martes, 14 de junio de 2016

LAS DIFICULTADES QUE ENFRENTAN LOS NIÑOS CRIADOS POR PADRES HOMOSEXUALES


El lobby gay tiene una constante actitud de represión de cualquier tipo de información científica que no resalte las ventajas de los homosexuales por encima de los heterosexuales.

Han logrado que la Asociación Psiquiátrica de EEUU desestime las terapias de reafirmación heterosexual y no así las de reafirmación gay y utilizan a sus aliados mediáticos para ‘embarrar la cancha’, atacando furiosamente cualquier investigación científica que no les favorece y a quienes dan un mensaje de crítica hacia la ‘paternidad’ homosexual.

En este artículo traemos dos enfoques. Por un lado una investigación científica que muestra que a los hijos de padres homosexuales les va peor que a los de padres heterosexuales, y el testimonio de un bisexual que fue criado por dos ‘madres’ lesbianas.

LA INVESTIGACIÓN DEL SOCIÓLOGO MARK REGENERUS

El sociólogo Mark Regenerus presenta una segunda investigación ampliada que muestra que a los hijos criados en hogares homosexuales les va peor en la vida que a los hijos de hogares heterosexuales.

Regenerus había sido atacado furibundamente por asociaciones gays en su primer estudio del tema, denunciado judicialmente y propuesto a su propia Universidad que le quitara el título por mala conducta profesional; mientras que los medios del sistema han ignorado los hallazgos de sus estudios.

Múltiples estudios ya muestran que las parejas homosexuales, las lesbianas sobre todo, tienen altas tasas de divorcio cuando tienen disponible el matrimonio y permanecen juntas durante períodos más cortos. Por lo tanto la inestabilidad es una constante en los hogares con padres del mismo sexo.

Pero también muchos estudios afirman que los hijos de padres del mismo sexo lo hacen tan bien, o incluso mejor, que los hijos de hogares heterosexuales intactos. Esto es masivamente erróneo de acuerdo a un nuevo, grande y profundo estudio publicado por la revista Social Science Research. Fue escrito por Mark Regnerus, académico de la Universidad de Texas, se llama Estudio de las Estructuras de la Nueva Familia, o NFSS (por sus siglas en inglés).

Regnerus compara a los jóvenes hijos adultos, en edades entre 18-39, de padres que han tenido una relación del mismo sexo en 40 diferencias sociales, emocionales y relacionales, con los hijos de familias tradicionales y de otro tipo.

Las mayores diferencias fueron entre los hijos de mujeres que han tenido una relación lésbica y quienes han vivido con los padres biológicos casados.

69 por ciento de los hijos de madres lesbianas estuvieron en el Servicio de Asistencia Social estatal (Welfare o Bienestar) (cuatro veces más) en comparación al 17 por ciento de los niños en las familias intactas.

De hecho, el 38 por ciento de los hijos adultos de madres lesbianas se encuentran actualmente en el Bienestar en comparación con sólo el 10 por ciento de aquellos con padres heterosexuales casados. Esa es la misma relación de 4-1.

Sólo el 8 por ciento de los hijos adultos de hogares tradicionales intactos estaban desempleados al ser entrevistados frente al 28 por ciento con una madre lesbiana.

Lo más sorprendente es que sólo dos por ciento de hijos con padres heterosexuales casados nunca fueron tocados sexualmente por uno de sus padres o un adulto, mientras que el 23 por ciento de los que tenían una madre lesbiana habían tenido esa experiencia. ¡Caramba, son 11 veces más propensos a ser molestados!

EL DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN NFSS FUE BRILLANTE

La mayoría de investigaciones sobre el impacto de la paternidad homosexual se han basado en entrevistas con padres del mismo sexo que son de muestras de conveniencia. Por ejemplo, el National Longitudinal Lesbian Family Study realizado el año pasado “usó un reclutamiento por completo de auto-selección por anuncios publicados en eventos de lesbianas, en las librerías de mujeres y en los periódicos lesbianas en Boston, Washington y San Francisco”.

Dicha muestra está sesgada hacia la inclusión de personas de mayor nivel educativo y personas más ricas que visitan librerías. ¿Qué pasa con los menos educados o los que tienen menor probabilidad de ser empleados? No se les entrevistó. Por supuesto, los hijos de estos padres más ricos son más propensos a hacerlo bien.

En comparación, el NFSS consultó a 3.000 adultos jóvenes si alguno de sus padres tenía una relación del mismo sexo mientras estaban creciendo. Resultado: 175 informaron de que su madre estaba en una relación homosexual, y el 73 dijo lo mismo acerca de su padre. Eso es alrededor de un 1,7 por ciento, una cifra comparable a la de otros estudios. El muestreo se hizo con tanto cuidado que incluyó tanto a los que tienen números de teléfono que aparecen en las guías como a los que sólo usan teléfonos celulares (aproximadamente la mitad del total).

FUERTES DIFERENCIAS ENTRE HOGARES HETEROSEXUALES Y HOMOSEXUALES

Sólo el 23 por ciento dijo que habían pasado por lo menos tres años en la misma casa con una pareja romántica de su madre, un adicional de 57 por ciento lo hizo por lo menos cuatro meses.

Entre los que tienen un padre en una relación homosexual, menos del 2 por ciento dijeron que habían pasado por lo menos tres años en ese hogar. Estas relaciones son mucho más volátiles y de corta duración, que no se compara con la estabilidad de padres heterosexuales casados.

Asimismo, al entrevistar a los jóvenes adultos de padres homosexuales, podemos ver cómo la experiencia forma su vida adulta. Esta es una información mucho más útil que preguntar a padres voluntarios del mismo sexo sobre si sus hijos lo están haciendo bien. Por supuesto, dicen sí.

El doble de adultos jóvenes de hogares intactos estaban empleados a tiempo completo en comparación de los hijos de madres lesbianas.

Sólo el 5 por ciento de aquellos con padres casados habían considerado el suicidio en el último año, frente al 12 por ciento de aquellos con madres lesbianas y 24 por ciento con padres homosexuales. Eso es cinco veces mayor que en los hogares intactos.

Del mismo modo, un adulto joven de padres casados tiene menos de la mitad de probabilidades de estar en terapia “por un problema relacionado con la ansiedad, la depresión o relaciones”, que los hijos de padres homosexuales (8 por ciento versus 19 por ciento).

Sólo el 12 por ciento de los adultos jóvenes con padres casados había engañado alguna vez a su pareja mientras estuvieron casados o en unión libre, frente a un 40 por ciento de los hijos adultos de lesbianas que lo habían hecho.

Sólo el 8 por ciento de los procedentes de hogares intactos nunca había sido forzado a tener relaciones sexuales contra su voluntad frente a 31 por ciento de madres lesbianas y el 25 por ciento con padres “gays”.

Estas son diferencias enormes, que deben ser citadas por quienes se oponen a los matrimonios homosexuales porque les da nuevos argumentos.

Y ahora vayamos al testimonio de Oscar López, que fue criado por dos lesbianas.

HIJO DE LESBIANA CUENTA LO DIFÍCIL QUE ES CRECER CON PADRES HOMOSEXUALES

Los hijos de parejas del mismo sexo tienen un camino difícil por delante de ellos. Lo sé, porque he estado allí, dice Robert Oscar López, Profesor Adjunto de Inglés en la California State University – Northridge. Robert Oscar López tienen una licenciatura en Ciencias Políticas, una maestría en obras clásicas, y un doctorado en Inglés.

López es actualmente una estrella en ascenso en los círculos cuestionadores del estilo de vida gay. Se le describe como un ex-gay bisexual. Es muy activo políticamente y periodísticamente y milita con Manif pour Tous de Francia.

Es un blanco predilecto del lobby gay para sus ataques.

He aquí su historia contada en primera persona.

DESTINADO A MARGINADO SOCIAL

Entre 1973 y 1990, cuando mi querida madre murió, ella y su pareja mujer me criaron. Tenían casas separadas, pero pasaban casi todos los fines de semana juntas, conmigo, en un remolque escondido discretamente en un parque de casas rodantes a 50 minutos de la ciudad donde vivíamos. Como el más joven de los hijos biológicos de mi madre, yo era el único niño que ha experimentado la infancia sin tener cerca a mi padre.

Después que la pareja de mi madre mandó a su hijo a la universidad, ésta se mudó a nuestra casa en la ciudad. Yo viví con ambas por el breve tiempo antes de que mi madre muriera a la edad de 53 años. Yo tenía 19 años. En otras palabras, yo fui el único niño de la familia que ha experimentado la vida en virtud de la “paternidad gay”, término que se usa hoy en día.

En pocas palabras, crecer con padres homosexuales es muy difícil, y no debido a los prejuicios de los vecinos. La gente en nuestra comunidad realmente no sabía lo que estaba pasando en la casa. Para la mayoría de observadores externos, yo era un buen chico, con alto rendimiento, que terminó la escuela secundaria con una A.

En mi interior, sin embargo, yo estaba confundido. Cuando tu vida en el hogar es tan drásticamente diferente a todos a tu alrededor, las relaciones físicas básicas me perecían raras. No tengo problemas de salud mental o condicionantes biológicas. Sólo crecí en una casa tan inusual que yo estaba destinado a existir como un marginado social.

EL PROBLEMA DE LA AUSENCIA DE LA FIGURA MASCULINA

Mis compañeros aprendieron todas las reglas no escritas del decoro y el lenguaje corporal en sus hogares, ellos entendieron lo que era apropiado decir en ciertos entornos y lo que no era; aprendieron tanto de los mecanismos sociales tradicionalmente masculinos, como de los femeninos tradicionales.

Incluso si los padres de mis compañeros eran divorciados, y eran muchos de ellos, todavía crecieron viendo a los modelos sociales masculinos y femeninos. Aprendieron, por lo general, la forma de ser valiente y firme de las figuras masculinas y cómo escribir tarjetas de agradecimiento y ser sensibles como las figuras femeninas.

Estos son estereotipos, por supuesto, pero los estereotipos son muy útiles cuando, inevitablemente, dejas la seguridad del remolque de tu madre lesbiana y tienes que trabajar y sobrevivir en un mundo donde todos piensan en términos estereotipados, incluso los homosexuales.

No tuve una figura masculina en absoluto a seguir, y mi madre y su pareja fueron diferentes de los padres o madres tradicionales. Como resultado de ello, tenía muy pocas señales sociales reconocibles para ofrecer a los posibles amigos de sexo masculino o femenino, ya que yo no era ni confiable, ni sensible a los demás. Así me hice amigo de gente rara y me alienaba con otros con facilidad.

Los gays que se criaron en hogares de padres heterosexuales pueden tener problemas con su orientación sexual, pero cuando ellos llegan al vasto universo social de las adaptaciones no esta en juego la sexualidad – cómo actuar, cómo hablar, cómo comportarse -, tienen la ventaja del aprendizaje en el hogar. Muchos gays no se dan cuenta de la bendición que es ser criado en un hogar tradicional.

Mi vida en el hogar no fue ni tradicional ni convencional. He sufrido a causa de ello, en formas que son difíciles de considerar para los sociólogos. Nervioso y contundente, yo sería más tarde extraño, incluso a los ojos de los adultos homosexuales y bisexuales que tenían poca paciencia para alguien como yo. Yo era tan extraño para ellos como yo a las personas heterosexuales.

La vida es dura cuando eres extraño. Incluso ahora, tengo muy pocos amigos y siento a menudo como si yo no entendiera a la gente a causa de las señales de género tácitas que todo el mundo a mi alrededor, incluso los homosexuales criados en hogares tradicionales, dan por sentadas. Aunque soy muy trabajador y un estudiante rápido, tengo problemas en entornos profesionales, porque los compañeros de trabajo me encuentran extraño.

LAS DIFICULTADES DEL AMBIENTE GAY

En cuanto a la sexualidad, los homosexuales que crecieron en hogares tradicionales se beneficiaron de al menos ver algún tipo de rituales de cortejo funcionando a su alrededor. No tenía ni idea de cómo hacerme atractivo para las niñas.

Cuando salí del remolque de mis madres, de inmediato fui etiquetado como un paria debido a mis gestos de niña, ropa divertida, ceceo, y extravagancia. No es de extrañar, me fui de la escuela secundaria virgen, nunca había tenido una novia, aun habiendo ido a cuatro bailes de graduación como un compañero bromista con las chicas que sólo querían alguien simpático en una limusina.

Cuando llegué a la universidad, enfilé hacia el “radar gay” y el campus de la comunidad LGBT rápidamente descendió sobre mí para decirme que era 100 por ciento seguro de que yo debería ser un homosexual. Cuando salí como bisexual, le dijeron a toda la gente que estaba mintiendo y que no estaba preparado para salir del clóset como gay todavía.

Asustado y traumatizado por la muerte de mi madre, abandoné la universidad en 1990 y encontré que sólo podía ser llamado por el submundo gay. Cosas terribles que me pasaron allí.

No fue hasta que cumplí los veintiocho que de repente me encontré en una relación con una mujer, a través de coincidencias, que conmocionó a todos los que me conocían y me sorprendió incluso a mí mismo.

Me llamo bisexual porque tomaría varias novelas explicar cómo terminé “enderezándome” después de casi treinta años como un hombre gay.

Yo no tengo ganas de hacer frente a los activistas gays que salen a misiones de búsqueda y destrucción en contra de los “ex-gays “, los “casos de armario”, u “homofobos”.

LOS CONCEPTOS CENTRALES DE ROBERT OSCAR LÓPEZ

Estas son las cosas centrales que plantea plantea:

1. La ausencia de la figura masculina le ha creado dificultades para relacionarse de forma estable con las mujeres.
2. Cuando fue a la universidad, a pesar de estar en un entorno gay, se sentía más bien incómodo con la situación. No se sentía homosexual a pesar de estar dentro de la comunidad gay.
3. No encontró auxilio en el entorno gay en el que estaba para abordar las dificultades que tenía para reconocerse como gay, porque estaban mal vistos quienes cuestionaban su homosexualidad.

Los padres o madres homosexuales suelen mostrar un rechazo hacia los heterosexuales, y ese rechazo es más acentuado si uno de los miembros procede de una separación en una relación heterosexual.

4. La comunidad gay dentro de la cual pasó 40 años de su vida a menudo le transmite odio y recriminación por haberse hecho heterosexual.

Fuentes:


Foros de la Virgen María

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