MADRID, 31 May. 16 / 09:51 am (ACI).-El Arzobispo de Valencia en
España, Cardenal Antonio Cañizares, declaró tras la procesión del Corpus Christi del pasado
domingo 29 de mayo que existen “poderes mundiales” que
“tratan de imponernos” con “legislaciones inicuas, que no hay que obedecer”.
En ese sentido el Cardenal explicó, según recoge la agencia AVAN, que “la ideología más insidiosa y destructora de la humanidad
de toda la historia, (es) la ideología de género”.
Esta ideología, alertó, “tratan de
imponernos poderes mundiales más o menos solapadamente con legislaciones
inicuas, que no hay que obedecer".
Valencia, precisó, no merece ser “punta de lanza en la aplicación de tal
ideología insidiosa”.
Citando a San Juan Pablo II,
el Purpurado aseguró que “no podemos someternos a una mentalidad inspirada en
el laicismo, tampoco en la ideología de género, ambas ideologías llevan
gradualmente, de forma más o menos consciente, pero certera, a la restricción
de la libertad religiosa hasta promover un desprecio o ignorancia de lo
religioso, relegando la fe a la esfera de lo privado y oponiéndose a su
expresión pública".
Además, laicismo e ideología de género, indicó el Arzobispo, “contradicen la verdad del hombre y el misterio de la fe,
es decir, el misterio de la Eucaristía, centro de nuestra vida, que es presencia salvadora de Cristo
en la historia que afecta al hombre entero, a lo que es fundamental en su vida,
a todo lo que es la vida del hombre , entre otros aspectos a su libertad, más
aún a la libertad religiosa , que cuando se cercena , priva al hombre de algo
fundamental”.
Tras haber realizado la procesión del Corpus Christi por las
calles de la ciudad, el Cardenal subrayó el carácter religioso de la misma. “Hemos recorrido las calles de Valencia acompañando al
Cuerpo de Cristo, manifestando nuestra fe en el solo y único Salvador de los
hombres” y agregó que “ante Dios nos
arrodillamos, a Dios le adoramos; no adoramos ni nos postramos ante los poderes
de este mundo”.
Por eso recordó que el modo de ser de Jesucristo “es el del amor y la misericordia: amor a los pobres, a los excluidos,
a los que se encuentran en las periferias existenciales y en los que son
dominados y utilizados por los poderes de este mundo, so pretexto de ayuda,
pero dominados y esclavizados por el engaño y la mentira”.
En ese sentido destacó también que “la Iglesia está llamada a
recordar a los hombres esta gran verdad”, “sobre todo en nuestra cultura
secularizada, que respira el olvido de Dios y cultiva la vana autosuficiencia
del hombre”.
“Que nadie vea en la Iglesia una amenaza a la sana
laicidad, pero nunca podremos dejar de ser consecuentes”, destacó.
El Cardenal alentó luego a “encarnar el
proyecto eucarístico en la vida cotidiana", lo que implica "testimoniar que la realidad humana no se justifica
sin referencia al Creador".
También hizo un llamamiento para que los cristianos que “estamos llamados y urgidos a comprometernos a dar
testimonio de la presencia de Dios en el mundo. No tengamos miedo de hablar de
Dios ni de mostrar los signos de la fe con la frente muy alta”.
Por eso apuntó que “se equivoca quien cree
que la referencia pública a la fe menoscaba la auténtica autonomía del Estado
de las instituciones civiles, o que puede fomentar incluso actitudes de
intolerancia”.
“A los poderes de este mundo, a las ideologías que
van contra el hombre, les preguntamos ¿dónde está el hombre, dónde lo habéis
arrojado, dónde podemos encontrar a nuestro hermano?”, cuestionó el Cardenal Cañizares.
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