martes, 24 de mayo de 2016

¿POR QUÉ ES UN ERROR MIRAR AL ISLAM CON LOS “OJOS” CATÓLICOS?


Las observaciones del Papa Francisco y los líderes políticos occidentales sobre “Islam auténtico” sugieren una incapacidad de ver el Islam como la mayoría de los musulmanes lo entienden y los viven.

¿Podría ser que el mismo Papa esté practicando una forma de proyección del catolicismo en el Islam?

En sus declaraciones sobre el Islam en Evangelii Gaudium (párrafos 250 a 54), el Papa Francisco destaca la importancia de respetar y apreciar otras culturas y religiones. Sin embargo, de manera importante, él no lo hace, porque su aparente tendencia es ver al Islam no en sus propios términos, sino desde una perspectiva cristiana, con premisas y supuestos muy cristianos. Por ejemplo, en la observación de que “el auténtico Islam” se “opone a toda forma de violencia” parece estar proyectando las creencias y valores cristianos, y la esperanza en el Islam.

Francisco no es de ninguna manera el primer Papa que lo hace. En menor medida, Benedicto XVI, Juan Pablo II y Pablo VI también vieron en el Islam evidencia de afinidades prometedoras con el cristianismo.

Sus observaciones sobre los aspectos comunes compartidos por las dos religiones se hacen eco en las dos declaraciones conciliadoras sobre el Islam emitidas por el Concilio Vaticano II.

En Lumen Gentium y en especial en Nostra Aetate, los padres conciliares subrayaron los elementos del Islam que parecen corresponder más estrechamente con las creencias cristianas y sus prácticas – en particular la reverencia a Jesús ya María, y un esforzarse por la vida moral.

En resumen, pintaron un panorama parcial del Islam que era muy en la imagen del cristianismo.

Esta fantasía no encaja con la historia del cristianismo con el Islam. Las Cruzadas son un claro ejemplo de eso y recomendamos leer este artículo ¿Cómo Enfrentó la Cristiandad a la Yihad Islámica Medieval?, para que le quede claro a los cristianos que la Cruzadas fueron la defensa del cristianismo ante las conquistas musulmanas por las armas de los lugares sagrados donde nació el cristianismo y de la civilización cristiana oriental.

Lamentablemente se oyen voces de católicos que hablan de islamofobia cuando se les muestra la historia real de los musulmanes con los cristianos.

Pueden decir que los musulmanes cambiaron, puede ser, pero primero, ni católicos no musulmanes han hablado de algún cambio, y segundo, si lo hicieron, se debería ver en los países gobernados por musulmanes y no en las palabras, y allí observa Pakistán, Irán, Indonesia, Arabia Saudita y te darás cuenta de lo que hablamos, nos referimos a hechos no a palabras.

LA INFLUENCIA DE LOUIS MASSIGNON

Los documentos conciliaresfueron muy influenciados por la obra del erudito católico francés del Islam, Louis Massignon (1883-1962). Massignon es sin duda el padre del actual diálogo interreligioso, y a sus escritos a menudo se le atribuye haber allanado el camino para la generosa presentación del Islam que se encuentra en Nostra Aetate y Lumen Gentium.

Pero Massignon no estaba en el Islam correcto, sino en el Islam Sufi, una versión mística del Islam, que tiene un parecido a las tradiciones místicas católicas, y que es considerado como una secta herética para la mayoría de los musulmanes de la corriente principal.

De hecho, los eruditos musulmanes y no musulmanes por igual han criticado a Massignon por centrarse demasiado la atención en el sufismo y en figuras relativamente marginales en el Islam.

La Opus magnum de Massignon, su tesis doctoral en cuatro volúmenes publicada en 1922, se centró en la vida del místico persa del siglo décimo y mártir, al-Hallaj. Al-Hallaj fue una figura como la de Cristo, cuya afirmación de que él y Dios son uno y el mismo llevó a su juicio, al encarcelamiento y a la ejecución a manos de las autoridades islámicas.

Edward Said, el conocido autor de Orientalismo , escribió que Massignon utiliza al-Hallaj para

“encarnar … valores esencialmente fuera de la corriente principal del sistema doctrinal del Islam, un sistema que Massignon mismo describe principalmente con el fin de evadir a al-Hallaj”.

En resumen, sus críticos acusaron a Massignon de confundir el Islam con una relativamente pequeña secta del islam que no es representativa de las creencias y prácticas de la corriente principal. Incluso estudiosos amistosos con Massignon admiten que su erudición parece haber sido coloreada por su inclinación personal hacia el misticismo.

De lo que se sabe de su vida, no es irrazonable concluir que Massignon estaba buscando una versión del Islam en la que podía proyectar su propio catolicismo y preocupaciones espirituales, y que él la encontró en la vida de al-Hallaj y las tradiciones de los maestros sufíes.

Sin embargo, a pesar de su punto de vista bastante excéntrico y peculiar del Islam, Massignon probablemente tuvo más influencia en el pensamiento católico sobre el Islam que cualquier otra figura del siglo XX.

Sus amigos incluían a Charles de Foucauld y Jacques Maritain; él llevaba una correspondencia con Thomas Merton, y consultaba con Pío XI, Pío XII y Juan XXIII. Además, él estaba cerca de Cardenal Montini (más tarde Papa Pablo VI) e influenció fuertemente el pensamiento de Montini sobre el Islam.

LA AUTENTICIDAD DEL “AUTÉNTICO ISLAM”

La exhortación apostólica del Papa Francisco parece estar en línea con el intento de Massignon de poner un rostro cristiano en el Islam. La parte que se destaca es la siguiente:

“Frente a episodios desconcertantes de fundamentalismo violento, nuestro respeto para los verdaderos seguidores del Islam debe llevarnos a evitar generalizaciones odiosas, pero el auténtico Islam y la correcta lectura del Corán se opone a toda forma de violencia.

Aquí, el Papa va más allá de los documentos del Concilio Vaticano II y más allá de las declaraciones conciliadoras de sus recientes predecesores. Algunos lo llaman un paso adelante, pero hay razones para pensar que es un paso en la dirección equivocada.

El Corán está lleno de exhortaciones para cometer violencia y terror. ¿Qué puede significar posiblemente que Papa Francisco diga que una “lectura correcta” del Corán muestra que “se opone a toda forma de violencia”?

Hay muchos pasajes violentos en el Antiguo Testamento también, pero los cristianos creen que estos tienen que ser entendidos a la luz del Nuevo Testamento. Sin embargo, no hay ninguna Nuevo Testamento en el Islam.

Por otra parte, el estudioso del Islam, Raymond Ibrahim, dice que mientras los pasajes de la Biblia que hablan de violencia son básicamente descripciones de hechos violentos, los pasajes del Corán son prescripciones de la violencia, leer aquí.

Otros documentos “sagrados” del Islam, como la Sira (la vida de Mahoma), los Hadith (las colecciones de los dichos y hechos de Mahoma), y los diversos manuales de derecho confirman las enseñanzas violentas del Corán.

Estos libros nos dan una visión más completa del Islam que lo que hace el Corán, pero de ninguna manera ablandan o reinterpretan los pasajes violentos. En todo caso, ponen en duda los pasajes pacíficos.

La doctrina islámica de la abrogación, que se basa en la sura 2:106 del Corán, sostiene que si dos pasajes en el Corán se contradicen entre sí, el verso más tardío cancela o anula al verso anterior. Dado que la mayoría de los versos coránicos pacíficos provienen del período temprano de la Meca, muchas autoridades musulmanas sostienen que se sustituyan por los últimos versos violentos.

Algunas sectas sufíes y ahmadíes han hecho interpretaciones más espiritualizadas del Corán, pero, como se señaló antes, los sufíes están lejos de la corriente principal islámica y a menudo son perseguidos como herejes. Recientemente, un médico Ahmadi fue arrestado en Pakistán por la lectura del Corán, ya que, como se informa en Ahmadiyya Times,

“de acuerdo con las leyes de Pakistán es un acto criminal que un Ahmadi lea el Corán o actúe de una manera que puede ser percibida como que un Ahmadi se hace pasar por un musulmán”.

Si el Islam se supone que es una fe del mismo tono que el cristianismo, entonces es posible interpretarlo a la luz de las ideas cristianas acerca de la paz, la justicia, y un Dios amoroso, cuyos pasajes duros pueden ser entendidos de una manera simbólica. La lectura de Massignon del Islam estaba en la misma línea. Él refundió al Islam para que se corresponda con sus propias inclinaciones y anhelos cristianos místicos.

Las palabras del Papa en Evangelii Gaudium tienen, sin duda, la intención de expresar la comunión con los musulmanes.

Pero hay un gran número de autoridades y académicos musulmanes que disputaría la interpretación del Papa. Por ejemplo, el difunto ayatolá Jomeini tenía la costumbre de decir cosas como:

“Los que no saben nada del Islam pretenden que el Islam nos previene contra la guerra. Esos son estúpidos… el Islam dice: ¡lo que es bueno existe gracias a la espada y a la sombra de la espada! ¡La gente no puede hacerse obediente, salvo con la espada!”

Para los oídos occidentales esto suena como extremista, pero hay que recordar que el ayatolá fue una de las personas más veneradas en el mundo musulmán chiíta y su memoria se honra al día de hoy. Jomeini fue un Ayatolá Usma, un “gran signo de Dios”, un honor concedido sólo a los líderes religiosos más sabios. Parece una apuesta segura que la mayoría de los musulmanes chiítas concederán mucho más respeto a su lectura del Corán que a cualquier Papa.

BENEDICTO XVI REVISANDO LA POSICIÓN

Por lo demás, la lectura Papa Francisco del Corán parece ponerlo en un camino diferente del recorrido por el Papa Benedicto XVI. Si bien la declaración de Francisco sobre el Islam utiliza Nostra Aetate como su principal punto de referencia, Benedicto parece estar pidiendo un nuevo examen de Nostra Aetate.

En un ensayo publicado en L’Osservatore Romano, el Papa Emérito describe una “debilidad” en Nostra Aetate. “Se habla de la religión exclusivamente de una manera positiva”, dijo de la Declaración del Concilio Vaticano II sobre las religiones no cristianas, “y no tiene en cuenta las formas enfermas y distorsionadas de la religión”.

Benedicto no habla explícitamente del Islam, pero parece probable que el Islam es lo que tenía en mente. A la luz de los estragos que los musulmanes han causado a los cristianos y otros no musulmanes en nombre del Islam en las últimas décadas y en la historia, parece que Nostra Aetatenos ha dejado una imagen muy incompleta de Islam.

La figura de Louis Massignon ha proyectado una larga sombra sobre el pensamiento católico sobre el Islam. En la medida en que están interesados en el Islam, los pensadores católicos tienden a centrarse en las manifestaciones de sus místicos sufíes, más que en su corriente principal, legalista y supremacista.

Este énfasis esotérico incluso se filtra a nivel popular a través de autores católicos leídos como Thomas Merton y Peter Kreeft.

Gracias en gran parte a la labor de Massignon, esta tradición mística es vista por muchos católicos influyentes como el auténtico Islam. Por lo tanto, la lectura sesgada y parcial de unos pocos hombres del Islam ha llegado a colorear la visión “oficial” del Islam por parte de la Iglesia.

Como el Papa Francisco afirma, es posible leer el Corán como “opuesto a toda forma de violencia”. Sabemos que es posible debido a que es la forma en que algunos lo han leído.

Sin embargo, decir que esta lectura es la “correcta” o “auténtica” es discutible, e incluso engañosa.

SE OYEN VOCES ICIENDO QUE EL PROBLEMA ES LA ISLAMOFOBIA DE OCCIDENTE

Explotar la culpa de occidente da buenos réditos. El uso del chantaje emocional para acallar cualquier crítica y la estigmatización mientras se opera una agenda supremacista, ha dado un rédito extraordinario al lobby gay que ha impuesto el concepto de homofobia. Y el lobby islámico está haciendo lo mismo poniendo la etiqueta de islamofobia a quienes tienen críticas a su política.

Los islamistas está teniendo éxito en la construcción de la industria de la islamofobia: esto desvía la atención de las actividades que probablemente prefieren no hacer notar, como la promoción de la ley islámica en Occidente, la jihad encubierta, y el impulso para implementar un califato islámico global, entre muchas otras.

Lo irónico e hipócrita sobre el bombo sobre la islamofobia de los miembros de la OCI (Organización de Cooperación Islámica) es su doble rasero cuando se trata de las minorías en sus propias tierras. Arabia Saudita, Pakistán, Egipto, Turquía, Mauritania, Nigeria, Sudán, Bangladesh, Irak, Kuwait, Siria, la Autoridad Palestina e Irán están entre los miembros de la OCI que tienen violaciones atroces de derechos humanos contra las minorías.

Según un informe de 1997 por el Runnymede Trust del Reino Unido, el término ha existido desde la década de 1980 y fue utilizado por primera vez en la impresión en 1991. Runnymede definió la islamofobia como el “temor o el odio del Islam – y, por tanto, el miedo o desagrado de todos los musulmanes”, agregando que

dentro de Gran Bretaña significa que los musulmanes son excluidos con frecuencia de la vida económica, social y pública de la nación… y con frecuencia son víctimas de la discriminación y el acoso”.

¿Son la mayoría de los musulmanes realmente excluidos de la vida económica, social y pública en los EE.UU., Europa y todo occidente?

No hay estadísticas para comprobar tal afirmación. Por el contrario, la mayoría de los musulmanes en occidente viven con plena libertad, como parte de sus redes sociales, aunque a veces se recluyen en ghettos a sí mismos por elección.

Muchos musulmanes en Occidente utilizan la “islamofobia” como una tarjeta para penar la libertad de expresión siempre que haya críticas a los musulmanes.

Esta respuesta refleja y reaccionaria sofoca el diálogo, el debate y la discusión – todos los signos de una democracia próspera sana – como parece ser cada vez más un objetivo primordial.

LA CONSTRUCCIÓN DE LA ESTIGMATIZACIÓN DE ISLAMOFOBIA

¿Cómo esta teoría de la islamofobia se convirtió en la corriente principal y es tan popular?

En Europa y América del Norte hay ya un sentido actual de la culpa – uno podría llamar a esto “la culpa liberal blanca”. Se trata de un sentimiento de culpa que los cristianos ya han incorporado en su fe, y que otros norteamericanos se han hecho conscientes respecto de su tratamiento de los nativos; los canadienses tienen la culpa de las escuelas residenciales y de internamiento durante la guerra a los japoneses y los europeos tienen la culpa por haber maltratado a la gente en sus colonias, así como la complicidad que muchos de sus abuelos tuvieron con los nazis en el envío de judíos y otros a su muerte durante el Tercer Reich alemán.

Y en el caso de los cristianos los musulmanes han sido eficaces al hacer penetrar en muchos que las Cruzadas fueron un acto de imperialismo brutal contra una civilización pacífica y más adelantada que la occidental.

Los islamistas construyeron fácilmente y con entusiasmo sobre esta culpa cuando juegan la tarjeta de “victimismo” y se unen con algunos académicos, que compran ese concepto para construir una industria altamente rentable del supuestamente agravio llamado “islamofobia”.

Cualquier no-musulmán que cuestiona las intenciones de los islamistas para promover, por ejemplo, la agenda de la Hermandad Musulmana, es golpeada inmediatamente con la etiqueta de islamofobia, haciendo así que occidentales bien educados sean silenciados y se disculpen. Y lo mismo sucede con muchos católicos.

Esto no sólo es racista, sino, en su mayor parte, es una forma de extorsión emocional destinada a obtener concesiones especiales de buenas intenciones de la gente crédula de Occidente.

La islamofobia es también una conveniente pseudo-causa en torno a la cual avivar a seguidores jóvenes: ellos son informados, ya sea verdad o no, que la única solución es el cierre de la libertad de expresión, demonizar a todos los que pudieran tener una opinión que difiere de la suya o que hacen preguntas “incómodas”, y comenzar a crear un movimiento político autoritario en el que pueden sentirse un participante significativo.

Pero en el largo plazo esto sólo entumece las mentes y los corazones de los jóvenes musulmanes que crecen en occidente, y puede destruir todo espíritu de investigación y pensamiento independiente.

Fuentes:


Foros de la Virgen María

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