– EL AYUNO AGRADABLE
AL SEÑOR. “¿Crees que el ayuno que me
agrada es agachar la cabeza como un junco y acostarse con ásperas ropas sobre
la ceniza? ¿Eso es lo que Uds. llaman ayuno y día agradable al Señor? Pues no
lo es. El ayuno que a mí me agrada consiste en esto: en que rompas las cadenas
de la injusticia y desates los nudos que aprietan el yugo, en que dejes libres
a los oprimidos y acabes, en fin con toda tiranía, en que compartas tu pan con
el hambriento y recibas en tu casa al pobre sin techo, en que vistas al que no
tiene ropa y no dejes de socorrer a tus semejantes. ENTONCES, BRILLARÁ TU LUZ COMO EL AMANECER, Y TUS HERIDAS
SANARÁN MUY PRONTO. TU RECTITUD IRÁ DELANTE DE TI Y MI GLORIA TE SEGUIRÁ. Isaías
58, 5-8.
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