domingo, 3 de julio de 2016

¿UN CATÓLICO PUEDE DISENTIR CON UN PAPA EN UNA ENCÍCLICA SIN CAER EN DESOBEDIENCIA? [EL CASO DE LA ENCÍCLICA LAUDATO SI]


Para que podamos ver más claramente el tema nos referiremos desde el principio a la Encíclica Laudato Si publicada hace un año por el Papa Francisco, que es extraordinariamente larga y trata muchas cosas diversas, por lo que hay católicos que se hacen la pregunta si pueden no estar de acuerdo con algunas cosas que se expresan allí sin caer en desobediencia y pecado.

Especialmente hay un tema por demás urticante, que es el calentamiento global que el Papa afirma con datos científicos que existe, y que una nutrida corriente de católicos descreen con bases también científicas que exista; e incluso algunos interpretan que se trata de una estratagema para seguir conduciendo a la humanidad hacia una Gobernanza Mundial.

¿Qué deben pensar esos católicos que discrepan con Francisco sobre la evidencia del calentamiento global? ¿Están en desobediencia con el Papa? ¿Están cometiendo pecado?

Pero más allá de discrepancias puntuales que podamos tener legítimamente, nuestro acercamiento a Laudato Si debería ser de una mirada atenta y seguimiento de su espíritu, por eso hacemos 4 sugerencias en las que difícilmente podríamos estar en desacuerdo. Si no estamos de acuerdo con su espíritu global, ahí si podemos caer en desobediencia.

EL FOCO DE LA POLÉMICA

El Papa Francisco ha publicado Laudato Si sobre nuestra responsabilidad de ser buenos administradores de la creación y él no sólo declara su creencia en el calentamiento global, sino también en la idea de que los seres humanos son al menos parcialmente responsables de él.

Se trata de un tema conflictivo, porque hay una amplia corriente negadora del calentamiento global y aún más de la causa antropogénica del mismo, que incluso exhibe pruebas de investigaciones, por ejemplo que hace 20 años la tierra dejó de calentarse.

De modo que es un tema con por lo menos dos bibliotecas, y hasta podríamos decir tres, porque hay algunos científicos que dicen, y presentan pruebas, que estamos encaminándonos a una nueva era glacial.

Concretamente el numeral de Laudato Si donde el papa Francisco emite la opinión de que existe el calentamiento global del planeta y una de sus causas es antropocéntrica es el 23.

23. El clima es un bien común, de todos y para todos. A nivel global, es un sistema complejo relacionado con muchas condiciones esenciales para la vida humana. Hay un consenso científico muy consistente que indica que nos encontramos ante un preocupante calentamiento del sistema climático. En las últimas décadas, este calentamiento ha estado acompañado del constante crecimiento del nivel del mar, y además es difícil no relacionarlo con el aumento de eventos meteorológicos extremos, más allá de que no pueda atribuirse una causa científicamente determinable a cada fenómeno particular.

La humanidad está llamada a tomar conciencia de la necesidad de realizar cambios de estilos de vida, de producción y de consumo, para combatir este calentamiento o, al menos, las causas humanas que lo producen o acentúan. Es verdad que hay otros factores (como el vulcanismo, las variaciones de la órbita y del eje de la Tierra o el ciclo solar), pero numerosos estudios científicos señalan que la mayor parte del calentamiento global de las últimas décadas se debe a la gran concentración de gases de efecto invernadero (anhídrido carbónico, metano, óxidos de nitrógeno y otros) emitidos sobre todo a causa de la actividad humana. Al concentrarse en la atmósfera, impiden que el calor de los rayos solares reflejados por la tierra se disperse en el espacio. Esto se ve potenciado especialmente por el patrón de desarrollo basado en el uso intensivo de combustibles fósiles, que hace al corazón del sistema energético mundial. También ha incidido el aumento en la práctica del cambio de usos del suelo, principalmente la deforestación para agricultura.

A raíz de él surge inmediatamente la pregunta: ¿se puede estar en desacuerdo con el Papa sobre este tema? ¿Son las encíclicas papales infalibles?

UNA POSICIÓN TOTALITARIA

The Catholic Herald ha publicado un artículo del P. Ashley Beck sobre la encíclica Laudato Si, cuyo título es la conclusión: Ningún católico es libre de disentir de la enseñanza de Laudato Si.

El P. Beck argumenta lo siguiente:

1 – El Papa Francisco dice que Laudato Si es parte del cuerpo de la doctrina social de la Iglesia.

2 – La enseñanza social de la Iglesia cae bajo el Magisterio ordinario, lo que requiere el asentimiento religioso.

3 – Por lo tanto, ningún católico puede disentir de la enseñanza de Laudato Si

Pero su argumento es defectuoso y como resultado su conclusión es en gran parte falsa.

EL ERROR DE CONSIDERAR QUE CADA PARÁGRAFO ES PARTE DEL MAGISTERIO ORDINARIO DE LA IGLESIA

Laudato Si contiene enseñanzas que caen bajo el Magisterio Ordinario de la Iglesia. El Papa Francisco ejercitó el Magisterio Ordinario papal en la encíclica.

Sin embargo, no todas las oraciones, ni cada párrafo, de esta encíclica es una enseñanza.

El Pontífice pone muchas cosas en la encíclica. En el documento incluye observaciones sobre la sociedad y la ciencia, un resumen de las teorías científicas y conclusiones, una evaluación de la crisis ecológica actual y sus consecuencias de futuro probables, así como algunos comentarios sobre cómo la tecnología afecta a la sociedad.

No todas las afirmaciones en Laudato Si es una enseñanza. Y lo mismo es cierto para muchos otros documentos magisteriales. No se requiere que cada frase de un documento papal sea una enseñanza.

Así que el primer error del P. Beck es la suposición de que cada parte de Laudato Si es una enseñanza.

Cuando el Pontífice estableció que se añade al cuerpo de la doctrina social de la Iglesia, no implica que toda afirmación del documento es una enseñanza de la doctrina social de la Iglesia.

¿Podemos “disentir” con las afirmaciones del Papa que no caen bajo el magisterio ordinario?

Bueno, podemos estar en desacuerdo, con fidelidad y sin pecado. La Iglesia no requiere el asentimiento a las afirmaciones que no son enseñanzas. Así que el P. Beck se equivoca al no tener en cuenta el desacuerdo de los fieles con afirmaciones que no son enseñanzas.

Además no todas las enseñanzas de Laudato Si son doctrina social o moral. Por ejemplo, que Dios creó el universo, que Dios eligió crear la humanidad por amor y a su propia imagen, que el destino último del universo es la plenitud de Dios, y otras enseñanzas, no son enseñanzas sociales o morales, sino cuestiones de fe, como por ejemplo algunas enseñanzas sobre teología salvación dentro de este documento, y sobre esas si es obligatorio creer.

EL ERROR DE CONSIDERAR A TODOS LOS DOCUMENTOS PAPALES COMO INFALIBLES

Otro grave error del P. Beck así es su suposición de que no es posible la disidencia de los fieles a partir de una enseñanza no infalible del Magisterio ordinario.

Afirma correctamente que las enseñanzas de este documento “son parte del Magisterio ordinario de la Iglesia” que requieren “asentimiento religioso” [Concilio Vaticano II, Lumen Gentium, 25].

Sin embargo, el asentimiento religioso difiere del asentimiento lleno de fe requerido por las enseñanzas infalibles.

El desacuerdo de una enseñanza infalible del Magisterio Católico Romano, impartido bajo la infalibilidad papal o la infalibilidad conciliar, o el Magisterio ordinario y universal, es un pecado grave. No es posible que los fieles disientan de estas enseñanzas, ya que no tienen posibilidad de error sino que son importantes para el camino de la salvación.

Las enseñanzas no infalibles admiten una posibilidad limitada de error, por lo que permiten un disenso en un grado limitado a los fieles.

Es posible disentir fielmente de una enseñanza no infalible del Magisterio. Y puesto que la mayoría de las Enseñanzas de Laudato Si son no infalibles, algunos disensos son posibles en algunos puntos de esas enseñanzas sin caer en pecado.

En cambio, en la medida en que Laudato Si reafirma enseñanzas infalibles del Magisterio, estamos obligados a dar el asentimiento lleno de fe, y no es posible la disidencia sobre ellas.

Por otro lado, las encíclicas papales no son generalmente documentos de enseñanza infalible.

Para un documento papal sea infalible tienen que ser establecidos ciertos criterios.

Ningún Papa desde 1870 ha designado una encíclica como un ejercicio de infalibilidad papal, que requiere tres condiciones:

1 – que el tema sea una cuestión de fe o la moral,

2 – que el Papa esta enseñando como pastor supremo, y

3 – que el Papa indica que la enseñanza es infalible.

¿Cuándo se trata de calentamiento global el Santo Padre enseña infaliblemente?

El Papa Francisco puede estar enseñando como pastor supremo, pero él está no enseña sobre un tema que es una cuestión de fe, y ciertamente no indica que la enseñanza es infalible.

De hecho, cuando tengamos tiempo para examinar más de cerca la encíclica vamos a encontrar que hay un poco de opinión, conjeturas y lenguaje teórico en el documento.

Francisco no es como un profesor dogmático, no comunica sobre la base de precisión de los conceptos como Benedicto XVI, sino que es más intuitivo, tentativo y sugestivo.

Así que la respuesta es simple: “Puedes estar en desacuerdo con el Papa sobre el calentamiento global y aun así ser un buen católico”.

Encíclicas que a veces se dirigen solamente a los fieles católicos suponen una enseñanza más autoritativa y vinculante. Pero el Papa Francisco ha abordado Laudato Si para todas las personas. Por lo tanto, no entrega una enseñanza que es vinculante, y dentro de la encíclica incluso habla de la necesidad del diálogo, discusión y el crecimiento en el aprendizaje sobre estos asuntos.

Esto que hemos dicho hasta aquí vale para cualquier encíclica y documento papal.

Y ya que usamos a la Encíclica Laudato Si para ejemplificar, veamos también puntos de su espíritu.

DISCREPANCIAS LIMITADAS NO SIGNIFICAN DESECHAR LAUDATO SI

Sin embargo, se supone que no debes ignorar en absoluto la enseñanza del Papa. Los fieles deben escuchar con atención, lo que dice el Papa, no ignorar y mirar para otro lado.

Por lo tanto se puede concluir que puedes ser legitimado estar en desacuerdo con el Papa sobre la realidad del calentamiento global y sus causas, pero debes escuchar con atención la totalidad de su enseñanza y asumir lo que dice sobre la crisis ecológica que enfrenta el mundo.

Debemos escuchar con atención a su enseñanza acerca de la contaminación, la destrucción de hábitats y ecosistemas naturales. Debemos prestar atención a sus advertencias acerca de la destructividad del consumismo ilimitado, sobre la cultura de usar y tirar y el abuso a los más vulnerables, pobres, inmigrantes y discapacitados.

En otras palabras, tomar todo con amor y deseo de aprender, prestar atención a la verdadera crisis que todos estamos enfrentando y modificar tu estilo de vida. Sin embargo, si no puedes tragar el calentamiento global causado por los humanos se te permite seguir siendo escéptico.

Y en ese sentido acá van cuatro sugerencias que todo ser humano debería tomar con atención.

4 FORMAS DE VIVIR LAS SUGERENCIAS DE LAUDATO SI EN LA VIDA COTIDIANA

En términos prácticos, podemos descubrir en la Encíclica al menos cuatro formas en que podemos vivir esta antigua enseñanza de “una administración responsable”.

1 – Enfoque de la naturaleza con “respeto y admiración”

El Papa Francisco reflexionó sobre cómo San Francisco de Asís llama a las criaturas, con el nombre de hermano o hermana, no importa cuán pequeñas sean, y que si nos acercamos a la naturaleza y al medio ambiente sin esta apertura al asombro y maravilla, si no hablamos el idioma de la fraternidad y de la belleza en nuestra relación con el mundo, nuestra actitud será la de consumidores, explotadores despiadados, incapaces de establecer límites en sus necesidades inmediatas.

Por el contrario, si nos sentimos íntimamente unidos con todo lo que existe, la sobriedad y la atención, vendrá espontáneamente (ver inciso 11).

2 – Reutilización en lugar de tirar

El Papa Francisco ve nuestro mundo comenzando a parecerse cada vez más a un inmenso montón de inmundicias, con una creciente cantidad de basura que se apoderan de los paisajes que alguna vez fueron bellezas para la vista (inciso 22).

Esto es debido a nuestra cultura de usar y tirar que ve todo lo viejo como desechable. Vivimos siempre tratando de adquirir lo que es “nuevo” y en lugar de ser ingenioso o agradecido por lo que tenemos, simplemente lo tiramos a la basura.

El Papa Francisco destaca el reciclaje como una parte esencial de la vida, lo que reducirá en gran medida la necesidad de vertederos y ayudará a preservar nuestra tierra para las generaciones venideras.

3 – Preservar la diversidad de la naturaleza

El Papa Francisco nos advierte que no debemos pensar en las diferentes especies sólo como potenciales recursos para ser explotados, ya que hay que contemplar el hecho de que tienen valor en sí mismas (inciso 33).

Señaló que cada año ve la desaparición de miles de especies de plantas y animales que nuestros hijos nunca verán, porque se han perdido para siempre.

Esto tiene graves consecuencias no sólo para el bienestar del mundo natural, sino también para nuestra propia salud. Al destruir las diferentes especies, perdemos posibles curas para enfermedades humanas, así como alteramos el equilibrio en la naturaleza.

Dios creó la tierra con una cierta “sinfonía” y mediante la eliminación de especies enteras, perdemos la “música” completa de la creación.

4 – Tener contacto físico con la Naturaleza

El Papa Francisco escribe que no es bueno estar inundados por el cemento, asfalto, vidrio y metal, y privados del contacto físico con la naturaleza (inciso 44).

Sus comentarios son en referencia a las ciudades y barrios que están congestionados, son caóticos y carentes de suficientes espacios verdes.

Esto plantea una interesante reflexión de como el Papa Francisco ve a muchas de nuestras ciudades como “inhumanas” debido a su capacidad para desconectarnos del mundo natural. Muchos de nosotros que vivimos en medio de una ciudad nunca vemos la hierba o los árboles y sólo estamos familiarizados con las aceras de cemento y los rascacielos de metal.

En resumen, el Papa Francisco nos desafía a repensar nuestra visión moderna de la creación y nuestro lugar en ella. En lugar de ponernos a nosotros mismos como “explotadores”, tenemos que aceptar nuestro papel como “administradores” del gran don de Dios a la humanidad.

Fuentes:


Foros de la Virgen María

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