viernes, 13 de mayo de 2016

¿ME AMAS?


"Cuando ya habían comido, Jesús preguntó a Simón Pedro:

– Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?

Pedro le contestó:

– Sí, Señor, tú sabes que te quiero.

Jesús le dijo:

– Apacienta mis corderos.

Volvió a preguntarle:

– Simón, hijo de Juan, ¿me amas?

Pedro le contestó:

– Sí, Señor, tú sabes que te quiero.

Jesús le dijo:

– Apacienta mis ovejas.

Por tercera vez le preguntó:

– Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?

Pedro, entristecido porque Jesús le preguntaba por tercera vez si le quería, le contestó:

– Señor, tú lo sabes todo: tú sabes que te quiero.

Jesús le dijo:

– Apacienta mis ovejas. Te aseguro que cuando eras más joven te vestías para ir a donde querías; pero cuando seas viejo, extenderás los brazos y otro te vestirá y te llevará a donde no quieras ir.

Al decir esto, Jesús estaba dando a entender de qué manera Pedro había de morir, y cómo iba a glorificar a Dios con su muerte. Después le dijo:

–¡Sígueme!"

El hecho de que en este texto Jesús se dirija a Pedro, a veces, nos impide percatarnos de que Jesús también se dirige a todos nosotros. Pedro le había negado tres veces y Jesús le pregunta otras tantas veces si le ama. Jesús, cada vez que caemos, en vez de reprocharnos nada, también nos pregunta a nosotros si le amamos. Y como a Pedro nos responsabiliza de los demás. Todos somos responsables unos de otros.

Y, como a Pedro, Jesús nos indica lo que significa seguirle. La entrega total. Ese amor, que decimos profesar a Jesús, se demuestra con nuestro amor a los demás y con nuestra entrega. Amor y fidelidad. Ese es el camino que nos marca Jesús. Él lo siguió primero.

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