Testamento que hubiera hablado sólo de la
gracia y de las necesidades de esforzarnos en la lucha contra el pecado. La
figura del demonio es prescindible. Ahora bien, de hecho Dios nos ha dicho que
existe, o sea, los seres humanos podrían haber muerto y haber descubierto en el
más allá que había ángeles y demonios si Dios nunca hubiera hablado de ellos en
su Palabra, pero de hecho Dios nos ha dicho que tanto en un ángel llegó y el
mundo demoníaco existe, entonces tenemos que aceptar su Palabra. Sin
embargo hay otras cosas que no son prescindibles, hay cosa que sí son
esenciales en un mensaje cristiano, por ejemplo la gracia, por ejemplo la
redención, por ejemplo la encarnación, la Iglesia. Hay muchas cosas que son
esenciales, y no se puede prescindir de ellas salvo que ya se distorsione todo
el mensaje cristiano.
…El diablo es un ser personal que Dios amó en los
albores de la creación y que, según la Biblia y Tradición de la Iglesia, se
rebeló contra Dios. Su pecado, enseña la Iglesia, no tuvo perdón. ¿Cómo se
concilia la misericordia de Dios con el infierno? ¿Será que al final de la
historia, el infierno estará vacío y todos seremos perdonados, demonio
incluido?
Eso
también podría suceder, si no fuera porque Dios nos ha dicho que no va a
suceder. O sea, esa posibilidad de un perdón universal al final, y en el final
él queda condenado, pudiera haber sido una opción posible dentro de la
historia. La cuestión es que Dios nos ha dicho, que nos ha revelado de forma
expresa que al final, dice el Apocalipsis, será arrojado el diablo y sus
ángeles al lago de fuego, donde arderán por los siglos de los siglos. Por lo
cual, pues eso es revelación. Del mismo modo Jesús también tiene bastantes
parábolas en que se habla de una condenación final, entonces de hecho Dios ya
ha hablado y ha dicho que hay algunas almas cuyo destino será no ver a Dios.
Muchas personas consultan magos, curanderos y
brujos buscando remediar sus problemas por esta falsa vía, que es la (llamada) magia blanca.
Otros buscan dañar a otras personas invocando el poder de los demonios en lo
que se conoce como magia negra.
¿Qué tan efectivo es un maleficio para
provocar daños? ¿Funciona toda la brujería provocando los efectos que se
persiguen?
Sobre
este tema, cuando yo empecé como exorcista me auxilié de los exorcistas que
había leído, de lo que me habían dicho ellos mismos en la reuniones, y ellos me
decían que el maleficio funcionaba, así que pues yo repetí lo que me habían
dicho cuando alguien me preguntaba. Ya después, con los años de experiencia,
pasé a una segunda fase en la que cada vez más fui más escéptico respecto a
este punto. Porque siempre los exorcistas dicen que el maleficio funciona,
porque así lo dicen los demonios durante el exorcismo, pero no tenemos tampoco
más pruebas. Total, durante no pocos años fui cayendo en posiciones cada vez
más escépticas respecto al poder del maleficio. Sin embargo, desde hace ya más
de diez años tuve algunas experiencias, algunos relatos de personas que habían
pasado por maleficios, y en las que yo sí que tengo plena confianza, de primera
mano, ellos mismos como testigos me contaron cosas que me hicieron de nuevo
reconsiderar todo este asunto. Ahora mismo mi posición sobre esto es que aunque
no hay ningún problema teológico en admitir la acción del demonio cuando se le
invoca, sin embargo no debemos caer en un temor excesivo. Una cosa es que sea
posible y otra cosa es que eso suceda siempre. Yo pienso que alguna vez Dios
puede permitir una acción extraordinaria del mal para que sus hijos, buscando
el remedio, vayan al bien. Esa es mi opinión, que excepcionalmente Dios puede
permitir una acción demoniaca extraordinaria con un fin bueno, porque todo el
mal que Dios permita es para bien, yo lo entiendo perfectamente. Incluso a
sacerdotes que no creen que algún maleficio tenga alguna efectividad los entiendo,
porque yo he sido bastante de esa opinión. Sin embargo, la experiencia me ha
llevado a ver que hay casos en que hay la sensación de que Dios hace
excepciones, quizás para que los hijos de Dios puedan entrever un poco hasta
dónde llega el poder de las tinieblas.
Sin
embargo reconozco que demasiada gente está muy obsesionada con este tema,
demasiada gente piensa que el demonio tiene más poder del que realmente tiene.
Desgraciadamente la gente se fija más en el poder que pueda tener el demonio a
través de la brujería, más que en la confianza en Dios que nos provee.
De tal
manera que en muchas de mis conferencias, el mayor propósito que yo he tenido
es tratar de inculcar a la gente un poco de paz, confianza en el Señor, que no
estén todo el tiempo pensando en este tipo de cosas, que no podemos vivir
anidando esos temores en nuestros corazones nosotros que hemos renacido a la
gracia, que hemos renacido en la vida a Cristo. La gente que tiene poca fe es
siempre la que tiene más temor a los maleficios. Un hombre que verdaderamente
vive en el mensaje de Cristo confía en un Dios protector.
Cuando celebramos el sacramento del Bautismo, la
unción con el óleo de los catecúmenos va acompañada de una oración de exorcismo
para proteger al bautizado de las asechanzas del demonio. Se nos advierte que
la vida será un combate espiritual donde Satanás será el enemigo.
¿A qué le tiene el diablo más temor?
¿Cuál es el mejor antídoto contra sus insidias y trampas?
Creo que
el demonio es como el Leviatán que aparece en el libro de Job. De hecho el
Leviatán en este libro es una figura que simboliza a Satanás y en libro de Job
se nos dice que el Leviatán no le tiene miedo a nadie. Es cierto, el diablo no
tiene miedo ni a Dios. Sin embargo, Dios lo contiene, Dios le ata, Dios le
impide hacer cosas, pero el demonio no le tiene miedo a nada, lo cual no es
obstáculo para que en un exorcismo, en un momento dado se le enseñe un
crucifijo o una imagen sagrada, y en ese momento se llene de temor, de pánico,
de horror ante lo que representa, bien sea el Misterio de la redención de
Cristo en la cruz, bien sea el Misterio de santidad que es la Virgen María.
Pero aunque haya momentos de temor en los demonios, durante los exorcismos, los
demonios de por sí son seres que ya no le tienen temor a nada, simplemente
viven llenos de tristeza y de rabia.
¿Y entonces cual sería un antídoto
para evitar sus trampas?
El
antídoto universal para evitar sus trampas indudablemente es seguir el camino
de Cristo, más la gente cree que puede evitar todos los problemas con el
demonio simplemente con un determinado crucifijo o una determinada medalla. No.
Lo que trajo Cristo es inmaterial… no está mal usar medallas y crucifijos, no
está mal, yo las bendigo con sumo gusto pero nuestra fe esta puesta en Jesús.
El papa Francisco dijo en alguna entrevista que el
demonio estaba enojado con México porque acá se apareció la Madre de Cristo
¿qué opina?
Sí, es
cierto, aunque también hay que tomar en cuenta que el demonio odia a todos los
hijos de Dios. El demonio tampoco se fija mucho en los países. Para él la
división entre países son meras rayas, en un mapa desde el espacio… él lo que
ve son las almas.
¿Qué es lo que más ha
impactado en su experiencia en este ministerio como exorcista?
Quizás lo
que más me ha impactado han sido los casos de niños pequeños, de once años. Me
acuerdo ahora de dos casos, de cuando quedan liberados de la acción del
demonio, que tienen toda su vida por delante, eso, después de ver esos
sufrimientos que pueden llegar casi al límite de lo que pueden aguantar las
familias, eso es impagable, eso crea un agradecimiento hacia Dios que permanece
toda la vida.
¿Hay algún mensaje en
especial que quisiera dar a los fieles de la diócesis de Ciudad Juárez, de esta
frontera que visitó el papa Francisco hace algunos meses?
Lo que
quiero decirles es que lo único que realmente importan son las almas. Una vez
me dijo una voz, a través de una posesa, una cosa muy sorprendente, pero me la
dijo sin yo hacerle preguntas, me dijo: ahora comprendo que lo único que
importa es Dios y el alma. Todo lo demás es ornato. Ahora entiendo que lo único
que realmente importa es Dios y el alma, todo lo demás es ornato.
Publicado por Unción Católica y Profética
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