"No deis las cosas sagradas a
los perros, no sea que se revuelvan contra vosotros y os hagan pedazos. Y no
echéis vuestras perlas a los cerdos, para que no las pisoteen.
Así pues, haced con los demás lo mismo que queréis que los demás hagan con vosotros. Esto es lo que mandan la ley de Moisés y los escritos de los profetas.
Entrad por la puerta estrecha. Porque la puerta y el camino que conducen a la perdición son anchos y espaciosos, y muchos entran por ellos; pero la puerta y el camino que conducen a la vida son estrechos y difíciles, y pocos los encuentran."
La espiritualidad es para todos, pero hay que tener el corazón dispuesto para recibirla. No se trata de elitismo, pero tampoco de un producto de consumo. No todos están preparados para acoger lo que viene de Dios.
Jesús nos presenta también lo que se conoce como la "regla de oro": hacer a los demás lo que nosotros queremos que los demás nos hagan. ¿Nos paramos a reflexionar antes de decir o hacer algo a los demás, si es lo que nos gustaría que nos digan o hagan a nosotros? No es fácil seguir la senda correcta. Acercarnos a la verdadera vida exige esfuerzo. Alcanzar la cima exige voluntad. Pero nosotros no estamos solos en nuestro camino. Él nos acompaña.
Enviat per Joan Josep Tamburini
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