REDACCIÓN CENTRAL, 22 May. 16 / 01:54 am (ACI).- Santa Rita
de Casia no tuvo una vida
fácil, fue una hija obediente y esposa fiel, pero era maltratada por su esposo
y vio morir a sus hijos; sin embargo, gracias a su amor a Jesús logró la
conversión del marido y ahora es conocida como la “santa de lo imposible” y
Patrona de los necesitados. Su fiesta se celebra el
22 de mayo.
Santa Rita nació en 1381 en Italia en una época de conquistas,
rebeliones y corrupción. Ella y sus padres fueron analfabetos, pero Dios le
concedió a la Santa la gracia de leer. Quiso ser religiosa, pero sus padres le
escogieron un esposo y ella aceptó obediente.
Su esposo tenía malas juntas, era bebedor, mujeriego y la golpeaba, pero
Santa Rita se mantuvo fiel y en oración. Tuvieron dos gemelos que tenían el
mismo temperamento del papá. Tras 20 años de casados el esposo se convirtió,
Rita lo perdonó y juntos se acercaron más a la vida de fe. Un día él no llegó a
casa y lo encontraron asesinado.
Los hijos juraron vengar la muerte de su padre y la pena de Santa Rita
aumentó más. Ni sus súplicas los hacían desistir. La afligida mamá rogó al
Señor que salvara a sus hijos y que tomara sus vidas antes de que se condenaran
con un pecado mortal. Así ambos padecieron una terrible enfermedad y antes de
morir perdonaron a los asesinos.
Más adelante, Santa Rita quiso ingresar con las hermanas agustinas pero
no fue fácil porque había estado casada y por la sombría muerte de su esposo.
Ella se puso en oración y cierta noche oyó que la llamaban tres veces por su
nombre. Abrió la puerta y se encontró con San Agustín, San Nicolás de Tolentino
y San Juan el Bautista, de quien ella era muy devota.
Ellos le pidieron que los siga y después de recorrer las calles sintió
que la elevaban en el aire y la empujaban suavemente hacia Casia hasta
encontrarse arriba del Monasterio de Santa María Magdalena. Allí cayó en
éxtasis y cuando volvió en sí estaba dentro del Monasterio y las monjas
agustinas no pudieron negarle más el ingreso a la comunidad.
Hizo su profesión religiosa ese mismo año (1417) y fue puesta a prueba
con duras pruebas por las superioras. Santa Rita recibió los estigmas y las
marcas de la corona de espinas en la cabeza. A diferencia de otros santos con
este don, las llagas en ella olían a podrido y tuvo que vivir aislada durante
muchos años.
Después de una grave y dolorosa enfermedad partió a la Casa del Padre en
1457. La herida de espina en su frente desapareció y en su lugar quedó una
mancha roja como un rubí que tenía deliciosa fragancia. Su cuerpo permanece incorrupto.
Más información interesante de Santa Rita en: https://www.aciprensa.com/santos/santo.php?id=154
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