viernes, 6 de mayo de 2016

MENSAJES DE MARÍA AL PADRE GOBBI Y LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO


MENSAJES DE MARÍA AL PADRE GOBBI Y LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO (1 DE 3): EL ANÁLISIS DE LA REALIDAD DE NUESTRO TIEMPOBy adminForos de la Virgen María, Mensajes al Padre Gobbi, MENSAJES Y VISIONES1 Comentario

La Virgen María Analiza Nuestro Tiempo y le habla al Padre Gobbi sobre el Ateísmo Dentro de la Iglesia y los Tiempos de la Gran Purificación.

Estudiaremos en detalle los mensajes de la Virgen María dados como locuciones interiores al Padre Gobbi.

El libro que contiene los mensajes de la Virgen María al P. Gobbi, va alertando sobre la situación del mundo hoy, avisando lo que vendrán y trazando el itinerario que se debe seguir para vivir en concreto la Consagración al Corazón Inmaculado de María.

EL ANÁLISIS DE LA REALIDAD DE NUESTRO TIEMPO

La descripción que va haciendo la Virgen en muchísimos de sus mensajes sobre la realidad de nuestro tiempo en cuanto a la humanidad en general y la Iglesia católica en particular, se produce con el trasfondo constante de dos elementos claros:

por un lado, el dolor de su Inmaculado Corazón frente a esa realidad y su permanente solicitud de Madre para que sus hijos perdidos se vuelvan nuevamente hacia su Jesús amado, y,

– por otro lado, la urgencia de su aviso revelando que frente a esta situación los tiempos para la intervención directa de Dios en la historia de los hombres se van haciendo cada vez más breves.

Vamos a analizar y comentar algunos de estos mensajes y daremos como referencia la fecha del mensaje, del cual, por razones de extensión, usualmente trascribiremos solamente algunos pasajes.

EL ATEÍSMO PRÁCTICO EN LA HUMANIDAD Y EN LA IGLESIA.

01/12/1973: «Trastornos, angustias y tribulaciones irán en aumento, de día en día, porque la humanidad, redimida por mi Hijo, se aleja más de Dios, y cada vez quebranta más su Ley. El Demonio de la lujuria lo ha contaminado todo ¡Pobres hijos míos, cuán enfermos y golpeados estáis! El espíritu de rebeldía contra Dios ha seducido a la humanidad; el ateísmo ha entrado en muchas almas y ha apagado toda luz de fe y de amor. Éste es el Dragón rojo, del que se habla en la Biblia. ¡Leedla, hijos, porque éstos son los tiempos de su actuación! Cuántos hijos míos son ya víctimas de este error de Satanás. También entre mis sacerdotes cuántos son los que no creen ya; sin embargo, permanecen aún en mi Iglesia, como verdaderos lobos con piel de cordero, y pierden un ilimitado número de almas.»

Desde el inicio de sus mensajes la Virgen María quiere llamar la atención sobre la influencia de Satanás sobre el mundo, que con su actuación solapada e insidiosa empuja a los hombres al ateísmo, a la rebelión contra Dios.

02/09/1996: «Es el ateísmo práctico el mal de vuestro siglo. ­El ateísmo práctico difundido por las falsas ideologías, por las sectas, por los errores que cada vez más se difunden incluso en el interior de la Iglesia. ­El ateísmo práctico ha llevado a la humanidad a construir una civilización si Dios, caracterizada por una exasperada búsqueda de los bienes materiales, de los placeres, de las diversiones, del culto dado al dinero y a su gran poder. ­El ateísmo práctico ha destruido en muchos la sed de Dios, ha llevado a sustraerle impíamente el culto que le es debido, para dárselo a las criaturas, incluso a Satanás, y a vivir como si Dios no existiese. ­El ateísmo práctico ha difundido por doquier la plaga del egoísmo desenfrenado, de la violencia, del odio y de la impureza. La impureza es propuesta como un valor y un bien y se le hace propaganda con todos los medios de comunicación social. Los pecados impuros son presentados como un modo de ejercitar la propia libertad y así son justificados y hasta exaltados los pecados impuros contra naturaleza, que claman venganza en la presencia de Dios. El mundo está ya reducido a un inmenso desierto completamente cubierto de fango. Vivís bajo el yugo de esta terrible esclavitud. Por esto, sólo el dolor del castigo misericordioso podrá liberar a esta pobre humanidad del gran mal del ateísmo práctico difundido por todas partes. Mi misión materna es la de ayudaros en las horas de la gran prueba purificadora. Como Madre estoy a vuestro lado para protegeros y ayudaros. También porque debo llevar a pleno cumplimiento la obra que he iniciado en estas naciones. Y se cumplirá cuando, con el triunfo de mi Corazón Inmaculado en el mundo, seréis completamente liberados de toda forma de ateísmo práctico, que ha sido el mayor mal de vuestro siglo.»

Se presentan aquí las terribles consecuencias de este “mal de nuestro siglo”. Como vimos en el primer mensaje citado, también los sacerdotes caen en esta trampa del enemigo, y María revela que con ellos el demonio se está formando una tropa para librar su guerra:

16/07/1973: «No hay un jefe entre vosotros: Yo misma seré vuestra Capitana. Vosotros sed todos hermanos: amandoos, comprendiéndoos, ayudandoos. La única cosa que importa es que os dejéis formar por Mí: para esto es necesario que cada uno se ofrezca y se consagre a mi Corazón Inmaculado, se entregue totalmente a Mí como Jesús se me ha entregado totalmente; después Yo pensaré en todo. Os formaré en un gran amor al Papa y a la Iglesia, a Él unida. Os prepararé para un heroico testimonio del Evangelio que, para algunos de vosotros, será hasta la efusión de la sangre.

Y cuando haya llegado el momento, entonces el Movimiento saldrá al descubierto para combatir abiertamente a la tropa que el demonio, mi adversario de siempre, está formándose entre los sacerdotes (…).»

09/07/1975: «Mas he querido hacerte probar sólo una pequeña gota de la gran amargura que inunda mi Corazón de Madre a causa de tantos pobres hijos míos Sacerdotes que Satanás ya ha atrapado completamente. ¡Pobres hijos míos, cuánta pena me causan! Son Sacerdotes de mi Hijo y ya no creen en mi Hijo y lo traicionan continuamente; son Sacerdotes llamados a ser Ministros de la Gracia y habitualmente viven en pecado y su vida es una cadena ininterrumpida de sacrilegios; son Sacerdotes enviados a anunciar el Evangelio de salvación y ahora ellos se han hecho propagadores del error; son Sacerdotes para salvar muchas almas y a cuántas, cuántas almas conducen por el camino de la perdición. Esta es la hora que verdaderamente la abominación de la desolación está entrando en el templo santo de Dios.»

Llegará el momento en que estos sacerdotes hasta se manifestarán públicamente contra la Iglesia:

25/04/1975: «Ha llegado el momento en el que algunos de mis hijos Sacerdotes se disponen a manifestarse públicamente contra mi Hijo, contra Mí misma, contra el Papa y mi Iglesia. Entonces ya no podré reconocerlos como hijos míos; Yo misma bajaré del cielo para ponerme a la cabeza del ejército de mis hijos predilectos y destruiré sus maquinaciones. Después de una gran revolución y la purificación de la tierra, mi Corazón Inmaculado cantará victoria en el más grande triunfo de Dios. Para este momento, Sacerdotes míos predilectos, uno a uno os he llamado de todas partes del mundo y os he preparado. ¡Ya no es tiempo de dudas e incertidumbres; es el tiempo de la batalla!»

04/01/1975: «Cuando venga el momento del terrible encuentro con los Sacerdotes portadores del error, que se pondrán contra el Papa y mi Iglesia, arrastrando hacia la perdición a un inmenso número de mis pobres hijos, vosotros seréis mis sacerdotes fieles. En la oscuridad, que el espíritu del mal habrá difundido por doquier, entre las muchas ideas erradas que, esparcidas por el espíritu de la soberbia, se afirmarán por todas partes y serán seguidas casi por todos, en el momento en el cual en la Iglesia todo será puesto en discusión y el mismo Evangelio de mi Hijo será anunciado por algunos como leyenda, vosotros, sacerdotes a Mí consagrados, seréis mis hijos fieles.»

31/12/1975: «Satanás está tramando en mi Iglesia de manera cada vez más manifiesta. Se le han asociado ya muchos hijos míos Sacerdotes, engañándoles con el falso espejismo que el marxismo propone a todos: el interés exclusivo por los pobres; un cristianismo empeñado sólo en la construcción de una más justa sociedad humana; una Iglesia que se querría más evangélica y, en consecuencia, sustraída a la institución jerárquica. Esta verdadera división en mi Iglesia, esta verdadera apostasía, por parte de muchos hijos míos Sacerdotes, se acentuará, hasta convertirse en una violenta y abierta rebelión.»

Las seducciones de Satanás se van haciendo cada vez más peligrosas y sutiles, afectando a todos, laicos y consagrados, simples y doctos:

02/02/1989: «En estos tenebrosos tiempos de la gran tribulación, si no os dejáis llevar entre mis brazos con abandono filial y con gran docilidad, difícilmente lograréis huir de las solapadas insidias que os tiende mi Adversario. Sus seducciones se han vuelto tan peligrosas y sutiles, que casi no se logra escapar de ellas. Corréis el gran peligro de caer en las seducciones que os tiende mi Adversario, para alejaros de Jesús y de Mí. Todos pueden caer en su engaño. Caen en él Sacerdotes y también Obispos. Caen fieles y también consagrados. Caen los simples y también los doctos. Caen los discípulos y también los maestros. Nunca caen en él aquellos que –como pequeños niños­ se consagran a Mi Corazón Inmaculado y se dejan llevar entre mis brazos maternales. Ahora se manifestará cada vez con más claridad ante la Iglesia y el mundo que el pequeño rebaño que, en estos años de la gran apostasía, permanecerá fiel a Jesús y a su Evangelio, estará todo él custodiado en el recinto materno de mi Corazón Inmaculado.»

Todos los mensajes citados anteriormente permiten ver con claridad algo terrible que ya está apareciendo en el mundo de hoy, y que continuará creciendo hasta el tiempo de la Segunda Venida: habrá una gran apostasía, liderada por sacerdotes a los que inspirará el Demonio.

LA GRAN PURIFICACIÓN Y LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS

La Virgen Santísima denomina “la gran purificación” al doloroso proceso que desencadenará la apostasía descrita anteriormente:

20/11/1976: «Por eso os digo: estos son los tiempos de la purificación, son los tiempos en que la Justicia de Dios castigará a este mundo, rebelde y pervertido, para su salvación. La purificación ha empezado ya en mi Iglesia, invadida por el error, oscurecida por Satanás, cubierta por el pecado, traicionada y violada por algunos de sus mismos Pastores. Satanás os zarandea como se hace con el trigo. ¡Cuánta paja será desparramada pronto por el viento de la persecución! De ahora en adelante mi presencia entre vosotros se hará más continua y más clara (…).»

25/11/1975: «¡No se turbe, hijos, vuestro corazón; daos a Mí en todo momento! Ha llegado para mi Iglesia la hora de la desolación y el abandono. Será abandonada sobre todo por muchos de sus Ministros, y también por muchos de sus hijos. Será menospreciada, traicionada, entregada en manos de quien es su enemigo y la quiere destruir. Serán algunos de sus mismos Ministros los que la entreguen en manos de sus verdugos. Pero durará poco, hijos míos predilectos, esta durísima prueba. Por una especial intervención mía, esas horas serán abreviadas (…).»

03/04/1976: «¿Veis, hijos míos, todo lo que está acaeciendo también en la Iglesia? Los errores se propagan cada vez más y hacen presa incluso entre los buenos: la infidelidad cunde rápidamente entre los Ministros de Dios y las almas a Él consagradas; el vínculo de la caridad y de la unidad se han resquebrajado en la misma Jerarquía. ¡Sobre todo, al Vicario de mi Hijo Jesús le dejan cada vez más solo! Se le calumnia, hasta en las formas más vulgares y blasfemas; se le critica, se le contesta y de día en día mis hijos lo dejan cada vez más solo. Vosotros debéis compartir su suerte: esta es para Él, y para vosotros la hora de Getsemaní.»

En mensajes sucesivos se describen los signos que preanuncian que ha llegado el tiempo de la purificación de la Iglesia: la confusión, la indisciplina, la división y la persecución:

28/01/1979: «El Reino glorioso de Cristo será precedido por una gran tribulación, que servirá para purificar a la Iglesia y al mundo, y para conducirlos a su completa renovación. Jesús ha iniciado ya su misericordiosa obra de renovación con la Iglesia, su esposa. Varios signos os indican que ha llegado para la Iglesia el tiempo de la purificación: el primero de ellos es la confusión que reina en ella. Este es, en verdad, el tiempo de la mayor confusión. La confusión se ha difundido en el interior de la Iglesia, donde se ha subvertido todo en el campo dogmático, en el litúrgico y en el disciplinar. Hay verdades reveladas por mi Hijo, que la Iglesia ha definido para siempre con su divina e infalible autoridad. Estas verdades son inmutables como inmutable es la Verdad misma de Dios. Muchas de ellas forman parte de verdaderos y propios misterios, porque no son, ni podrán ser jamás comprendidos por la inteligencia humana. El hombre las debe acoger con humildad, a través de un acto de fe pura y de firme confianza en Dios, que las ha revelado y las propone a los hombres de todos los tiempos a través del Magisterio de la Iglesia. Pero ahora se ha difundido la tendencia tan peligrosa de querer penetrarlo y comprenderlo todo – incluso el misterio­, llegándose así a aceptar de la verdad tan solo aquella parte que es comprendida por la inteligencia humana. Se quiere desvelar el misterio mismo de Dios. Se rechaza aquella verdad que no se comprende racionalmente. Se tiende a replantear, en forma racionalista, toda la verdad revelada, con la ilusión de hacerla aceptable a todos. De este modo se corrompe la verdad con el error. El error se difunde de la manera más peligrosa, es decir, como un modo nuevo y “actualizado” de comprender la Verdad, y se acaba subvirtiendo las mismas verdades que son el fundamento de la fe católica. Y hoy la Iglesia está oscurecida por el humo de Satanás. Satanás ante todo ha oscurecido la inteligencia y el pensamiento de muchos hijos, seduciéndolos con el orgullo y la soberbia y por su medio ha oscurecido la Iglesia.»

Queda claro que la confusión y el error se introducen en la Iglesia a través del modo nuevo y “actualizado” de comprender la Palabra de Dios y las verdades que ella encierra.

02/02/1979: «Hoy mi Corazón está nuevamente herido al ver cuántos son los que, entre mis hijos predilectos, viven sin docilidad a la voluntad de Dios, porque no observan y a veces desprecian abiertamente las leyes propias del estado sacerdotal. De este modo la indisciplina se difunde en la Iglesia y cosecha víctimas incluso entre sus mismos Pastores. Este es el segundo signo que os indica cómo para la Iglesia ha llegado el tiempo conclusivo de su purificación: la indisciplina difundida a todos los niveles, especialmente entre el clero. Es indisciplina la falta de docilidad interior a la Voluntad de Dios, que se manifiesta en la transgresión de las obligaciones propias de vuestro estado: la obligación de la oración, del buen ejemplo, de una vida santa y apostólica.»

11/02/1979: «Hoy mi Corazón Inmaculado tiembla, está angustiado al ver a la Iglesia interiormente dividida. Esta división, que ha penetrado en el interior de la Iglesia, es el tercer signo que os indica con seguridad que para ella ha llegado el momento conclusivo de la dolorosa purificación. La interior división se manifiesta entre los mismos fieles, que se enzarzan con frecuencia los unos contra los otros con la intención de defender y anunciar mejor la verdad. Así la verdad es traicionada por ellos mismos, porque el Evangelio de mi Hijo no puede estar dividido. Esta división interior lleva, a veces, a enfrentarse Sacerdotes contra Sacerdotes, Obispos contra Obispos, Cardenales contra Cardenales, porque nunca como en los tiempos actuales, Satanás ha logrado introducirse en medio de ellos, lacerando el sagrado vínculo del mutuo y recíproco amor.»

03/03/1979: «La cuarta señal, que os indica que ha llegado para la Iglesia el período culminante de su dolorosa purificación, es la persecución. La Iglesia, en efecto, es perseguida de varias maneras. Es perseguida por el mundo en el cual vive y camina indicando a todos la senda de la salvación. Son los verdaderos enemigos de Dios, son aquellos que conscientemente se han levantado contra Dios para llevar a toda la humanidad a vivir sin Él, los que sin descanso persiguen a la Iglesia. La iglesia es perseguida también en su interior, sobre todo por aquellos hijos suyos que han llegado a un compromiso con su Adversario. Este ha logrado seducir a algunos de sus mismos Pastores. También entre ellos existen los que colaboran a sabiendas en este designio de interior y escondida persecución de mi Iglesia.»

La Virgen María previene en forma muy clara sobre la necesidad de una dolorosa purificación interior de la Iglesia, muchos de cuyos miembros de la jerarquía han sido seducidos por el Adversario de María desde el principio y colaboran fomentando el error, la indisciplina, la división y la persecución.

La purificación de la Iglesia y de la humanidad constituye el “tiempo de la gran prueba”:

01/01/1993: «Nunca como en vuestros días la paz es tan amenazada, porque la lucha de mi Adversario contra Dios se hace cada día más fuerte, insidiosa, continua y universal. Habéis entrado así en el tiempo de la gran prueba. La gran prueba ha llegado para todos vosotros, mis pobres hijos, tan amenazados por Satanás y maltratados por los Espíritus del mal. El peligro que corréis es el de perder la Gracia y la comunión de vida con Dios, que mi hijo Jesús os ha obtenido en el momento de la Redención, cuando os ha sustraído a la esclavitud del Maligno y os ha liberado del pecado. Ahora el pecado ya no se considera un mal; antes bien, a menudo se exalta como un valor y un bien. Bajo el pérfido influjo de los medios de comunicación, se llega gradualmente a perder la conciencia del pecado como un mal. Así cada vez se comete más, se justifica, y no se confiesa ya. Si vosotros vivís en pecado, habéis retornado a la esclavitud de Satanás, sometidos a su poder maléfico y así se vuelve vano el don de la Redención que Jesús ha llevado a cabo por vosotros. Así la paz desaparece de vuestros corazones, de vuestras almas y de vuestra vida.»

Hay muchos signos en el mundo de hoy que la Virgen ayuda a comprender e interpretar, y que resumen su gran preocupación como Madre de todos los hombres. Pero también menciona el cumplimiento de muchos signos evangélicos:

31/12/1987: «En los Evangelios, en las cartas de los Apóstoles, en el Libro del Apocalipsis os han sido claramente descriptos indicios seguros para haceros comprender cuál es el período de la gran tribulación. Todos estos signos se están realizando en este vuestro tiempo. ­Ante todo una gran apostasía se está difundiendo en todas partes de la Iglesia por la falta de fe, que se propaga incluso entre sus mismos Pastores. Satanás ha logrado difundir por doquier la gran apostasía por medio de su solapada obra de seducción, que ha llevado a muchos a alejarse de la Verdad del Evangelio para seguir las fábulas de las nuevas teorías teológicas, y complacerse en el mal y en el pecado, buscado, incluso, como un bien. ­Luego, en vuestro tiempo, se multiplican los trastornos de orden natural, como terremotos, sequías, inundaciones, desastres que causan la muerte imprevista a millares de personas, seguidas de epidemias y males incurables que se propagan por doquier. ­Además vuestros días están marcados por continuos rumores de guerras, que se multiplican y siegan cada día innumerables víctimas. Crecen las discordias y disensiones en el interior de las naciones; se propagan las revoluciones y las luchas entre los diversos pueblos; continúan extendiéndose guerras sangrientas, no obstante los esfuerzos que se hacen para lograr la paz. ­Finalmente, en vuestro tiempo acontecen grandes signos en el sol, la luna y las estrellas. El milagro del sol, acontecido en Fátima, fue un signo, que os di para advertiros que ya han llegado los tiempos de estos extraordinarios fenómenos que se suceden en el cielo. Y cuántas veces, durante mis actuales apariciones, vosotros mismos habéis podido contemplar los grandes prodigios que se realizan en el sol. Como las yemas o brotes que despuntan en los árboles, os dicen que ya ha llegado la primavera, así también estos grandes signos que se realizan en vuestro tiempo os dicen que ya ha llegado a vosotros la gran tribulación, que os prepara para la nueva era, que os he prometido con el triunfo de mi Corazón Inmaculado en el mundo.»

Es muy interesante comprobar las manifestaciones de la Virgen en estos mensajes respecto a los signos de los tiempos, con las señales bíblicas precursoras de la Segunda Venida de Cristo.

Allí vemos que la primera señal consistirá en la aparición de un engaño religioso generalizado, de manera que se irá perdiendo la verdadera fe cristiana. Es clarísimo lo que en este sentido expresan los mensajes vistos anteriormente, a los que agregamos el siguiente:

13/03/1990: «Vosotros leéis en el Evangelio: ­¿Cuándo el Hijo del Hombre vuelva, encontrará aún fe en la tierra?­ Hoy quiero invitaros a meditar estas palabras pronunciadas por mi Hijo Jesús. Son palabras graves, que hacen reflexionar y que logran haceros entender los tiempos en que vivís. Os podéis preguntar, ante todo, por qué Jesús las pronunció. Para prepararos a su segunda venida y para describiros una circunstancia que indicará la proximidad de su regreso glorioso. Esta circunstancia es la pérdida de la fe. También en otro pasaje de la Divina Escritura, en la carta de San Pablo a los Tesalonicenses, se anuncia claramente que, antes del retorno glorioso de Cristo, tendrá lugar una gran apostasía. La pérdida de la fe es una verdadera apostasía. La difusión de la apostasías es, pues, el signo que indica que la segunda venida de Cristo ya está próxima. Las cusas de la pérdida de la fe son: 1) La difusión de los errores que son propagados, enseñados a menudo por los profesores de teología en los Seminarios y en las escuelas católicas; de este modo adquieren un cierto carácter de autenticidad y de legitimidad. 2) La rebelión abierta y pública contra el Magisterio auténtico de la Iglesia, sobre todo, el Magisterio del Papa, que ha recibido de Cristo la misión de preservar a toda la Iglesia en la verdad de la fe católica. 3) El mal ejemplo dado por aquellos Pastores que han dejado que el espíritu del mundo se apodere completamente de ellos y se han convertido en propagadores de ideologías políticas y sociales, en vez de ser anunciadores de Cristo y de su Evangelio, olvidando así el mandato recibido de Él: ­Id al mundo entero y predicad el Evangelio a toda criatura. De este modo, en estos días, se extiende cada vez más la apostasía por parte de tantos pobres hijos míos.»

También aparecerán en forma sostenida guerras, hambre, pestes y catástrofes naturales. Todo esto, en una gran medida, provocado por los males en los que se sumerge cada vez más la humanidad, cuya base es el alejamiento de Dios siempre más pronunciado, consecuencia del ateísmo práctico generalizado, que crece como un fuego atizado por el viento de la acción solapada de Satanás:

La otra señal importante es que habrá una proclamación renovada del anuncio de la llegada del Reino de Dios en el mundo entero, apoyada por señales y prodigios. Esta circunstancia también es manifestada en los mensajes de María al Padre Gobbi:

EL ANUNCIO DE SALVACIÓN

30/11/1974: «Uno solo es el signo que Dios da al mundo y a la Iglesia de hoy: Yo misma. Yo sola soy anunciada como la gran señal en el cielo: esta Mujer, vestida del sol, con la luna como alfombra a sus pies y doce estrellas como corona luminosa alrededor de su cabeza. Está preanunciada mi victoria sobre el Dragón rojo, sobre el ateísmo triunfante y hoy aparentemente victorioso. Esta victoria se obtendrá por medio del triunfo de mi Corazón Inmaculado en el mundo, y esta victoria la alcanzaré Yo con los sacerdotes de mi Movimiento. No busquen, por ahora, otros prodigios en el cielo; ¡éste será el único prodigio! (…)»

Será María la que anunciará la purificación y renovación del mundo y de la Iglesia que vendrá:

15/01/1977: «¡Pobre Iglesia mía! Como Madre me acerco a ti, y te encuentro, hija, tan enferma; parece como si estuvieras cercana a la muerte… ¡Qué grande es tu aflicción y tu abandono! Mi adversario te hiere cada día más en los Pastores que te traicionan, en los Sacerdotes que se vuelven siervos infieles. Pero esta grave enfermedad que padeces, la aparente victoria de mi Adversario sobre ti, no es, sin embargo, tu muerte, sino para la mayor glorificación de Dios. Yo misma, como Madre, te asisto en esta agonía de tu dolorosísima purificación. Te recibo en mis brazos maternales y te estrecho en mi Corazón Inmaculado. Como Madre, derramo bálsamo sobre tus heridas y espero la hora de tu curación perfecta. Yo misma –cuando llegue la hora­te curaré. ¡Serás más bella! Serás enteramente renovada y completamente purificada en el momento en que, por medio de tu nueva vida, resplandecerá en todo el mundo el triunfo del Corazón de Jesús y de mi Corazón Inmaculado.»

16/10/1991: «Y la presencia de la Madre llevará a la Iglesia la gracia de una renovación total, haciéndola finalmente salir de la larga noche en la cual se encuentra, hacia el día luminoso de los tiempos nuevos que están por llegar. Así la Iglesia será consolada al ver reflorecer la fe en todas partes, renovarse la esperanza, dilatarse la caridad y difundirse una gran santidad.

Esta renovación de la Iglesia será el cumplimiento del plan de la Virgen para los últimos tiempos.

Fuente: Los Mensajes de María al Padre Gobbi (Movimiento Sacerdotal Mariano) y la Segunda Venida de Cristo por Juan Franco Benedetto

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