¿Por qué debería molestarme en
orar? ¿Qué gano al hacerlo?
Probablemente cada uno de
nosotros se ha hecho esta pregunta al menos una vez en su vida. Ya sea
motivado por el hecho de que “Dios ya sabe lo que necesito” o “Dios no contesta
mis oraciones”. Lo que es peor, a veces damos un paso más allá y dejamos de
orar. Pero hay importantes razones para orar, no hay tiempo mejor
invertido que en la oración.
En un intento por resaltar la
importancia de la oración y combatir el deseo de dejarla, aquí hay 10
cosas positivas que suceden cada vez que oramos de corazón.
Hagamos primero un breve resumen de que es la
oración para los católicos.
¿CÓMO DEBEMOS ENTENDER LA ORACIÓN CATÓLICA?
La oración es
comunicarse con Dios del mismo modo que hablamos y compartimos con
nuestros amigos lo que está sucediendo en nuestras vidas y del mismo modo que
escuchamos a nuestros amigos, debemos escuchar a Dios.
La
oración nos une a Dios; al hacerlo, estamos unidos a los demás
miembros del Cuerpo Místico.
Nos comunicamos con Dios usando palabras y canciones, con la imaginación y el silencio, en
rituales o de forma espontánea.
Es la oración que nos permite
adorar a Dios, reconociendo su poder omnipotente; es la oración la que nos
permite llevar nuestro agradecimiento, nuestras peticiones, y nuestra tristeza
nuestros pecados delante de nuestro Señor y Dios.
Todas
nuestras esperanzas, obras, alegrías y sufrimientos, pueden llegar
a ser nuestra oración
Sin una vida de
oración corremos el riesgo de perder la vida de la gracia en nuestras almas.
A través de la oración entramos en la presencia de la Trinidad que habita en nosotros.
La Iglesia nos
enseña que debemos orar no sólo a Dios sino también a los que están
cerca de Dios y tienen el poder de interceder en nuestro favor.
Rogamos a los ángeles por ayuda y que velen por nosotros; oramos a los santos en el cielo para pedir su
intercesión y asistencia; oramos a la Santísima Virgen para su ayuda, para que interceda ante su Hijo y
escuche nuestras oraciones, lo mismo que a San José, el santo más importante luego de María.
Además, oramos y pedimos no
sólo en nuestro propio nombre, sino también por las almas en el purgatorio y
por los hermanos de la tierra que están en necesidad.
Podemos
orar en la iglesia, en nuestro jardín, caminando, yendo en auto, o en la ducha.
También podemos orar acostados en la cama, por ejemplo lo último que hacemos antes de dormir,
cuando nos desvelamos o lo primero que hacemos cuando nos despertamos.
10 COSAS POSITIVAS SUCEDEN
CUANDO ORAMOS
1. RECIBIMOS
Sin
excepción, la oración sincera es siempre eficaz. A pesar de que
no siempre recibimos lo que queremos, siempre nos da “algo”. Según Jesús:
“Pedid
y se os dará; buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá. Porque todo el
que pide recibe, el que busca encuentra; y al que llama, se le abrirá “ (Mt 7:7-8)
Si leemos más, sin embargo, Él nos asegura que sólo recibiremos las cosas buenas y nunca
conseguiremos algo que nos duela (espiritualmente).
A veces esto nos frustra porque estamos a menudo
confundidos acerca de lo que verdaderamente necesitamos. Si nos fijamos en
esto desde el punto de vista de un “vaso medio lleno”, incluso cuando Dios dice
“no” a nuestras peticiones, estamos recibiendo la protección de algo que potencialmente podría afectar
nuestra oportunidad de salvación.
2. SEGUIMOS LA VOLUNTAD
DE DIOS
En la Biblia (la Palabra inspirada de Dios), San Pablo escribe que debemos “orar
sin cesar” (1Tesalonicenses 5:17) y continúa diciendo que esta
es la voluntad de Dios para nosotros.
Cuando
oramos, estamos haciendo exactamente lo que Dios quiere que hagamos en ese
momento. ¿Con
qué frecuencia se puede decir con certeza lo mismo acerca de nuestras otras
actividades?
3. PROFESAMOS NUESTRA FE
Cuando oramos, reconocemos nuestra creencia en Dios.
Aunque suena como “poco explicativo”, es realmente una profesión importante de la
fe. Seríamos tontos orarle a Él si no creyéramos que Dios existe o
que Él nos puede ayudar.
Cada
vez que nos volvemos al Señor en la oración, estamos diciendo: “Señor, yo
creo en ti”.
4. IMITAMOS A CRISTO
El Catecismo de la Iglesia Católica nos dice que Jesús oraba con frecuencia, especialmente
antes de los momentos decisivos de su misión (CIC 2599 – 2606).
Cuando
oramos, imitamos a Nuestro Señor. Cada vez que sientan la tentación de pensar
que “la oración no sirve de nada”, el pensamiento acerca de Jesús en
oración debe poner fin a esa línea de pensamiento sin fundamento.
“Si
El que esté sin pecado, oró, ¿cuánto más los pecadores deben orar?” (San Cipriano
de Cartago)
5. ENTRAMOS EN UNA
RELACIÓN CON DIOS
En su autobiografía, Santa Teresa de Ávila dijo que la oración es: “estar en
términos de amistad con Dios, conversar
con frecuencia con Él, que como sabemos, nos ama“.
Según el Catecismo: “la oración es la relación viva de los hijos de Dios con su Padre
infinitamente bueno, con su Hijo Jesucristo y con el Espíritu Santo” (CIC 2565)
6. AUMENTAMOS NUESTRAS
POSIBILIDADES DE SALVACIÓN
En pocas palabras, la oración nos ayudará a llegar al Cielo.
Lejos de simplemente “pedir cosas”, la oración es una expresión de amor y una
relación con Dios.
Cuando
oramos, mostramos nuestro amor a Dios y expresamos el deseo de hacer su
voluntad. ¿Qué
importancia tiene eso? Esto es lo que San Alfonso María de Ligorio dijo: “Quienes oran se salvan ciertamente, quienes
no oran son ciertamente condenados” (San Alfonso María de Ligorio)
7. OBTENEMOS LO QUE DIOS
NOS QUIERE DAR
Si
bien hay algunos regalos que Dios nos da, incluso si no lo pedimos (la gracia que nos impulsa
a acercarnos más a Él, por ejemplo), hay otros regalos que no nos concederá si
se lo pedimos.
Jesús
da testimonio de esto con las palabras de la oración del Señor (que contiene
varias peticiones) y con su enseñanza de que el Padre: “dará buenas cosas a los que le pidan.”
(Mt 7:11)
Otra prueba puede verse en la Carta de San Pablo a los Filipenses, cuando nos insta
a dar a conocer a Dios nuestras peticiones: “en toda ocasión presenten sus peticiones a Dios y junten la
acción de gracias a la súplica” (Fil 4:6).
Al
no pedir nos privamos de muchas cosas buenas que Dios quiere que tengamos.
“Dios
quiere que nuestro deseo sea ejercido en la oración, para que podamos
ser capaces de recibir lo que Él está dispuesto a dar.” (San Agustín)
8. PRACTICAMOS HUMILDAD
La Biblia está llena de versículos que apoyan la virtud de la humildad:
“Porque todo
el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.”
(Lucas 14:11)
“Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios,
para que, llegado el momento, él los levante”. (1 Pedro 5:6)
“Humillaos
delante del Señor, y él os exaltará.” (Santiago 4:10)
Cada
vez que oramos, reconocemos que somos dependientes de Dios y que Él es
todopoderoso. Esto
es cierto si nuestra oración es una de alabanza, petición o acción de
gracias. Es difícil sentirse orgulloso cuando estás de rodillas en
oración.
9. OBTENEMOS LA PAZ
Orar nos traerá la paz. De acuerdo a la
Biblia: “En toda ocasión presenten sus peticiones a Dios y junten la acción
de gracias a la súplica. Y la paz de
Dios, que es mayor de lo que se puede imaginar, les guardará sus corazones y
sus pensamientos en Cristo Jesús.”(Filipenses 4:6-7)
Oración
= Paz. Esto es muy atractivo para aquellos de nosotros que somos propensos
a la ansiedad.
10. USAMOS NUESTRO TIEMPO
SABIAMENTE
A
diferencia de las actividades inútiles como preocuparse y quejarse, la oración
es un muy buen uso de nuestro tiempo.
Dado que los estudios han demostrado que el cerebro
no puede pensar en dos cosas a la vez, el
tiempo que se centra en la oración significa que no se lo gasta preocupándose o
en perseguir otras tareas destructivas.
Jesús
nos dijo “Pedid y se os dará” (Mt 7:7) y que la preocupación
no es buena
(Lc 12:25). Tiene sentido escuchar su consejo.
Obviamente,
la oración de la que hablamos es sincera, “desde el corazón” de diálogo
con Dios. Balbuceando frases rutinarias no producirá los resultados
anteriores. Cuando verdaderamente significamos las palabras que
oramos, sin embargo, podemos contar con cada uno de estos beneficios.
Recuerden esto la próxima vez
que estén tentados a dejar de orar, pensando que no les va a hacer ningún
bien. ¡No hay actividad más productiva que podamos hacer en esta tierra!
Foros de la
Virgen María
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